Cristina Fernández admitió que “todavía falta mucho más de este proyecto” y alertó que “va a haber muchos intentos, en la Argentina y en la región también, de volver a políticas neoliberales en donde el Estado desaparezca”, por lo que pidió a quienes la sucedan “defender lo construido” y “sin miedo”.
En su último discurso por el 9 de Julio como Presidenta, que fue transmitido por la Cadena Nacional número 28, Fernández de Kirchner se mostró acompañada por el candidato a sucederla desde el FpV, Daniel Scioli y buena parte del gabinete nacional, gobernadores y candidatos del PJ en un acto en el Hipódromo de San Miguel de Tucumán. Allí volvió a dejar entrever su interés por construir un perfil internacional, al hacer una nueva mención a la crisis en Grecia y seguir siendo conductora del peronismo cuando termine su mandato.
“Es imposible que en 12 años esté todo perfecto, falta mucho más de este proyecto para darle más densidad y entramado para tener una razonable autonomía frente a un mundo muy interdependiente”, sostuvo la jefa de Estado en un discurso en el que aclaró que “no se trata de ideología, de dogmas, se trata del más crudo pragmatismo”.
En ese marco, llamó a “convocar a todos los demás de distintas identidades políticas” sin importar la “ficha de afiliación” y dejó un mensaje a “los compañeros” de su espacio, -mientras la escuchaba Scioli sentado junto a ella- a “hacer lo que falta” y “sin miedo”.
“La idea es que los compañeros de este espacio sigan profundizando lo que falta y a los argentinos, que los miren a los ojos para que les den cuenta de lo que falta hacer en este país”, señaló.
La Presidenta recordó que en diciembre de 2007 tomó la “posta institucional” cuando asumió su primer mandato después de Néstor Kirchner pero valoró que el 27 de octubre de 2010 tomó una “posta más difícil, más compleja”, con el fallecimiento de su marido y antecesor. “No hace falta estar en un espacio institucional, yo nací mujer, argentina y después me hice peronista con eso alcanza y sobra”, enfatizó sobre su futuro rol político y recalcó que “no nos vamos a mover ni un milímetro” del rumbo adoptado desde 2003.
Ante un estadio repleto de militantes K, la Presidenta también lanzó una advertencia a la oposición y a los fondos buitres: “Algunas veces nos habremos equivocado seguramente, pero los que nos critican con tanta furia que nos muestren las que hicieron ellos más que nosotros, entonces nos vamos a sacar el sombrero”.
“Les demostramos en estos 12 años que los que mentían eran ellos y nosotros teníamos razón, porque se podían hacer las cosas para reconstruir la dignidad de los argentinos”. Luego, volvió a referirse al ámbito externo y advirtió: “Hoy andan revoloteando buitres no solo en nuestro país, revolotean por el mundo entero. Ahí están sobre Grecia, Puerto Rico, aquí esta Argentina presentando en Naciones Unidas una legislación que sirva de paraguas y defensa a los Estados en el mundo”, señaló.
“No tendremos nuestra casita de Tucumán” aclaró sobre los próceres de 1816 que declararon la independencia de los españoles, “sino que vamos a tener que ir a pelear a todos los foros del mundo para lograr sostener esta postura”, añadió.
La Presidenta dijo que esos proyectos “no son solo para la Argentina, porque reestructuró el 93 por ciento de su deuda y está al día sin acceder al mercado de capitales prácticamente”, y reiteró que “hoy el mundo atraviesa un momento difícil, complejo, porque nos quieren trasladar la crisis generada y creada en los países centrales a los países emergentes, por eso caen los precios de los commodities porque están intentando volver al viejos términos del intercambio comercial, donde siempre los que aportaban materias primas éramos nosotros”.
Rodeada de dirigentes y candidatos oficialistas
La presidenta Cristina Fernández realizó una rauda visita a Tucumán, que duró menos de una hora y media, para rendir homenaje a los próceres que declararon la independencia en 1816 y encabezar luego un multitudinario acto político en el Hipódromo.
Con una hora de demora, la Presidenta recorrió la nueva exposición del Museo de la Casa Histórica, donde se renovó la información y los bienes existentes para abarcar en el relato independista desde los pueblos originarios de la región, aparte de la introducción de nueva tecnología con pantallas interactivas de comando táctil.
En el solar patrio fue acompañada por el anfitrión, el gobernador José Alperovich; su esposa, la senadora Beatriz Rojkés; el candidato oficialista a la gobernación tucumana, Juan Manzur; el postulante presidencial Daniel Scioli.
También estuvieron los gobernadores Juan Manuel Urtubey (Salta), Claudia Ledesma Abdala (Santiago del Estero, junto a su esposo, el senador Gerardo Zamora) y Eduardo Beder Herrera (La Rioja); y los ministros del gabinete nacional Agustín Rossi, Teresa Parodi, Enrique Mayer, Axel Kiciloff y Florencio Randazzo, entre muchos otros.
Como presente especial, la jefa de Estado recibió un sacón artesanal tejido en telar por parte de la Provincia, en su última visita en un 9 de Julio.
Al salir de la Casa Histórica, la mandataria rompió el protocolo y se acercó a los representantes de los pueblos originarios y a la gente que estaba en el lugar para saludarla estrechando sus manos, oportunidad en la que incluso se sacó un par de “selfies” con seguidoras que le pidieron posar, y luego se asomó por la ventanilla de la combi que la trasladaba agitando los brazos.
Una vez finalizada la ceremonia formal, Fernández de Kirchner y su comitiva se dirigieron al Hipódromo, donde la esperaban desde el mediodía alrededor de 40.000 simpatizantes en un día gris, frío y casi sin sol para encabezar un acto político que fue televisado por cadena nacional.
Para evitar cualquier clase de incidentes, los dirigentes tuvieron asignados los lugares para sus barras con varios días de anticipación, y se dispusieron vallas entre los distintos grupos del peronismo, mientras un helicóptero sobrevolaba constantemente la zona y había dos pantallas gigantes por donde se proyectaban el acto en la Casa Histórica y los discursos.
Un lugar privilegiado frente al escenario fue reservado para La Cámpora, mientras que el resto de los grupos locales debían optar por un solo espacio. Un dato especial fue que el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, competidores en la interna para la gobernación bonaerense, estuvieron sentados uno al lado de otro.
