La ex presidenta Cristina Fernández ratificó ayer en los tribunales sus críticas a la actuación del Poder Judicial, en particular al ex juez federal Juan José Galeano, en la investigación del atentado terrorista a la AMIA, que en 1994 causó 85 muertos y sigue impune.
“El caso AMIA fue un escenario de operaciones políticas nacionales e internacionales, de intereses cruzados, lo que provocó que estemos como estamos: 22 años y medio después aún estamos acá en un juicio oral”, cuestionó la ex mandataria al testificar en la audiencia del juicio a los acusados de supuesto encubrimiento del atentado que encabeza el Tribunal Oral Federal 2 (TOF2).
Hace 13 años, el 4 de diciembre de 2003, la ex jefa de Estado ya había declarado como testigo en el primer juicio oral por el atentado donde la interrogó, entre otros, el fallecido fiscal Alberto Nisman.
Los entonces acusados en ese juicio, entre ellos un grupo de policías bonaerenses, fueron absueltos y hoy son querellantes en el debate donde se juzga la actuación del ex presidente Carlos Menem, del ex juez Galeano, del ex jefe de la ex SIDE Hugo Anzorreguy y del ex titular de la DAIA, Ruben Beraja, entre otros.
Durante cuatro horas, Cristina Fernández declaró ante jueces, abogados e imputados para contar su labor como integrante de la Comisión Bicameral de seguimiento de las investigaciones por los atentados a la embajada de Israel (1992) y la mutual judía AMIA (1994), entre 1996 y 2001.
Había sido convocada para contestar solo sobre esa función, lo cual fue cuestionado por algunas defensas que querían interrogarla por su conocimiento de los hechos mientras fue Presidenta de la Nación.
La línea central de su exposición apuntó a cuestionar a Galeano principalmente y a la SIDE, aunque también a los ex fiscales y a las querellas de AMIA y DAIA por respaldar esa labor.
Tal como lo había hecho en el juicio anterior y en su rol como legisladora, Fernández puso de relieve las denuncias que hizo Claudio Lifschitz, un secretario de la causa que había llegado al juzgado de Galeano luego de trabajar en la Policía Federal y que reveló las irregularidades que hoy sustancia este juicio, entre las cuales figura el pago de 400 mil dólares al ex reducidor de autos Carlos Telleldín a dos años de la explosión para que diera una declaración en la que acusó a los policías bonaerenses.
A lo largo de su testimonio, Cristina fue manejando el ritmo de la audiencia: llegó a preguntarle a un abogado “qué edad tenía” cuando el letrado la consultó sobre si la acusación contra los policías era una interna en la pelea Carlos Menem-Eduardo Duhalde, e interrumpió al presidente del tribunal cuando éste quiso frenar una consulta.
De hecho, al término de la audiencia la ex jefa de Estado se paró del banquillo de los testigos y saludó a los jueces del Tribunal, para luego retirarse marcando con su dedo por qué puerta debía salir.
Fue una exposición que los ex funcionarios Oscar Parrilli (ex secretario de la Presidencia y ex titular de la AFI) y Carlos Tomada (ex ministro de Trabajo) escucharon con atención hasta el final.
La audiencia tuvo un breve cuarto intermedio: fue cuando se cortó la luz a raíz de un apagón generalizado que duró pocos minutos.
En su larga declaración, la ex jefa de Estado admitió que no tuvo "acceso a información reservada" y que junto con el entonces diputado Juan Pablo Cafiero ella se inclinaba como hipótesis del atentado en la denominada "pista siria".