Cuando el hambre se va: la España que ya no es

Los jugadores de los clubes más importantes de la península no funcionaron como se esperaba y hasta tienen distintas lecturas de la realidad que vivió el equipo en Brasil.

Cuando el hambre se va:  la España que ya no es
Cuando el hambre se va: la España que ya no es

Hacía tiempo que la pelota ya no corría con la misma velocidad y los rivales, de alguna forma, le habían tomado la medida. España emitía señales de debilidad mucho antes de su contundente eliminación.

España es el cuarto campeón que cae en la fase de grupos del torneo en el que defiende corona. Después de la derrota 2-0 contra Chile, los futbolistas españoles hablaron de desgaste, de falta de hambre tras un reinado de seis años. Pero futbolísticamente existen razones que van más allá del paso natural del tiempo.

"Es obvio que no estuvimos a nuestro nivel", dijo Fernando Torres. "Tendremos tiempo de analizar lo que ha pasado con calma".
El agotamiento de España se relaciona directamente con el del Barcelona. En ambos casos, su ciclo glorioso ha durado seis años y ha finalizado prácticamente al mismo tiempo. Siete de los 23 españoles en Brasil son del Barsa, que ha cerrado su primera temporada sin títulos importantes precisamente desde 2008.

Después de la victoria en la Eurocopa del 2012, España empezó a desafinar. En las Eliminatorias, empató sendos partidos contra Francia y Finlandia. Pero cuando se veía abocada al repechaje, logró una victoria de prestigio en París y clasificó directamente. Entre medias, la Copa Confederaciones fue probablemente el aviso más significativo. España llegó a la final tras derrotar por penales a Italia. Y en Maracaná fue goleada 3-0 por los anfitriones.

Desde Sudáfrica, España venía mostrando una alarmante falta de gol. Pero los resultados acompañaban y, desde luego, el equipo era capaz de mover la pelota en el centro del campo a velocidades imposibles para el rival, que pasaba el partido persiguiendo sombras. España se defendía con el balón. No recibía goles -solo dos en el Mundial y uno en la Euro 2012- y el popularmente conocido “tiki-taka” hacía las delicias de los hinchas.

“No hicimos nada distinto a Sudáfrica o las dos Eurocopas que ganamos”, explicó Torres. La estadística no desmienten a Torres. En solo dos partidos, España lidera la tabla como mejor equipo pasador en Brasil. Ha intentado 1.145 pases -casi todos medios y cortos- completando el 83% de los mismos con éxito. En la Euro 2012, por ejemplo, realizó 4.893 pases, 1.000 más que la segunda selección en este apartado, y un porcentaje de éxito del 80% en toda la competición. ¿Qué ha fallado? Los pases no tienen ni la velocidad ni la profundidad de antaño. Contra Holanda, España realizó 680 pases, casi todos horizontales. A los de Lois Van Gaal les bastaron 425 y un acierto del 75% para demoler a la Roja 5-1.

Y esta tendencia ya se venía observando desde hace más de un año. Pese a ello, Vicente del Bosque prefirió mantener la vieja guardia y se trajo a 16 de los 23 jugadores que ganaron en Sudáfrica, pese a que tenía otros nombres en cartera teóricamente más en forma. Esos futbolistas ya no eran los mismos que hace cuatro años. David Villa, máximo artillero de la selección, anunció su fichaje por el New York City y a Xavi Hernández se le relaciona con la Liga de Catar. Difícil papeleta defender un Mundial con dos jugadores en retirada.

Para resolver la falta de gol, España sedujo a Diego Costa. El artillero hispano-brasileño, autor de 36 goles con el Atlético de Madrid, firmó una brillante temporada. Costa tuvo que renunciar a su país de origen para jugar con España. El experimento no funcionó y solo Costa sabe la presión que ha tenido que aguantar en Brasil, donde la grada local le ha abucheado con fuerza.

Pero España no se desangró en la delantera, sino en la media. Justo donde había construido su éxito. Para empezar, el equipo completó una inusitada preparación previa de apenas 10 días. Del Bosque concedió descanso a los internacionales que disputaron la final de la Liga de Campeones antes de sumarse a la concentración.

El único amistoso del plantel que había de defender título en Brasil fue contra El Salvador. Y cuando llegó la hora de la verdad contra Holanda, España recibió cinco goles.

