Cristina Fernández, jaqueada por distintas causas en el frente judicial, decidió ayer pasar a la ofensiva. La defensa de la ex mandataria informó que no se apelará el procesamiento por operaciones financieras con "dólar futuro", confirmado el viernes pasado por la Cámara Federal. "Cristina Fernández quiere ir a juicio oral lo antes posible", afirmó Carlos Beraldi, abogado defensor de la ex Presidenta.
“La doctora Kirchner quiere defenderse en juicio oral y público. Ella dice que en papel se puede escribir cualquier cosa, pero en una audiencia oral, donde hay que poner la cara, las cosas son distintas”, aseguró Beraldi.
En el escrito presentado ante el juez Claudio Bonadio, Cristina Fernández pidió que "se arbitren las medidas procesales pertinentes a fin de que la presente causa sea elevada a la etapa oral, con la mayor premura".
Bonadio fue quien procesó a Cristina Fernández, al ex ministro Axel Kicillof, al ex titular de Banco Central, Alejandro Vanoli, y a otros 12 ex funcionarios, por entender que la operatoria denominada "dólar futuro" fue una "especulación fabulosa". También indicó que se trató de "una timba financiera del peso contra el dólar".
Bonadio estimó en su momento que el perjuicio contra el Estado fue de 57 mil millones de pesos.
Con la decisión de no apelar, Cristina Fernández espera acelerar los tiempos procesales para que el juicio oral sea en 2017, un “año político” por estar cruzado por las elecciones de medio término.
Más allá de lo resuelto por la ex Presidenta, el trámite procesal podría sin embargo trabarse, en el caso de que otro de los acusados decida presentar su apelación.
También abogado defensor de Cristina Fernández, Gregorio Dalbón opinó ayer sobre la decisión de no apelar. "Si se llegara a elevar a juicio oral, voy a pedir que se haga en el Teatro Colón para que la gente vaya y disfrute del espectáculo. Van a salir absueltos todos y el que va a salir condenado será Bonadio, que va a perder el cargo si eso va a oral", chicaneó el mediático Dalbón.
En distintas oportunidades, Cristina Fernández, Kicillof y Vanoli, rechazaron las acusaciones diciendo que se estaba “judicializando medidas económicas” y que la operatoria con “dólar futuro” fue un instrumento de política monetaria al que echó mano el ex gobierno para prevenir corridas y devaluaciones.
La causa "dólar futuro" se abrió en 2015, a partir de una denuncia de los legisladores de Cambiemos, por entonces opositores, Federico Pinedo (Pro) y Mario Negri (UCR).
Pero desde el kirchnerismo replican que entre los compradores de “dólar futuro” hubo gente ligada al macrismo como el jefe de asesores del Presidente, José Torello; el secretario de Coordinación de Política Pública, Gustavo Lopetegui y el secretario de Coordinación Interministerial, Mario Quintana.
“Nos buscaban a nosotros y se encontraron ellos mismos, con el agravante de que como funcionarios hicieron la devaluación que les generó ganancias”, dijo Kicillof. Días atrás, trascendió que el Club Boca Juniors ganó 22,8 millones de pesos con la operatoria en cuestión.
Bonadio dijo ayer que por ahora “no están dadas las cuestiones que hacen a una posible orden restrictiva de la libertad” de Cristina Fernández. En la causa “dólar futuro”, se le dictó un embargo por 15 millones de pesos.
Tanto para el juez como para la Sala II de la Cámara Federal porteña, el gobierno de Cristina Fernández “hizo uso de una estructura de poder para implementar una operatoria que vulneró las arcas públicas”. Para Bonadio, con la confirmación de la Cámara, “quedó claramente configurado un delito de administración fraudulenta por abuso de confianza”.