Ni dolor, ni sufrimiento pero sí mucha bronca y tiempo de sobra para pensar, leer y hasta hacerse un chequeo médico general. Así fue la vida durante dos semanas de aislamiento de Edgardo Mario Pelayes Andrade (42), el psiquiatra malargüino que fue uno de los cuatro casos confirmados de coronavirus en el departamento más austral de Mendoza y hoy integra el listado de los 42 pacientes recuperados que tiene la provincia.
El médico, que actualmente trabaja en la Obra social de Empleados Públicos (OSEP) en el sur mendocino, fue diagnosticado con Covid-19 el miércoles 15 de abril y desde entonces permaneció en aislamiento en el hospital Regional de Malargüe bajo supervisión médica.
A poco más de una semana de recibir el alta, Pelayes tiene dos teorías sobre su caso: o fue un contagiado más dentro de la pandemia que la pasó de la mejor manera imaginable, sin un solo síntoma que lo aquejara o le transmitiera un atisbo de preocupación, o estuvo diagnosticado erróneamente, lo que le dicen por estos días "un falso positivo".
En ambos casos, el profesional sostiene firmemente que su estadía en el hospital sureño, pese a la estupenda atención que recibió por parte del personal médico y enfermeros, nunca debió suceder.
"Nunca tuve ningún síntoma, no sentía nada, todo estuvo normal. Sólo que me dijeron que era positivo. Ese es el detalle, yo no sé si tuve algo, o no, o fue un falso positivo. No hay nada que me garantice que haya tenido, salvo que me hagan un dosaje de anticuerpos para comprobarlo", inició el diálogo con Los Andes el doctor Edgardo Pelayes.
"No tuve ningún síntoma. No se me bajaron los glóbulos blancos, la imagen de tórax fue limpia. Si tuve, nunca se manifestó nada. Es lo mejor que me pudo pasar, tener algo sin ninguna manifestación. En cambio, si fue un falso positivo, me retuvieron ilegítimamente", insistió el médico.
Un test “de rebote”
Cuando comenzaron a conocerse los casos de coronavirus en Malargüe, se especuló que Adrián Heine, médico de OSEP, podía estar contagiado por contacto estrecho con un paciente porque su padre de 85 años fue el primero de la lista de infectados. Por ello, todo el personal de la obra social fue puesto en cuarentena preventiva.
Sin embargo, se podría decir que a Pelayes el test le tocó "de rebote". Como su esposa es pediatra y trabaja en el hospital malargüino, los testearon para descartar sospechas pero la finalidad era que la médica pudiera retomar sus funciones. Curiosamente, él resultó ser el único positivo de la familia.
"En mi caso me hicieron el test porque, como entramos en cuarentena y mi esposa es pediatra y trabaja en el hospital, la gerente asistencial pidió que saliera de la cuarentena. Nos hizo un hisopado a los dos y, si daba negativo, ella podía volver a trabajar. Y mi mujer dio negativo, curiosamente, yo positivo.
Así como está el misterio instalado en Malargüe sobre como llegó el virus hasta el departamento y convirtió a Berner Heine (85) en el primero de los infectados y también el primero y único fallecido en el departamento, las declaraciones de Pelayes también plantean un gran signo de interrogación sobre su caso.
La posición que ostenta la refuerza con el hecho de que nadie cercano estuvo infectado y, sobre todo, porque nunca tomó contacto con la familia Heine.
"Nunca tuve contacto con Adrián (Heine) y su familia. Es más, a la familia no la conozco y a él (el médico es compañero de trabajo) en el diagrama de trabajo que tenía, hacía más de un mes que no nos cruzábamos. De hecho Heine (padre) se murió por una insuficiencia renal, no por el virus. Esa es la causa de muerte final", sentenció.
Consumir recursos
En la opinión de Edgardo Pelayes, su internación fue totalmente innecesaria y sostiene que sólo sirvió para estar expuesto a infecciones intrahospitalarias, ya que es asmático, y para consumir recursos del sistema de Salud que pueden necesitarse para atender a otros pacientes.
"Con otros virus en los que son (pacientes) asintomáticos se hace el resguardo en la casa, para no quemar insumos del hospital y para que tenga una mejor contención, no se le caiga el ánimo, no esté expuesto a la flora del hospital. En mi caso que, soy asmático, me parecía que exponerme a la flora del hospital que es resistente a antibióticos era innecesario", afirmó.
Y agregó: “Menos mal que no me pasó nada pero si me moría por una infección intrahospitalaria iban a decir que era el coronavirus. Para mí, están haciendo las cosas no de la mejor manera posible”, afirmó.
Además aseguró que con este sistema "se consumen los insumos en gente que no necesita demanda hospitalaria, como en mi caso".
"Después del primer periodo de bronca, porque me separaron de mi familia, estuvo tranquilo. El médico se enfocó a atenderme en lo que podía, me hizo un control cardiológico, entre otras cuestiones que tenían que ver con mi salud para aprovechar el tiempo. Un control general, lo único positivo", añadió hasta con algo de ironía.
Para el psiquiatra, con las medidas de acción dispuestas sólo se está atacando al 30% del problema mientras que al resto, los que pueden portar el virus pero no manifiestan síntomas, se los deja librados al azar y sobre todo, contagiando.
"Están aplicando en todos lados el famoso triaje; se supone que es para detectar algún síntoma. Por eso toman los signos vitales, la saturación (de oxígeno), la temperatura, pero también lo hicieron conmigo, antes cuando todavía estaba trabajando, y todos los que son asintomáticos, como yo, pasan inadvertidos", sostuvo.
"El triaje no detecta los asintomáticos, está dirigido al 30% del problema", indicó.
Lo que ahora menciona con soltura y sin pelos en la lengua, Pelayes lo plasmó en una nota enviada al Ministerio de Salud de Mendoza el 21 de abril pasado, que luego fue refrendada por otra misiva firmada por las autoridades del Círculo Médico de Malargüe.
"Mi preocupación es compartida por otros pacientes, quienes consideramos innecesaria la internación de positivos asintomáticos y mi propuesta es que se reconsidere en este sentido el protocolo y se active la posibilidad del testeo masivo y la externación hospitalaria, con estricto cumplimiento del aislamiento", expuso en la carta.
El profesional consideró necesario replantear algunas medidas de prevención y "tomar pequeñas cuestiones pero que no cambien la calidad de vida a la gente". "Hoy se preocupan por el que tose dentro de un avión pero, por cada uno con síntomas, hay tres que no tienen síntomas; el que no tosió contagia igual", subrayó.
Llegada del virus
El arribó del virus a Malargüe sigue siendo un misterio. Siguiendo la línea de pensamiento sobre los infectados que no presentan síntomas, Edgardo Daniel Mario Pelayes Andrade se animó a exteriorizar una teoría.
"En Malargue se cerraron las fronteras bastante tarde, incluso después de que en Chile hubo un pico importante y puede haber pasado bastante gente en ese tiempo. Hubo muchos chilenos y no sé si no lo trajo alguno que era asintomático", teorizó.