Cuando Cristina Kirchner entró al quirófano, ya dormida por la anestesia, desde afuera no se podía ver nada.
Los ventanales transparentes habían sido cubiertos con contact y quienes trabajaban en ese área, en el tercer piso de la clínica Favaloro, habían tenido que dejar sus celulares en el departamento de seguridad. Dos cirujanos, una instrumentista, un anestesista, un técnico anestesista y el encargado de pasar el instrumental quirúrgico, más el director del establecimiento -que entraba y salía a cada rato- eran los únicos con acceso a la sala.
La Presidenta fue sometida ayer a la mañana a una cirugía por la "colección subdural crónica". Para que se entienda: tenía un hematoma dentro de la cabeza por acumulación de sangre en las paredes de las meninges que cubren el cráneo, que el sábado había derivado en un cuadro de fuertes cefaleas y una arritmia. La operación fue exitosa: Cristina se encontraba anoche lúcida, aliviada y de buen humor.
La Presidenta se recupera en las habitaciones 601 y 602 del sexto piso. Son cuartos que pertenecen a la Unidad de Cuidados Intensivos y que fueron adaptados para que, cuando salga del área de terapia intensiva, la paciente no tenga que pasarse a una habitación común. Permanecerá allí "entre tres y cuatro días", según fuentes del sanatorio.
Luego, Cristina descansará unas tres semanas en la Quinta de Olivos. Es la segunda vez que la operan desde que llegó al máximo cargo y ambas fueron después de la muerte de Néstor Kirchner.
Desde el lunes, como establece el artículo 88 de la Constitución, la Casa Rosada está a cargo de Amado Boudou, quien ayer buscó mostrarse hiperactivo, lo mismo que los ministros. Hasta Martín Insaurralde, hizo un raid por el conurbano en busca de votos.
La señal es inequívoca: el kirchnerismo quiere transmitir que, más allá de la internación de su jefa, la gestión no se detiene. Boudou, bajo la lupa de cristinistas y opositores por el propio cargo que ocupará durante este tiempo pero también por las serias sospechas de enriquecimiento ilícito que pesan sobre él, concurrió por la tarde al despacho del secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini y ambos estuvieron reunidos a solas unas dos horas. Zannini es el funcionario más fiel a la Presidenta.
El primer y único parte médico oficial de la jornada se conoció minutos antes de las 13.30. "La operación ha sido satisfactoria, salió muy bien", dijo el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro. "La presidenta de la Nación ya está en su habitación, de muy buen ánimo, saludó a todos, agradeció al equipo médico, a todos ustedes y a toda la gente que está rezando por ella", agregó. En la calle, cientos de militantes, que se habían apostado desde temprano sobre la calle Venezuela y la Avenida Belgrano, celebraban la noticia. "Fuerza", se leía en los carteles como principal consigna. Lo mismo se reproducía en Twitter.
El parte médico lleva las firmas del director de Neurociencias de la Fundación Favaloro, Facundo Manes -quien supervisó la operación- y del director médico, Gerardo Bozovich.
Scoccimarro habló ante los periodistas para llevar tranquilidad junto con el director del Centro de Accidentes cerebrovasculares, Francisco Klein. Cristina "evoluciona favorablemente", dijo, "sin complicaciones".
La intervención quirúrgica fue responsabilidad del jefe del Servicio de Neurocirugía, Cristian Fuster. A la Presidenta le practicaron una o dos pequeñas perforaciones en el cráneo, de cinco a siete milímetros cada una, por las que se introdujo una cánula que permitió instalar suero y con la que se logró drenar sangre acumulada, junto con el suero introducido. Cristina llegó al quirófano con anestesia total.
La Presidenta había arribado a la clínica del barrio Montserrat junto con sus dos hijos, Máximo y Florencia; su madre, Ofelia Wilhelm; su vocero, Scoccimarro; su cuñada y ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; su hermana, Giselle Fernández; y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.
El resto de sus funcionarios siguió los movimientos con ansiedad a través de mensajes de textos y llamados. Recién hoy, si la salud de la Presidenta sigue mejorando, alguno de los ministros podría pasar por la clínica a saludar. El segundo parte médico está previsto para este mediodía.