Cristina no puede seguir haciéndose la distraída

Cristina no puede seguir haciéndose la distraída

Los Qom de la Primavera son una de tantas comunidades aborígenes de nuestro país que padecen, en pleno siglo XXI, una marginación desconocida para quienes vivimos en la Capital Federal. Hasta el acceso al agua y la salud tienen restringido o negado. Félix Díaz “qarashe” (cacique) se levantó del olvido y la humillación y llegó hasta las puertas de la Casa de Gobierno para pedir por los derechos de su gente.

Cristina, inexplicablemente y a un costo político que se va revelando como cada vez mas alto, se negó de forma sistemática a recibirlos y escuchar su voz. Primero le molestó esa carpa de indigentes en la Avenida de Mayo que mostró las contradicciones en materia de derechos humanos al mundo entero durante la preparación del premio Dakar. Más tarde mandó a la Cámpora con Larroque a la cabeza a hacer el trabajo sucio de enviarlos de prepo en un ómnibus a Formosa con la esperanza de que desaparezcan de la vista.

No contó con Félix Díaz, lo subestimó. No supo que se enfrentaba con un adversario con la fuerza que da la convicción a quien no tiene nada que perder y la grandeza espiritual de un líder único. Sin beligerancia y sin retroceder, Félix ha sabido ganar la simpatía de argentinos que ni siquiera tenían idea de que en nuestro país había indios. La empecinada negativa de Cristina logró que Félix se convirtiera en el representante natural de la dignidad de estos pueblos desposeídos y ha puesto sobre la agenda nacional el tema de sus tierras.

Son cazadores-recolectores para quienes la tierra forma parte de su cultura y de su ser. De ella sacan su sustento y en ella viven sus dioses. El monte es su farmacia, de allí sacan sus hierbas y plantas curativas, su miel y la dulce algarroba. Un Qom no es un Qom sin la libertad para recorrer y cuidar ese monte. Un plan social y una casa donde se los hacina, bajo un caluroso techo de chapa, sólo son la escenografía que oculta un lento etnocidio.

Félix ha perdido parte de su familia y muchos amigos en esta lucha. Sólo en el fin de semana mientras estaba en Roma esperando al papa Francisco, se murieron dos bebés recién nacidos que incrementaron una lista interminable e injusta de muertes evitables.

Francisco ya conocía esta situación, pero quiso con este gesto que Cristina no pueda seguir haciéndose la distraída. Veremos si la Presidenta evitará enfrentar al gobernador de Formosa, Gildo Insfrán -un socio que le vota lo que quiera en el Congreso mientras él puede seguir haciendo sus fechorías dignas de un feudal del medioevo-, o actuará en consonancia con su prédica habitual como cabeza de un gobierno de los derechos humanos.

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