¿Se muere más gente de influenza? El coronavirus parece ser más mortal que la influenza, hasta ahora. En promedio, las cepas de gripe estacional matan a aproximadamente el 0,1% de las personas infectadas. La gripe de 1918 tuvo una tasa de mortalidad inusualmente alta, alrededor del 2%. Como era tan contagiosa, esa influenza mató a decenas de millones de personas.
Según informó The New York Times, las primeras estimaciones de la tasa de mortalidad por coronavirus de Wuhan, China, el epicentro del brote, han sido de alrededor del 2%. Pero un nuevo informe sobre 1.099 casos de muchas partes de China, publicado el viernes de la semana pasada en The New England Journal of Medicine, encuentra una tasa más baja: el 1,4%.
La tasa de mortalidad por coronavirus podría ser aún más baja si, como sospechan la mayoría de los expertos, hay muchos casos que no se han detectado en los que los pacientes son asintomáticos o presentan síntomas leves.
La verdadera tasa de mortalidad podría ser similar a la de una gripe estacional severa, que es inferior al 1%, según un editorial publicado en esa revista por los médicos Anthony S. Fauci y H. Clifford Lane, del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, así como Robert R. Redfield, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés).
Pero incluso una enfermedad con una tasa de mortalidad relativamente baja puede tener un costo enorme si un gran número de personas la contraen. Hasta el domingo 1 de marzo, había 87.000 casos de coronavirus y 3.000 muertes. Esta semana, por primera vez desde el inicio del brote, el número de casos nuevos fuera de China fue más alto que dentro de dicho país.
Hasta ahora, el nuevo coronavirus parece ser más contagioso que la mayoría de las cepas de la influenza y, en líneas generales, tan contagioso como las cepas que aparecen en las temporadas de gripe pandémica.
Cada persona con el coronavirus parece infectar a otras 2,2 personas, en promedio. Pero la cifra está sesgada por el hecho de que la epidemia no se manejó bien al principio y, en consecuencia, las infecciones se dispararon en Wuhan y el resto de la provincia. A medida que se controla una epidemia, el número de reproducción (o R0), como se le llama, disminuirá.
En comparación, el R0 de la gripe estacional es aproximadamente 1,3; en el caso de la gripe de 1918 era casi el mismo que el del nuevo coronavirus, quizás más alto, pero eso fue antes de las vacunas y los tratamientos modernos.
Tanto en la influenza como en la enfermedad causada por el coronavirus, las personas pueden ser contagiosas antes de que se desarrollen los síntomas, lo que complica o incluso imposibilita controlar la propagación del virus. Nadie sabe cuántas personas infectadas con el coronavirus solo presentan síntomas muy leves o ninguno.
Tanto el coronavirus como la influenza son más peligrosos para las personas mayores de 65 años o quienes tienen enfermedades crónicas o un sistema inmunitario débil.
Las tasas de mortalidad entre los hombres infectados con el coronavirus en China, particularmente aquellos de 40 y tantos años o más, han excedido a las de las mujeres, un patrón que no se observa en la gripe estacional. Se desconoce la razón de la discrepancia, aunque los hombres chinos fuman más, lo que a menudo resulta en una función pulmonar más débil.
Parece haber otra diferencia importante: la gripe o influenza es mucho más peligrosa para los niños, especialmente los muy pequeños, quienes pueden enfermarse gravemente. En cambio, los niños infectados con el nuevo coronavirus tienden a tener síntomas leves o nulos.
La influenza también es especialmente peligrosa para las mujeres embarazadas, que pueden enfermarse gravemente. Aún no se sabe si el nuevo coronavirus representa una amenaza tan grave para las mujeres embarazadas.
Hasta el 22 de febrero, en la temporada actual hubo al menos 32 millones de casos de influenza en Estados Unidos, 31.000 hospitalizaciones y 18.000 muertes por ese virus, según los CDC. Las tasas de hospitalización entre niños y adultos jóvenes este año han sido inusualmente altas.
Habría incluso más enfermedades y muertes si no hubiera una vacuna contra la influenza. La mayoría de las personas se recuperan en menos de dos semanas y a veces en solo unos cuantos días.
Por el contrario, menos de 70 personas en Estados Unidos han sido infectadas con el nuevo coronavirus y solo ha habido una muerte. No existen tratamientos o vacunas para el coronavirus, solo cuidados paliativos para personas infectadas.
La mayoría de los casos de infección por coronavirus no son graves, pero algunas personas se enferman bastante. Los datos del estudio más grande de pacientes que se tiene hasta la fecha, realizado en China, indican que, de los pacientes con coronavirus que recibieron atención médica, el 80 por ciento tenía infecciones leves, aproximadamente el 15 por ciento tenía enfermedades graves y el 5 por ciento eran casos críticos.
Los primeros síntomas —fiebre y tos— son similares a los de la gripe, por lo que las enfermedades pueden ser difíciles de distinguir sin una prueba para identificar el virus. La neumonía es común entre los pacientes con coronavirus, incluso entre aquellos cuyos casos no son graves.
Los expertos piensan que también puede haber muchas personas asintomáticas o con síntomas tan leves que nunca se molestan en buscar atención médica. Debido a que esos casos no se han contabilizado, ahora no es posible conocer la proporción real de casos leves en contraposición con aquellos graves.
Las pruebas de anticuerpos —que pueden determinar si alguna vez alguien se ha infectado— podrían ayudar a determinar cuántas personas tuvieron infecciones leves o asintomáticas por el coronavirus.
No hay un medicamento antiviral aprobado para el coronavirus, aunque se están probando varios. Los médicos pueden recomendar solo los remedios habituales para cualquier enfermedad viral: descanso, medicamentos para reducir el dolor y la fiebre, así como líquidos para evitar la deshidratación.
Los pacientes de coronavirus con neumonía también pueden llegar a necesitar oxígeno y un respirador si la dificultad para respirar empeora.
No obstante, para la gripe hay cuatro medicamentos recetados. Todos funcionan mejor si se toman en el primer o segundo día después de que comienzan los síntomas.
No son curas milagrosas: pueden disminuir la gravedad de la enfermedad, acortar su duración un día, aproximadamente, y pueden reducir el riesgo de complicaciones graves.
Los medicamentos también se recomiendan para personas que han estado expuestas a un paciente con gripe para tratar de prevenir la enfermedad.
La gripe, como esta cepa del coronavirus, también puede causar neumonía y problemas respiratorios. Cualquier persona con dificultad para respirar necesita atención médica rápida.
Una vacuna experimental para el coronavirus puede estar lista para ser probada en humanos en unos pocos meses, pero tomará mucho más tiempo, al menos uno o dos años, para que todos la puedan tener.
En cambio, las vacunas contra la gripe o influenza se pueden conseguir de manera sencilla y, en general, tienen una efectividad del 40 al 60 por ciento, lo que significa que reducirán los casos en esa cantidad en una población vacunada, en comparación con una que no ha sido inmunizada.