Crónicas del Antropoceno... a propósito del Día de la Tierra

Crónicas del Antropoceno... a propósito del Día de la Tierra

"La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces ¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar". 
Eduardo Galeano.

Un rápido examen por las noticias de los últimos meses nos ofrece un panorama poco alentador sobre el medio ambiente y pronósticos sombríos en un futuro no demasiado lejano.

Sin ser demasiado exhaustivo, y de mayor a menor escala, comencemos diciendo que somos alrededor de 7.500 millones de seres humanos, que hoy necesitamos 1,5 planetas Tierra para producir los recursos necesarios para satisfacer la demanda de la población mundial, que aumenta el consumo de energía proveniente de combustibles fósiles. Que 2016 fue el año más caluroso de la tierra desde que existen registros. Que suman millones los refugiados por catástrofes climáticas y guerras. Que las enfermedades transmitidas por vectores y su expansión geográfica se incrementa con el calentamiento global.

Que la deforestación de bosques aumenta en paralelo con el incremento poblacional. Que la desaparición de la biodiversidad, o extinción de especies, es mil veces más alta que la tasa de extinción natural. Que las especies exóticas invasoras van en aumento. Que la tasa de deforestación del Gran Chaco Sudamericano es una de las más altas del mundo. Que la expansión de agroecosistemas y expulsión de pobladores rurales aumenta. Que Argentina tiene menos del 8% de su territorio continental como área protegida. Que los derrames contaminantes de la megaminería son más visibles. Que aumentan las aplicaciones descontroladas de plaguicidas. Y así podemos continuar enumerando los desastres ambientales por largo rato.

Ninguna de estas noticias suceden porque sí, más allá de las catástrofes naturales, como el meteorito de Yucatán, que acabó con los dinosaurios hace varios millones de años y que nos abrió oportunidades a nosotros, los mamíferos, sino que están estrechamente asociadas al período que nos toca vivir y que llamamos Antropoceno y que, según algunos, se inicia con los registros de la primera detonación nuclear en 1945.

La Tierra vive hoy en el marco de políticas de desarrollo contrarias a la sustentabilidad. Esto es, cuando la dimensión económica se expande sobre las dimensiones ambiental y social, y considera al ambiente como un bien de mercado, sometido a la oferta y la demanda, sin reparar por su continuidad en el tiempo y con algunas de las consecuencias socio-ambientales ya señaladas.

¿Qué hacer? ¿Cómo responder a los desafíos del antropoceno?...

Sin ahondar demasiado, el primer paso es la formulación y ejecución de políticas de desarrollo sustentadas por un relativo equilibrio de las dimensiones ambiental, social y económica, que aseguren la continuidad temporal e integrada del ambiente y dinámica socio-productiva.

Argentina posee uno de los mosaicos ecorregionales más diversos del cono sur de Sudamérica. Sin embargo los desafíos de la región son enormes. Hoy es ineludible y urgente elaborar una política ambiental de Estado a largo plazo orientada a revertir la acelerada pérdida y degradación de ecosistemas, su heterogeneidad, y a restituir y proteger la diversidad socio-cultural y productiva del territorio. Esto implica, sin pretender hacer un listado exhaustivo: planificar el territorio con la más amplia y activa participación de todos los sectores sociales; jerarquizar la dimensión ambiental y los cuerpos técnicos del Estado responsables de su administración. Consolidar el sistema científico-tecnológico, universidades y diversificar sus programas de formación profesional; educar y concientizar a la sociedad sobre la complejidad del ambiente y normas para su conservación y utilización, y aunar la concepción ambiental al marco de políticas regionales de integración y desarrollo, entre otros.

Días atrás fuimos testigos de una impresionante muestra de conciencia ambiental ciudadana con una movilización masiva en la Provincia de Córdoba en defensa del remanente de sus bosques. Sirva este ejemplo como figura conceptual y decir, parafraseando a Eduardo Galeano, que la sustentabilidad de la Tierra está en el horizonte y caminar hacia allí debe ser el objetivo de la humanidad.

Las opiniones vertidas en este espacio no necesariamente coinciden con la línea editorial de Los Andes.

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