“Las bases sociales y económicas del pueblo cuyano, modeladas por la cultura de la vid y el vino, constituyeron el fundamento del plan sanmartiniano...La cultura de la vid, el vino y el aguardiente generó aportes mediatos e inmediatos para la realización de la campaña libertadora”.
“Una de sus primeras medidas -que tomó San Martín al asumir como gobernador de Cuyo- fue levantar un catastro general de propiedades, para exigir el pago de impuestos en forma proporcional a los bienes de cada ciudadano. A ello se sumaban los impuestos específicos que existían desde antes, y los nuevos que se establecieron con motivo de la campaña libertadora. Se grabó con un peso cada barril de vino y con dos una de aguardiente que se extrajera del territorio, con el carácter de contribución voluntaria; el producto de los alcoholes se aplicó al servicio militar”.
“A pesar de la sobrecarga general de impuestos que sufrían los vinos y aguardientes cuyanos, los productores locales aceptaron realizar aportes extraordinarios para contribuir a la financiación del Ejército de los Andes. Así se resolvió en forma consensuada y voluntaria por parte de los viticultores, los cuales expresaron de este modo su adhesión a la causa patriota”.
“Los impuestos voluntarios, establecidos con el consentimiento de los productores de vino y aguardiente cuyanos, fueron la nota financiera regional de la campaña sanmartiniana. A través de esta iniciativa, los viticultores de Mendoza y San Juan escribieron su propia página en la Historia Universal”.
La cita del libro La vid y el vino del historiador mendocino Pablo Lacoste, es contundente y cuenta bien cómo actuaron en épocas especiales sectores públicos y privados. Es bueno saber qué sucedió en esa gesta a la que Mendoza abraza como propia y a la que siempre remiten empresarios y políticos.
Así también es bueno ver qué sucede en Mendoza en plena cuarentena.
Durante los primeros días de abril, cuando se sabía que la crisis económica se iba a agravar, desde la Coviar pidieron acciones para sostener el empleo y la producción. También solicitaron incremento en los reintegros a productos vitivinícolas, que se amplíen plazos para el ingreso de divisas de establecimientos del sector, un incentivo para acelerar el ingreso de divisas, celeridad en el cobro de IVA, poder utilizar el derecho de exportación como crédito para el pago del Impuesto a las Ganancias y apoyo para disminuir costos energéticos y logísticos y que se incluya al enoturismo en el Programa de Emergencia al Trabajo y la Producción.
Esta semana, la Coviar decidió aumentar el 30% la contribución obligatoria que deben realizar las bodegas. Los organismos nacionales, Instituto Nacional de Vitivinicultura e Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, no vieron con buenos ojos la medida y es que los mismos que piden ayuda se incrementan gastos.
Eduardo Sancho, miembro de Coviar, explica que “el incremento hay que hacerlo a esta altura del año porque así está en el estatuto, si no lo hacemos pasaría para el año que viene, se desfinancia Coviar, no podríamos seguir con los programas y en el 2021 habría que aplicar una suba del 60%”.
El titular de Fecovita afirma que la medida que se tomó y que ayuda a las bodegas en la crisis es no bloquear bodegas por la falta de pago de la contribución a Coviar, es decir que puedan seguir comprando y vendiendo vino. “Hay bodegas que pagan 600 pesos, los que pagamos mucho somos los grandes establecimientos y financiamos el 80% del presupuesto de Coviar. Hay especulaciones políticas por la medida”, explicó.
Por su parte, el vicegobernador Mario Abed, quien viene marcando diferencias con Coviar y mantiene fuertes cruces, algunos en público, con los referentes más iracundos de la entidad, se manifestó en contra del incremento: “No es momento de aumento y menos para el sector productivo, me parece inapropiado”, pero él no tiene ni voz ni voto en la mesa de Coviar. El gobierno provincial optó por abstenerse y que “resuelvan el problema los privados”.
Los salarios y el mantenimiento del empleo son los grandes desafíos para una economía desquiciada en cuarentena. Mientras ya se vislumbran que los mismos de siempre volverán a ganar con esta crisis. Por poner un ejemplo, sin precios en el mercado inmobiliario, el que tenga algo de dinero podrá comprar el doble o el triple de lo que hubiera adquirido antes de la pandemia. Lo mismo sucederá con la compra de empresas y con productos de los diferentes rubros.
Las asimetrías sociales se agrandarán y los sectores más castigados -una vez más- tendrán menos conocimientos que los otros. Se avecina un mundo hiper desigual.
También habrá que estar preparados para el salto de la inflación y la devaluación que se vendrá antes o después.
Cada empresa hará lo que pueda con el empleo y salarios, algunos gremios aceptan menos dinero a cambio de mantener los puestos de trabajo. Empresas y Estado están entrampados en el infernal desafío de pagar salarios con caída de ingresos.
En la provincia cuentan la plata día a día. Entre las urgencias, más allá del dinero para comprar insumos de salud, alimentos para sectores vulnerables y enfrentar mayores gastos por la pandemia; está el pago de los salarios, clave para evitar conflictos sociales y mover la economía. ¿De cuánto dinero hablamos? Son $ 7 mil millones los que debe juntar todos los meses el Estado para pagrle el sueldo a unas 95 mil personas. Los gastos totales de la provincia son $ 12 mil millones por mes. El pago de los salarios de abril está garantizado. La recaudación de impuestos provinciales en marzo fue de $ 3.900 millones y el año pasado fue $ 5.100 millones. ¿Y cómo juntar entonces los 12 mil millones con recaudación en baja y actividad paralizada? “Lo vamos a ir construyendo día a día, este mes vamos a estar bien usando remanentes porque la provincia estaba ordenada. Dependemos mucho de la asistencia nacional que llegó pero faltan precisiones sobre cuánto y cuándo seguirá llegando”, dice Lisandro Nieri, ministro de Hacienda.
También la pandemia toma por asalto a la clase política local, es que nunca mantuvieron el Fondo Anticíclico que fija la Ley de Responsabilidad Fiscal y que implica tener una partida de sueldos para enfrentar crisis.
Mientras avanza la cuarentena, ¿se irá construyendo alguna épica en la economía? Sabemos que es lapidario el golpe y se potenciarán comportamientos solidarios y mezquinos, como venimos viendo. Estarán los que tendrán algún margen para decidir pensando en la gente que tienen a cargo y los que no podrán resistir. Muchos caerán y no se recuperarán más. Se recordará a los funcionarios que actuaron para evitar mayores desastres, a los que tuvieron un gesto donando parte de su salario y los que, a pesar de llegar a sus puestos con la política -como en el caso de decanos, secretarios y el rector de la UNCuyo- alegan ajustes previos y las palabras del presidente Fernández al negarse a la baja de salarios de funcionarioes nacionales para no donar parte de su sueldo. Los ministros provinciales ganan unos $ 180 mil por mes y donarán parte de su sueldo. El rector de la UNCuyo, gana $ 130 mil de básico y no muy lejos están los decanos y otros funcionarios de la casa de estudios. ¿Este mes, hay gente que con suerte subsistirá con $ 10 mil pesos y elllos no pueden donar nada? ¿Cómo será la post cuarentena en Mendoza? ¿Cuántos empleos quedarán en la industria vitivinícola, la que más ocupa en Mendoza con 80.000 puestos de trabajo directos, en el transcurso de la crisis? ¿En cuánto quedará la tasa de desocupación local? ¿Estarán a la altura los actores de gestionar una crisis inédita, así como lo estuvieron los que se comprometieron con la campaña de San Martín?