Más de veinte millones de billetes de cien pesos, nuevos, jamás usados, bien impresos, duermen desde hace varias semanas en jaulas de la Casa de Moneda. No saldrán a la calle. El Gobierno está ávido por emitir papel moneda pero esta importante partida no entrará en circulación. Ocurre que ese dinero tiene un "pecado" político (y gráfico) imperdonable para las autoridades, confirmaron fuentes de la Casa de Moneda.
El reverso de todas esas unidades está firmado por el ex vicepresidente Julio Cobos, ex titular del Senado, hoy adversario de la presidenta Cristina Kirchner.
Fuentes de la Casa de Moneda confirmaron que la orden de la titular del organismo, Katya Daura, fue que esos billetes jamás sería utilizado.
Una versión que se repite por varias oficinas importantes de la Casa de Moneda afirma además que el dinero con la firma del primer vice de Cristina sería directamente destruido.
Este diario pudo saber que el Banco Central solo ordena la destrucción de billetes cuando están muy deteriorados. Esta partida podría ser resguardada para que sea usada en caso de alguna emergencia. Estos veinte millones de billetes de cien con la firma de Cobos, hoy envueltos en la polémica, jamás salieron a circulación. La particular decisión de las autoridades llamó la atención de los empleados de carrera del organismo.
En la calle hay hoy una infinidad de billetes de cien que tienen la firma de Cobos porque fue titular del Senado durante cuatro años y la emisión de papel moneda de esa época salió con su rúbrica, tal como indican las normas.
Los veinte millones de billetes "cobistas" son un remanente de aquellos tiempos; o una impresión nueva hecha con planchas con el viejo modelo que no se actualizaron pero se usaron igual, analizaron algunos expertos en la Casa de Moneda.
Las fuentes consultadas aseguran que la decisión de evitar el uso de esos billetes fue aprobada con énfasis por la Quinta de Olivos.
La Casa de Moneda vive un momento de conflicto interno, que afecta a la gestión, debido a las fuertes disputas en las que se enredaron su titular, Katya Daura, con su vice, Esteban Kiper, militante de la agrupación La Cámpora.
Daura, amiga de Amado Boudou, fue quien impulsó dentro de su organismo la contratación de la imprenta Ciccone Calcográfica, controlada por allegados al vice. El rescate financiero de esa empresa, beneficiada por resoluciones gubernamentales, es ahora investigado por la Justicia Federal.
Debido al impacto político y judicial, en agosto del año pasado, el Gobierno estatizó Ciccone, a la que había contratado unos meses antes para hacer 140 millones de billetes de cien.
Al poco tiempo, diseñó y sacó a la calle un nuevo modelo de papel moneda de esa denominación con el rostro de Evita: hay dificultades en su implementación. El Gobierno, a la vez, continuó con la impresión de las unidades tradicionales ilustradas con Julio Argentina Roca.