En su afán por defender una controvertida medida, que intentó dejar sin efecto la concesión de un hangar en el aeroparque Jorge Newbery a la empresa LAN, Cristina Fernández de Kirchner deslizó críticas al presidente chileno, sin tener en cuenta que podrían llegar a lesionar las importantes inversiones que se han multiplicado en los últimos años en la Argentina.
Las respuestas, inclusive de parte de la oposición del vecino país, no tardaron en llegar, lo que exigió luego una tibia reconsideración de parte de nuestra Presidenta, intentando “aclarar” que había sido mal interpretada sobre lo que realmente había dicho.
La Presidenta utilizó la ironía, vía mensajes de texto, para referirse al diferendo planteado con la empresa LAN. Dijo que “LAN merece párrafo aparte. ¿Alguien imagina si Aerolíneas Argentinas, en lugar de ser una línea de bandera recuperada hubiera sido una empresa de mi propiedad y cuando me eligen presidenta la hubiera ‘vendido’?”, se preguntó.
Para agregar: “¡Madre de Dios! Previo fusilamiento mediático, ni a candidata hubiera llegado. O a lo mejor sí. Después de todo sería una de ellos. Qué cosa, ¿no?”, en directa alusión a que el primer mandatario chileno había sido uno de los mayores accionistas de la línea aérea chilena, vendiendo su parte accionaria poco antes de asumir la presidencia.
El mensaje de Cristina generó que oficialismo y oposición se unieran en Chile para rechazarlo. Hubo respuesta oficial de parte de la Cancillería del vecino país, asegurando que en Chile las autoridades deben cumplir con requisitos de transparencia, mientras un integrante de la comisión de relaciones exteriores aseguró que “lo que ha hecho (Cristina Fernández) es una ofensa gratuita. La presidenta está más preocupada por las próximas elecciones y para ello sacrifica la relación con otros países”.
En sus afirmaciones, la Presidenta no tuvo en cuenta que la Argentina es el mayor receptor de las inversiones chilenas en el mundo, las que sólo en el último año alcanzaron los 540 millones de dólares, constituyendo la tercera mejor cifra de la década, detrás de los 875 millones de 2004 y de los 890 millones de 2006.
Con un aspecto no menos significativo, como es el hecho de que un informe del gobierno de Sebastián Piñera consignó que “el mercado argentino sigue constituyendo un atractivo aliciente para la colocación de capitales chilenos directos”, demostrando un respeto por nuestro país que pareciera no ser correspondido de parte de nuestras autoridades. Mendoza no es ajena a esas fuertes inversiones chilenas, las que se pueden observar en distintos rubros, especialmente en el área vitivinícola.
En su afán por defender una iniciativa impulsada por un joven de La Cámpora (el titular de Aerolíneas Argentinas), una medida controvertida que determinó que la Justicia hiciera lugar a un pedido de amparo por parte de LAN, la Presidenta de la Nación pareció no medir las consecuencias que sus mensajes podían llegar a tener.
En un país donde los cambios de las reglas de juego permanentes provocan la fuga de las inversiones, resulta indispensable mantener y respetar a quienes siguen creyendo y mirando a la Argentina como “el país más tentador de la región”, tal cual dijo un empresario del vecino país. En su afán por recuperar espacios políticos, la señora Presidenta suele caer en actitudes incomprensibles cuando utiliza sus mensajes de texto. Es de esperar que la campaña preelectoral del 27 de octubre no la hagan cometer los mismos errores.
