Arte y vino: ¿Por qué tiene tanto éxito este maridaje? "Convertir el agua en vino fue el primer milagro que realizó Jesús. El vino es elaboración, sensaciones, esperas... como llegar a la firma del cuadro. Mucho camino andado", compara la artista plástica Cristina Santander, quien acaba de volver a Mendoza con una porción de su extensa obra.
Pero aunque sus piezas hayan sido montadas en espacios vinculados con la vitivinicultura otras veces, ahora se han colgado en Protea, la galería de Chacras Park. La obra de Santander, referente mundial en el grabado, se da en contrapunto con la de Viviana Herrera, dando a lugar así al título de la muestra: "Encuentro".
Santander pintó desde siempre, según declaraciones suyas. Viene de una familia de artistas, con padre y tío que tenían orquestas de jazz y una tía cantante. Nacida en Buenos Aires, donde tiene su atelier, es considerada una de las artistas más notables del mundo, especializadas en la técnica del grabado, que estudió en el legendario Atelier 17 de París (un centro donde se renovó esa técnica centenaria).
Y ese nivel artístico lo sostiene con horas y horas de trabajo. Infatigables: en su producción hay más de tres mil pinturas, treinta mil estampas hechas en grabado, además de indagar en la escultura, el diseño de joyas, el vidrio y el metacrilato. Aparte de eso, fue muchos años docente.
-¿Creés que tu arte le debe cosas a la música (especialmente el jazz que, imagino, es la música con la que te criaste)?
-Sí. Aprendí los colores con las escalas y los acordes. Aprendí danza desde los 7 años, con la gran María Ruanova. Fui alumna del gran Fredi Romero, sintiendo y comprendiendo el movimiento desde adentro y la tela, la gran boca del escenario.
-Las piezas que llegarán a Mendoza, ¿qué parte de tu historia o tus búsquedas artísticas representan?
-Mis viajes, mis becas, mi contacto con Velázquez, Goya, Picasso... En fin, vivir el arte. Santander toma todas sus herencias (España, la mitología, la selva latinoamericana) y las reelabora con su enfoque contemporáneo, que se plasma a través de diferentes recursos. Siempre con profundo conocimiento y con una poética anclada en la figuración expresiva. Así ha recreado iconografías célebres, provenientes de los maestros españoles (como Las Meninas, de Velázquez, o la representación de paisajes y personajes característicos de Madrid).
-Tu obra transita diferentes técnicas, aunque sos especialmente reconocida en el grabado. ¿Qué te une o qué te atrae especialmente de esa técnica?
-El grabado es difusión, arte al alcance de cualquier bolsillo. No olvidemos que el cristianismo se difundió a través de las estampas con las que se predicaban los evangelios a un pueblo analfabeto. Lo que no me hace pertenecerle por completo...
-¿Cómo se perciben las artes plásticas que se producen en esta porción del país (que es mucha y diversa) desde tu lugar de trabajo, que está en Buenos Aires?
-Estamos globalizados pero gozamos de identidad. Hoy las capitales parecen liderar el arte. Pero Picasso llegó a la madurez en París, como el mendocino Le Parc o Carlos Alonso, quien rompió las fronteras también. Personalmente agradezco a España por el reconocimiento que mi obra tiene allí, tanto en Museos como en colecciones como la del Ministerio de Exteriores de España o la Biblioteca Nacional de España. En nuestro país todavía el Estado vive de donaciones...
Sobre la muestra
"Encuentro", con curaduría de Julieta Gargiulo, está abierta desde ayer, 26 de abril, y continuará hasta el 26 de julio. Protea, la galería ubicada en Chacras Park (frente a los caracoles), albergará no solo la muestra de Santander, denominada "Santander en Mendoza", sino también "Mujeres de la tierra", de la escultora mendocina Viviana Herrera. Ella indaga en la escultura, como una forma para rescatar y resignificar objetos en desuso.
“Trabajo con materiales que tienen historia propia, que ya recorrieron un camino, y que están destinados a quedar en el olvido. Siento que es mucho lo que me aportan con sus historias, y yo les propongo seguir otro camino, ser parte de una pieza que cuenta otro relato a partir del propio de ellos”, ha apuntado Herrera sobre su trabajo. Hace referencia a un imaginario formado por viejos trastos de cocina, que a través de ella adquieren nuevo valor y una nueva narrativa, que evoca vivencias femeninas.
La visita es de lunes a sábados, de 10 a 19. Como norma, las muestras en Protea se irán renovando cada tres meses.
Sobre Protea
Con esta primera exposición, se lanza de lleno como un polo artístico en la provincia. Ubicado en la planta baja del edicio Ceibo, en Chacras, este espacio cuenta con extensos 115 metros cuadrados. La gestora cultural y curadora Julieta Gargiulo es la directora del espacio, al que enriquecerá con su experiencia en otras galerías, como el Museo Killka de Bodega Salentein.
Además, Protea está equipada con sistemas de sonido e iluminación, ofreciendo así todas las comodidades no solo para el montaje de muestras, sino que también expande sus posibilidades: se podrán hacer seminarios, talleres, conferencias, veladas musicales y presentaciones de libros.
Además, tendrá una biblioteca especializada en artistas mendocinos, argentinos y latinoamericanos. El camino recién empieza.
