El estado de salud de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner "evoluciona favorablemente y sin complicaciones". Y su estado de ánimo también es "muy bueno", según informó ayer oficialmente el equipo médico que la atiende en el Hospital Universitario de la Fundación Favaloro.
"Descansó muy bien toda la noche, está de buen ánimo y empezará a comer", comentó el vocero presidencial Alfredo Scoccimarro ayer. El martes por la mañana, la Presidenta había superado con éxito una operación por la cual le extrajeron un hematoma del lado derecho de la cabeza. Este hematoma se había desarrollado a partir de una caída sufrida el 12 de agosto, aunque no se han informado aún las circunstancias del hecho.
La operación del martes consistió en hacerle dos orificios en la cabeza para drenarle el hematoma, y de esta manera quitarle la presión que estaba ejerciendo sobre el cerebro y que había hecho que la Presidenta sintiera un hormigueo en su brazo izquierdo el domingo. Ese día, los médicos de la Fundación Favaloro le detectaron luego una pérdida de fuerza muscular transitoria y leve.
Ayer, la Presidenta seguía en el piso sexto de la Fundación atravesando el post-operatorio normalmente. Según el parte, la Presidenta "se encuentra con los parámetros vitales dentro del rango normal". Esto significa, que la presión arterial, la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca y frecuencia respiratoria estaban dentro de los niveles esperados.
Uno de los neurocirujanos que la intervino, Pablo Rubino, jefe de la sección vascular de la Fundación Favaloro, dijo que la Presidenta "es una excelente paciente, además de ser una paciente importante". Al ser entrevistado por Radio Nacional, Rubino, destacó la "satisfacción" de todo el equipo médico que participó de la operación a la que fue sometida la Presidenta. "Debo destacar la satisfacción enorme de todo el equipo de la Fundación Favaloro, porque el resultado fue excelente", dijo.
Rubino agregó que la operación "fue un momento de mucho compromiso, de mucha responsabilidad, por la importancia de la persona que estábamos operando, lo cual era un plus de responsabilidad porque es quien conduce el destino del país", admitió. El hematoma que le sacaron no estaba dentro del cerebro. Se encontraba entre la superficie del cerebro y su capa más exterior (la duramadre), en el lado derecho de la cabeza.
Con respecto a qué pasará con la salud de la mandataria, Rubino -que también es jefe de la sección vascular del Hospital de alta complejidad "El Cruce-Néstor Kirchner"- dijo que "en las primeras semanas (de postoperatorio) hay que tener ciertos cuidados", como por ejemplo evitar viajar en avión.
En el comunicado oficial de ayer, además se mencionó que la Presidenta continuaba con estricto control médico por los profesionales del Instituto de Neurociencias y de la Unidad Multivalente de la Fundación Favaloro, y por los doctores Luis Buonomo y Marcelo Ballesteros de la Unidad Médica presidencial. Tras la operación, los médicos esperan que la internación de la Presidenta sea por 4 días y luego deberá hacer un reposo relativo por tres semanas: los primeros días deberá estar en cama y luego podrá hacer actividades intelectuales por períodos cortos.