Cristina negó que haya planes para una devaluación

"Mientras yo sea Presidenta los que quieren ganar plata a costa de una devaluación que tenga que pagar el pueblo, van a tener que esperar a otro Gobierno". Esta fue la frase que utilizó ayer Cristina Kirchner para descartar cualquier posibilidad de una devaluación durante su gestión.

La advertencia presidencial llegó en medio de un clima enrarecido por la fuerte suba del dólar paralelo -que el viernes superó los 10 pesos- y que Cristina atribuyó a la coyuntura electoral: "Cada vez que hay una elección están con la economía y los escándalos", dijo, sin precisar a quiénes se refería.

Cristina se refirió al dólar durante un acto en la Casa Rosada. Allí anunció una mejora del tipo de cambio para los productores de trigo, lo que implica técnicamente una devaluación selectiva.
Al negar la devaluación, también señaló que "nadie espere de este Gobierno medidas diferentes o contradictorias con el corazón mismo del modelo, que rechaza las transferencias compulsivas de ingresos".
 
Y remarcó que lo que motiva su decisión "no es sólo sensibilidad social, sino una lectura correcta de lo que pasó en la Argentina en los últimos 50 años".

En sintonía con los dichos de Cristina, el Gobierno ayer volvió a dar muestras de que no piensa tomar medidas de fondo para frenar la suba del dólar "blue".
 
El viernes el paralelo había cerrado muy cerca de los $10. Por eso aunque no hubo allanamientos, poco antes de que arrancara la operatoria del mercado, Ricardo Echegaray envió a los inspectores de la AFIP a caminar las principales calles del microcentro con las pecheras identificatorias para ahuyentar a los 'arbolitos' y amedrentar a los 'cueveros'.

Pero sólo logró su objetivo parcialmente. Si bien la mayoría de las cuevas cerraron sus puertas, operaban por teléfono con clientes conocidos y gatillaron el modo "delivery" de divisas. "Hoy lograron que no se abran las puertas al público, pero las operaciones se hacen igual fuera del microcentro o hasta en las casas de los clientes", comentó un vendedor. 


De hecho, desde las 'cuevas' explican que nadie quiere desprenderse de los billetes porque no ven un techo para la divisa. "Hay pocas operaciones, no vendemos más de US$ 3.000 por cliente por día y a un precio que no baja de los $10", dijo un operador. "Los que a fines de abril vendimos a $8,90 perdimos dinero porque hoy el costo de reposición de los billetes es superior", añadió.

"Pusieron el cepo cambiario para contener la fuga de divisas y lo único que lograron es que los pocos dólares blanqueados ingresen al circuito negro y sigan saliendo del país", explicó el economista de un banco.

Coincide uno de los 'cueveros' consultados: "La semana pasada nos la pasamos girando dólares al exterior de clientes que los tenían en cajas de seguridad. Hay mucha desconfianza en la gente y en momentos de incertidumbre todos se aferran al dólar", concluyó.

Por eso, las financieras del mercado negro cuentan que su estrategia por estos días consistirá en recolectar dólares. "Mientras siga la prohibición a la compra, el 'blue' siempre tendrá demanda", razonó un operador.