Un explorador británico murió de agotamiento, deshidratación y una peritonitis avanzada cuando intentaba ser el primero en cruzar la Antártida solo y sin apoyo.
El ex militar Henry Worsley se encontraba a 48 kilómetros de su meta luego de recorrer casi 1.500 kilómetros cuando pidió ayuda y fue recogido del hielo el viernes.
Su familia dijo ayer que Worsley murió de “insuficiencia orgánica total” en un hospital en Punta Arenas, Chile. Había sido operado el día anterior de una peritonitis bacteriana, una infección del tejido que reviste el abdomen y que puede provocar septicemia.
“El paciente ingresó acá con una peritonitis muy avanzada. Llevaba aproximadamente unos cuatro días con síntomas”, declaró el doctor Juan Pablo Ormazábal, jefe del equipo médico que lo atendió en Punta Arenas, 3.200 kilómetros al sur de Santiago. Agregó que “el manejo fue el adecuado, pero la evolución, el pronóstico de ingreso era bastante amenazante” y que su esposa, Joanna Worsley, estaba agradecida por “todos los esfuerzos médicos que se hicieron”.
Worsley, de 55 años, recorrió algo menos de 1.500 kilómetros en 71 días arrastrando un trineo con provisiones. Su intención era completar la expedición transantártica inconclusa de Ernest Shackleton de hace un siglo. La travesía de Shackleton se convirtió en una lucha desesperada por la supervivencia en 1915 cuando su barco, el Endurance, quedó atrapado en el hielo y se hundió. Su esfuerzo por llegar a una remota factoría ballenera en el Atlántico sur y rescatar a sus hombres es considerado una hazaña heroica.
Frank Worsley, un antepasado de Henry Worsley, era el capitán del Endurance.
La esposa de Worsley, Joanna, dijo que la expedición había recaudado unos 140.000 dólares para ayudar a soldados heridos.
El príncipe británico Guillermo, patrocinador de la expedición, dijo que él y su hermano el príncipe Enrique habían perdido un amigo. “Fue un hombre que demostró gran valor y resolución y nos sentimos increíblemente orgullosos de estar asociados con él”, dijo Guillermo.
Worlsey decidió desistir el viernes después de no poder salir de su carpa durante dos días. “Los 71 días a solas en la Antártida con más de 900 millas terrestres (1.448 kilómetros) recorridos y el agotamiento gradual de mi resistencia física finalmente pudieron conmigo y con gran tristeza informo del final de mi viaje, tan cerca de mi meta”, dijo en un mensaje final.
La nieta de Shackleton, Alexandra, dijo que la muerte de Worsley significaba “una pérdida enorme para el mundo de los aventureros”.
La embajada británica en Chile prepara sus restos para repatriarlos
El cuerpo del británico Henry Worsley era preparado ayer para su repatriación desde Punta Arenas, donde falleció el domingo a consecuencia de un fallo multiorgánico, informó la embajada británica en Santiago.
“Por parte de la embajada británica nos encontramos prestando asistencia consular a su esposa, junto con acompañarla en este difícil momento”, dijo Fiona Clouder, embajadora de Gran Bretaña en Santiago.
La fecha de la repatriación de los restos de Worsley no fue dada a conocer, aunque fuentes oficiosas señalaron que su cuerpo había llegado anoche a Santiago.
El aventurero británico había logrado superar el Polo Sur bajo temperaturas de -44º y tormentas de nieve. Antes de pedir ayuda, había pasado dos días en su tienda de campaña víctima de agotamiento y deshidratación.
Personalidades como el ex futbolista David Beckham -amigo suyo- expresaron su pesar por el deceso de Worsley.
Antártida maldita
La aventura del británico se llamaba "Shackleton en solitario" y rendía homenaje a la fallida expedición "Endurance" (1914-1917) del irlandés Ernest Shackleton -cuando Irlanda era parte de Gran Bretaña.
“Henry quiso seguir sus pasos por la Antártica en beneficio de la Fundación Endeavour. Esta organización presta asistencia a miembros retirados de las fuerzas armadas británicas que hayan sido heridos en combate”, explicó la embajadora Clouder.
Worsley había logrado recolectar 100.000 libras (unos 143.000 dólares) para esta fundación, en la cual también colaboran los príncipes de Gales.
Sin embargo, la Antártida volvió a ser un lugar maldito para los aventureros británicos.
El viaje lo realizaba arrastrando un trineo en el que llevaba equipamiento y víveres.
Antes, en 1912, Robert Falcon Scott murió de agotamiento y frío con sus cuatro hombres tras alcanzar el Polo Sur, sólo para descubrir que la expedición del noruego Roald Amudsen se le había adelantado por muy poco y se había convertido en la primera en llegar al punto más meridional de la Tierra.
En octubre, el aventurero le había dicho a la BBC que esperaba perder 12,7 kilos durante la odisea.
El explorador había señalado que creía que su viaje duraría 75 días y que llevaría suficientes alimentos por 80 días: “Podría hacerlos durar un poco más”.
Indicó que planeaba hacer una llamada a una base logística cada 24 horas y en caso de que no llamara en dos oportunidades seguidas, un equipo de rescate saldría a buscarlo en su última ubicación registrada por el sistema de GPS.
Cuando se le preguntó si estaba “loco” al asumir semejante empresa, dio a entender que no había ninguna ciencia en “deslizar un esquí en frente del otro”.
El príncipe Guillermo se hizo amigo de Worsley cuando el heredero británico patrocinó la Carrera del Centenario Scott-Amundsen (2012), en la que el explorador participó al frente de un equipo de seis soldados británicos siguiendo la ruta original que llevó al noruego a ser el primero en el Polo Sur en 1912.