Ivana Saric contó las circunstancias en las que su hijo, que entonces tenía 21 años y jugaba en San Lorenzo, tomó una trágica decisión.
La mañana del 4 de abril de 2000 Ivana Saric halló ahorcado a Mirko Saric, su hijo, en una de las habitaciones de la planta alta de la casa de Fabre 1241, en el barrio de Flores. Desde entonces las causas de aquella decisión del jugador de San Lorenzo estaban rodeadas de misterio pero hoy, a 20 años de lo ocurrido, la mamá del joven que apenas tenía 21 años, reveló detalles de lo ocurrido.
"Ya pasaron 20 años y voy a contar algo que nunca dije. Mirko estaba feliz porque había sido papá. Era una chica del barrio y sabíamos cómo se manejaba cuando él estaba concentrado… La enganchaban con muchos pibes. Nosotros le pedimos que se hiciera un ADN, porque yo quería saber si era realmente abuela. Nunca lo presionamos porque por más que el hijo no fuera de él, lo podía aceptar igual", contó Ivana.
Mirko Saric había nacido el 6 de junio de 1978 en la Capital Federal. Se inició como futbolista en las inferiores de San Lorenzo en 1987 y el 22 de diciembre de 1996 debutó en Primera. Ese día ingresó desde el banco de suplentes en reemplazo de Néstor Pipo Gorosito en el partido que el Ciclón perdió por 2 a 0 ante Unión de Santa Fe.
Si bien hizo su presentación de la mano del entrenador Carlos Aimar, fue en el ciclo de Oscar Ruggeri como DT que Saric se mostró en su esplendor, al punto de que el Real Madrid llegó a hacer una oferta de 10 millones de dólares por su ficha. En San Lorenzo jugó 52 partidos oficiales: 41 por torneos de AFA y 11 por la Copa Mercosur.
Cuando Mirko supo del embarazo de quien era su novia, tomó una decisión cuyo resultado sería el motivo final para terminar con su vida. "Pagó fortuna por un ADN para él, la madre y el nene. Pero estoy convencida de que lo hizo más para ponerme la tapa a mí que por otra cosa. Mirko estaba seguro que ese chico era suyo, me decía que era chuequito como él. Estuvo al lado de la madre todo el embarazo, y cuando nació, le cambiaba los pañales, le compraba de todo", recordó Ivana y sobre esto agregó: "Dio Negativo. Un día me llama con voz de ultratumba y me dice: 'Mamá, venite urgente para casa''. Cuando llego me muestra los resultados y me dice: 'Tenías razón mamá!'. Lloraba a más no poder. Te juro que en mi vida quise tener la razón. Ojalá hubiera sido de él porque si ese hijo hubiera sido suyo, no se hubiera matado".
Mirko Saric jugaba como volante, era zurdo. Quienes lo conocieron sabían de su tendencia a la depresión. El propio futbolista relató en su momento que en 1999, tras sufrir una grave lesión, su carrera futbolística se había terminado: "Cuando me rompí los ligamentos en Reserva, frente a River, pensé que tenía que largar todo. Pero mis viejos me tranquilizaron", apuntó. Necesitaba de acompañamiento y cariño permanente.
Hace dos años fue Ruggeri quien dio detalles de la última charla que tuvo con el jugador y que daba cuenta de su ánimo: "Un día me golpea la puerta, me dice: '¿Puedo hablar con vos?'. ¿Qué estaba esperando yo? Que dijera 'mirá, yo por izquierda no me gusta jugar', yo lo hacía jugar por izquierda; 'no tengo marca', no sé… Me senté en la cama y me dice… 'No le encuentro sentido a la vida'. Así, de la nada. A mí".
Esa vez, el Cabezón añadió: "Yo le dije: 'Tenés a tu papá, tu mamá, tus hermanos, tus amigos, los pibes del plantel te quieren, firmaste contrato, jugás al fútbol, que es lo que querés'. 'No me pasa por ahí', me respondió. Yo no sabía otra cosa. Entonces lo llamé a su papá y le conté. Me avisó: 'Quedate tranquilo que está tratándose con un psiquiatra'. Y después pasó lo que pasó".
A Mirko le pesaban las injusticias. "No las soportaba", subrayó su mamá, mientras que Martín Saric, hermano de Mirko, también brindó su testimonio al cumplirse 20 años de la tragedia. "Los compañeros que tenía en San Lorenzo le regalaron de todo para su hijo. Imaginate la situación, de tener que volver al club y contarles la verdad. Tenía miedo de que en la cancha le gritaran de todo. El fútbol es un ambiente muy machista".
Martín recordó las circunstancias del noviazgo de Mirko Saric con la chica cuya verdad revelada determinaría lo ocurrido. "Yo la conocía, por supuesto. Éramos un grupo de amigos que parábamos cerca de casa. Estuvieron saliendo casi un año. Pero como yo no concentraba (ndr: él también era futbolista), salía y la veía con otros chicos. Hablaba con Mirko, pero discutíamos mucho. Por un lado lo entendía porque estaba súper enamorado, pero como hermano tenía que decirle la verdad, aunque doliera. De todas maneras algo sospechaba, porque cuando regresó de Japón (fue a jugar con la sub 23 de Argentina) mi hermano le mira la agenda y la fecha que había quedado embarazada estaba remarcada. Y en esa fecha él estaba en Japón".
Las crónicas periodísticas de lo ocurrido el 4 de abril de 2000 en la calle Fabre 1241 cuentan que Mirko Saric se suicidó ahorcándose con una sábana que colgó en una barra de su cuarto en la que hacía gimnasia. Lo encontró su mamá, Ivana, quien minutos antes le había dicho que iba a prepararle el desayuno. Según informó ese día el comisario Ricardo Rodríguez, de la comisaría 38ª, no se había encontrado ninguna nota del jugador que explicara su decisión.
Por entonces Mirna, hermana del futbolista de descendencia croata, contó: "Últimamente Mirko estaba deprimido y bajo tratamiento psicológico, decía que no quería vivir más; no aguantaba la presión de jugar en Primera y hasta le molestaba lo que le gritaban de la tribuna".
Hoy, a 20 años de su muerte, Ivana pudo contar las circunstancias de la escena que lastimarían su vida para siempre. Aquel estudio de paternidad negativo tuvo un capítulo antes del trágico final: "Fuimos Mirko, mi marido y yo a ver al padre de la chica. Ella no estuvo presente, porque tenía que cuidar al bebé. Le entregamos la fotocopia del ADN y Mirko lo miró a la cara y le dijo: 'Se imaginará que no puedo hacerme cargo de un hijo que no es mío'. ¡Pero lo peor fue la respuesta del padre!: 'Bueno Mirko, se habrá equivocado una vez'' Les grité de todo en la cara, agarré a Mirko y le dije: 'Vamos hijo, no tenemos más nada que hacer acá'".
La lesión de ligamentos que había sufrido, los 10 millones de dólares ofrecidos por el Real Madrid que San Lorenzo consideró insuficientes, un choque que protagonizó los primeros días de marzo de 2000 y la infidelidad de su novia desencadenaron en la decisión que hoy, a 20 años de ocurrida la tragedia, aún le duele al fútbol argentino.