La presidenta Cristina Fernández afirmó hoy que "los que pretendan ganar plata a costa de devaluaciones que tengan que pagar el pueblo, van a tener que esperar otro gobierno".
"Por lo menos, mientras yo sea presidenta, los que pretendan ganar plata a costa de devaluaciones que tenga que pagar el pueblo van a tener que esperar otro gobierno. No con nosotros, no con nosotros, no con nosotros", advirtió la mandataria.
En contrapartida, la jefa de Estado aseveró que el gobierno lleva adelante "un modelo que privilegia la producción y la industrialización porque genera trabajo".
La Presidente hizo este planteo durante un acto en Casa de Gobierno en el se anunció medidas para el sector triguero.
Cristina Fernández alegó que "no se trata solamente de una cuestión de sensibilidad social, ni nada", sino "simplemente de inteligencia y de lectura correcta de lo que ha pasado en los últimos 50 años con los procesos devaluatorios recomendados e impulsados".
"Había todo un sistema. Como defendíamos el Fondo Monetario Internacional por los créditos que teníamos, aparecía como una recomendación del FMI, pero al Fondo iban los correveidile de la Argentina a decirle lo que teníamos que hacer", relató.
Al respecto, graficó: "Era como una calesita, se subían acá, daban toda la vuelta, llegaban allá con el caballito al Fondo, y después venía el Fondo con discurso propio, entre comillas, y nos decía a los argentinos que teníamos que hacer". "En realidad nos decía, lo que quería un grupo así de chiquitito de argentinos que durante 50 años lucraron y mucho realmente con el hambre, la miseria, y la desindustrialización del país", reprochó.
En este sentido, señaló que esa desindustrialización generaba "largas colas de desocupados", lo cual, a su vez, provocaba que los salarios bajaran.
"Y además cuando hay gente que no tiene plata, se come menos, y cuando se come menos, se puede exportar más de todo, de trigo, de carne, de harina, de maíz, de lo que fuere. Entonces, esto está visto que tampoco funcionó, porque esto daba lugar a crisis institucionales recurrentes, donde cambiaban los gobiernos pero no las políticas", fustigó.
Según su visión, "lo más gracioso de todo es que los que tenían la culpa de las cosas que pasaban eran los políticos, por eso los cambiaban, que seguían haciendo lo que querían los sectores económicos, y la política seguía pagando los costos de la política económica impulsada por ellos".
"Ese es el cuentito de Argentina", sentenció.