Con sus mochilas exploradoras y linternas listas, pero sobre todo con su curiosidad a flor de piel, 50 chicos de 10 y 11 años se lanzaron ayer a vivir “Una noche en el museo”.
La novedosa propuesta de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza para estas vacaciones de invierno comenzó muy puntual, a las 19, en la Plaza Pedro del Castillo.
La actividad, que remite a la película estadounidense protagonizada por Ben Stiller, empezó con un recorrido introductorio por el Museo del Área Fundacional en el que la profesora de historia Natacha Gabrielli les fue contando los inicios de la ciudad, desde cuando la habitaban los huarpes hasta la llegada de los españoles.
Los propios chicos fueron descubriendo la importancia del agua en nuestro territorio, ya que pudieron observar cómo el paisaje árido presente en las fotos se convirtió en el oasis en el que viven hoy. Entusiasmados, participaron de cada una de las preguntas de la guía, quien les hizo prestar especial atención a ciertos personajes clave que luego cobrarían vida para sorprenderlos.
Los papás y mamás acompañaron la visita atentamente, pero una vez terminada tuvieron que retirarse para dejar a los niños explorar por su cuenta. “Se trata de una propuesta distinta, súper interesante y enriquecedora para los chicos”, expuso Virginia Furiasse, quien llevó hasta allí a su hijo Tomás. Junto a ella Gisela Danino, mamá de Eliseo, también celebró la iniciativa.
“Para ellos es una gran emoción, prepararon las mochilas entusiasmados”, remarcó. Ambas aseguraron que la actividad servirá de apoyo para lo que están viendo en la escuela. “Además aprenden y casi ni se dan cuenta”, sumaron agradecidas.
Alejandro Sánchez, papá de Julieta, relató que la propuesta le pareció una excelente oportunidad para conocer el museo junto a su hija. “Le gusta mucho la historia pero no habíamos venido antes”, comentó el hombre.
Jóvenes guardianes
La misión que se les planteó a los niños desde un principio fue la de ser “guardianes” del museo y su primera tarea consistió en llevar importantes cajas hasta las Ruinas de San Francisco, ubicadas en la esquina de Ituzaingó y Beltrán. Por esa razón, tuvieron que atravesar la plaza Pedro del Castillo hasta llegar al sitio arqueológico donde descubrieron los restos de la iglesia que fue destruida por el terremoto de 1861.
“La idea de la arqueología es traer los objetos del pasado al presente”, les explicó Vanesa Guajardo, estudiante de dicha ciencia. Ella les contó que el espacio también funcionaba como cementerio, lo que colaboró a crear una atmósfera de tensión y suspenso que encantó a los pequeños “guardianes”. “A veces se corta la luz pero no pasa nada, no se preocupen”, deslizó con picardía.
En las ruinas los chicos hicieron un pequeño recreo para cenar alrededor de un fogón, donde compartieron unos deliciosos panchos a la parrilla. Feliz por la experiencia, Joaquín Muñoz contó que desde chico quería ser arqueólogo.
“Por eso me gustó tanto conocer las ruinas y venir a explorar”, aseguró junto a sus compañeros de grupo Matías Castro y Nicolás Perrini.
A Francesca Cassino (11) y Luciana Moyano (10) les gustó conocer más detalles sobre el terremoto. “No sabíamos que había sido tan fuerte y que había causado tanta destrucción”, reconocieron.
Las niñas recordaron que en su escuela están aprendiendo historia de Mendoza pero que nunca se las habían enseñado de esta forma. “Viniendo acá es mucho más divertido”, coincidieron.
La noche continuó con otras actividades, como la búsqueda del tesoro junto a los profes de gimnasia, y finalizó con la entrega del certificado oficial de “Guardianes del museo”.
Segunda edición
“Una noche en el museo” es una propuesta para niños de 10 y 11 años que consiste en explorar el museo del Área Fundacional y las Ruinas de San Francisco . La idea es que conozcan el patrimonio histórico y cultural de la ciudad para convertirse en sus “guardianes”.
La segunda edición será el próximo viernes 28. Para inscribirse los papás tendrán que concurrir el lunes 24 a partir de las 10 de la mañana al 7º piso de la Municipalidad de Capital. La propuesta es gratuita y tiene cupo limitado. Para la actividad necesitarán mochila, linterna, libreta, lupa y ropa de abrigo.