Cada vez más mujeres buscan modificar su aspecto a través de la medicina estética. En este contexto, los tratamientos estéticos no invasivos se presentan como una alternativa muy atractiva, ya que logran excelentes resultados sin exponer al paciente a los riesgos de una cirugía.
El
ultrasonido
es una de las técnicas que se utiliza en medicina estética con el objetivo de inducir la vasodilatación y mejorar el metabolismo del tejido adiposo. Esto permite reestablecer la microcirculación que se ve afectada por la celulitis.
A través de este tratamiento estético el especialista actúa sobre los tejidos provocando un
micromasaje celular y molecular
. El ultrasonido alcanza excelentes efectos antiedematosos, aumentando el drenaje linfático y la permeabilidad de la piel.
En la actualidad el ultrasonido tiene numerosas aplicaciones, que van desde el tratamiento de la celulitis hasta la solución de problemas de acné, además de ofrecer magníficos resultados para personas que sufren de contractura capsular en la mama luego de un implante, ciática, contracturas, lumbalgias, várices y problemas circulatorios, entre otras posibilidades.
Cabe aclarar, sin embargo, que las aplicaciones estéticas del ultrasonido no están recomendadas para todo tipo de personas, sino que existen ciertos casos en los que se aconseja evitar su uso. Esto ocurre en mujeres embarazadas, en personas que sufren inflamaciones agudas, individuos con trastornos de la sensibilidad y pacientes que presentan tumores, entre otros casos en los que se desaconseja su aplicación.