España pasaba la pelota, pero no dominaba. Tenía la posesión, pero no marcaba. Como el Barcelona. Xavi jamás pudo hacerse con el control, Sergio Busquets y Xabi Alonso naufragaron en el doble pivote. Andrés Iniesta, muy solo, apenas encontró líneas de pase. Y España se convirtió en un equipo vulgar, impreciso y, sobre todo, sin velocidad en la circulación de la pelota. Siete goles en dos partidos y solo un gol convertido, de penal.

Es evidente que el desgaste de este sexenio glorioso ha agotada a la selección. Alonso y Casillas hablaron de falta de hambre y de compromiso. Fue una derrota cruel para una generación única. Pero España quiere centrarse ahora en resurgir de sus cenizas desde el fútbol que la hizo grande. Y Del Bosque planteó su salida como una posibilidad cierta.

Vicente Del Bosque cayó del Olimpo de los dioses

España dejó el Mundial antes de lo previsto entre críticas al estado físico y la motivación de los jugadores, pero también a las decisiones de su seleccionador, Vicente del Bosque.

Del Bosque podría subirse también al autobús de los jugadores que dejan la selección (Xavi Hernández, David Villa y probablemente Iker Casillas, Xabi Alonso y Fernando Torres), pese a que en noviembre su contrato fue renovado hasta la Eurocopa 2016 en Francia.

Con un amistoso en París contra la selección francesa, el 4 de septiembre, comienza la nueva era de la selección, que cayó a las primeras de cambio en Brasil-2014, tras perder con Holanda (5-1) y Chile (2-0). Cuatro días más tarde se medirá a Macedonia en Valencia, en el primer duelo de clasificación a la Eurocopa 2016.

Otros duelos, otra generación, otro seleccionador

Y en esos dos duelos podría estar otra generación de jugadores, pero también un nuevo seleccionador. La federación española de fútbol insistió antes del Mundial que Del Bosque seguiría en el puesto, aunque la Roja cayera en la primera fase.

“Si se quiere ir, le diremos que no. Y si insiste, le diremos que se vaya de vacaciones y que en septiembre empezamos de nuevo”, dijo Jorge Pérez, secretario general de la federación. Y es que, probablemente, Vicente del Bosque planteará su marcha.

“Es cierto que cuando sucede algo negativo en una competición tan importante como ésta trae sus consecuencias. No me gustaría entrar en ese análisis ahora, porque tenemos mucho tiempo por delante. Tendremos tiempo para buscar lo mejor para el fútbol español, y eso me incluye a mí”, dijo Del Bosque tras la derrota ante Chile, abriendo la puerta de salida. El técnico sabe que los aficionados españoles le agradecen su trabajo y su granito de arena en los últimos títulos, pero Del Bosque tomó también algunas decisiones que no dieron el resultado esperado y las críticas ya le están cayendo.

Cuando en la Eurocopa 2012 ganó con un sistema con un falso nueve, Cesc Fábregas, en este Mundial se decantó por dos delanteros natos, Diego Costa y Fernando Torres, que tocaron pocos balones, ante equipos como Chile y Holanda, que cerraban muy bien los espacios.

Sabiendo que la defensa de Chile no es muy alta, Del Bosque dejó fuera de la convocatoria a dos hombres que van bien de cabeza, como Álvaro Negredo y Fernando Llorente, eligiendo a un Torres en horas bajas, y un Diego Costa que no había demostrado que se acoplara al sistema de la escuadra española. Tampoco utilizó a David Villa, máximo goleador de la historia de la selección española, con 58 tantos.

En el primer partido, contra Holanda, decidió contar con sus jugadores de confianza, entre ellos Xavi Hernández y Gerard Piqué, pero al darse cuenta de que no estaban en la mejor forma, cambió sobre la marcha, y los mandó al banco frente a Chile. Eso dejó a España sin uno de sus organizadores naturales, Xavi, quedándose huérfano Andrés Iniesta en la construcción, y colocó como centrales a un dúo poco utilizado, formado por Sergio Ramos y Javi Martínez, elegido a última hora.

Sin candidatos

El seleccionador pondrá probablemente su cargo a disposición de la federación, pero España no tiene en estos momentos un candidato natural para sustituir a un Del Bosque malherido deportivamente. El seleccionador Sub 21 es Albert Celades, un joven entrenador sin experiencia, que sustituyó en el cargo hace pocas semanas a Julen Lopetegui, que se ha marchado al Oporto. El anterior seleccionador juvenil, Luis Milla, fue cesado después de que España cayera eliminada en la primera fase de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Si Del Bosque decide dar un paso al costado, como parece posible, la federación española tendrá dificultades para encontrar un sustituto.

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