Por Rosendo Fraga - Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría. Especial para Los Andes
La Presidenta aprovechó los actos por la Semana de Mayo para reforzar su liderazgo y ubicarse en el centro de la escena política. El 17, 18 y 19 de mayo dio tres discursos en tres días, haciendo un uso récord de la Cadena Nacional de radiodifusión, ya que la usó tres veces en dos días.
El miércoles 20, inauguró trenes junto al ministro de Interior y Transporte (Randazzo) y criticó a los candidatos que participaron el lunes 18 del programa de Marcelo Tinelli (Scioli, Macri y Massa), acusándolos públicamente de hacer “pantomimas y pavadas”. En la oportunidad dijo que el ministro de Economía (Kicillof) es su “mano derecha” y su “mejor asesor”, señalando que su sucesor, sea quien fuere, debe mantener los subsidios y los “salarios altos”.
El jueves 21 inauguró, en el edificio tradicional del Correo, el “Centro Cultural Néstor Kirchner”, dando una clara muestra de utilización político-ideológica de la cultura en función de sus objetivos políticos.
El 24 de mayo entregó el sable de San Martín que estaba en custodia en el Regimiento de Granaderos, al Museo Histórico Nacional, en un acto en el cual utilizó la historia en función de su militancia política.
Por último, el lunes 25 de mayo cerró los actos patrios con una movilización popular incentivada por la actuación de cantantes populares, buscando ratificar su liderazgo político hacia el futuro, convocando a “profundizar y continuar” su proyecto en el próximo gobierno. Esta estrategia se vio reforzada por el triunfo en Salta del FpV por 20 puntos en las elecciones de Gobernador el 17 de mayo y por una victoria similar del oficialismo nacional en las PASO del Chaco, el 24.
La estrategia de retener el poder más allá del 10 de diciembre tuvo nuevas manifestaciones con las declaraciones de la procuradora (Gils Carbó) -la operadora más importante del kirchnerismo en la Justicia- de que seguirá en su cargo en el próximo gobierno y la media sanción por parte del Senado del proyecto de ley para que los jueces subrogantes designados por el kirchnerismo permanezcan 6 años.
Al mismo tiempo, la Presidenta avanza en su estrategia para ocupar sucesivamente bancas en Diputados y el Parlasur y fortalecer a Randazzo en las PASO, para debilitar a Scioli.
La intención de la Casa Rosada es que el juez federal subrogante de La Plata (Durán), un militante de La Cámpora designado a comienzos de este año -que logró su foto con el Papa dos semanas atrás-, autorice a Cristina Kirchner a ser simultáneamente primera candidata a diputada nacional en la provincia de Buenos Aires y primera candidata a legisladora del Mercosur en todo el país.
El juez debería autorizar que sea candidata dos veces en la misma boleta en la provincia de Buenos Aires. De hacerlo, tendría asegurada bancas con el consiguiente fuero que impide su detención por decisión judicial, para diputada nacional entre 2015 y 2019 y para legisladora del Mercosur, entre 2020 y 2024, es decir durante ocho años.
También la Presidenta ha dado claras señales de apoyar a Randazzo en las PASO contra Scioli. Se ha presentado en varios actos en los últimos días junto al ministro de Interior y Transporte, que ha recibido el apoyo de Carta Abierta (los intelectuales K) y del Movimiento Evita (los piqueteros K).
La escalada de Randazzo contra el gobernador bonaerense fue intensa y directa: lo burló por ser manco, lo que fue festejado por los intelectuales de Carta Abierta; al día siguiente, volvió a criticarlo, diciendo que “hay un discurso del poder económico y mediático que lo protege, le da impunidad” y el jueves 21, atacó a la esposa de Scioli (Rabolini), calificándola de “hipócrita” por haber defendido a su marido.
Al mismo tiempo, el secretario general de la Presidencia (Zannini) ha pasado a operar sobre gobernadores e intendentes del FpV para que apoyen a Randazzo en las PASO. Ello no impidió que este último cruzara saludos con el matrimonio Scioli durante los festejos del 25 de Mayo.
Scioli, por su parte, ha respondido reforzando su alineamiento con el kirchnerismo, temiendo que un enfrentamiento abierto con la Presidenta le haga perder las PASO. Minimizó su conflicto con Randazzo y abandonó definitivamente el color naranja de su propaganda política, adoptando los colores del FpV; sostuvo que lo mejor que tiene el oficialismo para ganar es “la gestión presidencial” y que “Kicillof no puede quedar fuera de un futuro gobierno”, lo que ratificó al comenzar la semana ante la UIA, y el domingo 24 dijo que “hay condiciones para que el FpV vuelva a ganar”, aunque la Casa Rosada ese día dispuso que en el festejo del triunfo electoral en el Chaco -lo mismo sucedió en Salta- estuviera presente Randazzo y no él.
Finalmente aceptó que su único candidato para la Gobernación bonaerense que no había resignado (Insaurralde) lo hiciera por pedido de la Casa Rosada. Scioli viene pidiendo un encuentro para proponerle tres alternativas para su candidato a vicepresidente. Uno de ellos sería un gobernador -su preferencia- pero propondrá también a Kicillof y a una figura independiente dentro del FpV.
Mientras tanto, la posibilidad de unidad en la oposición se va alejando. Tras el inicio de conversaciones directas entre Macri y Massa, las que tenían como plazo el 26 de mayo para llegar a un acuerdo, el jefe de Gobierno porteño las interrumpió el 19 de mayo, optando por no sumar más aliados ni competir con Massa en las PASO del 9 de agosto.
Tras afirmar públicamente que Massa y De Narváez no forman parte de su “espacio político”, hizo saber que no aceptaba un acuerdo con el Frente Renovador para evitar que tuviera lugar “el fracaso de la Alianza” nuevamente. Massa y De la Sota, por su parte, acordaron seguir propugnando el acuerdo opositor contra el kirchnerismo para dejar claro que ha fracasado por Macri. La misma esposa del ex intendente de Tigre (Malena) dijo públicamente que sin acuerdo opositor “gana el kirchnerismo”. El plazo para alcanzarlo -que daría el triunfo a la oposición en las PASO, de alcanzarse- es el 10 de junio.
Si Macri ganara en la segunda vuelta, su alianza con la UCR y la Coalición Cívica tendría sólo un tercio del Senado y un tercio de Diputados, con tres cuartas partes de las provincias en manos del peronismo, incluida Buenos Aires. La cuestión es, ¿si no puede acordar con Massa y De Narváez ahora, como podrá gobernar después?
Pero en el entorno del jefe de Gobierno porteño se ha impuesto una línea que plantea elegir candidatos a vicepresidente y vicegobernador de Buenos Aires del Pro y alejar de la campaña a los dirigentes radicales, Carrió y Reutemann, para presentarse como “lo nuevo y distinto”.
El 10 de junio vence el plazo para presentar las alianzas, y si para entonces la oposición no ha llegado a un acuerdo amplio, el oficialismo nacional, que en menos de un mes ha logrado cohesionarse con éxito, entrará con posibilidades de ganar en el proceso electoral.