Menos de cinco minutos suele tardar el helicóptero presidencial en trasladar a Cristina Fernández desde Olivos a la Casa de Gobierno, un trayecto que en ocasiones ha hecho dos veces por día.
No puede volar por ahora, así que en auto y con tráfico normal, le llevará unos cuarenta minutos hacer los 18,2 kilómetros desde la residencia de Olivos hasta la Fundación Favaloro, adonde irá hoy -se espera que por la tarde- para hacerse los estudios de control programados al cumplirse un mes de ser operada de un hematoma craneal. Si todo sale bien, como se espera, recibirá el alta médica y se reintegrará de inmediato a sus funciones.
En la Casa de Gobierno se espera la difusión de un nuevo parte médico a última hora, tal como sucedió el viernes pasado. En esa última comunicación oficial del 1 de noviembre se destacó su evolución "favorable" y se anticipó que hoy se haría una nueva tomografía computada de cerebro, para "reevaluar la situación médica" y eventualmente otorgarle el alta "neurológica y neuroquirúrgica". Los estudios cardiovasculares se le vienen haciendo desde el 5 de octubre, con resultados "normales".
En el Gobierno se espera que el alta médica implique un reintegro automático de Cristina a sus funciones. Por eso algunos interpretan que "vuelve" este mismo fin de semana, y otros que el lunes próximo, día hábil. Como sea, la Presidenta no regresaría a la Casa Rosada de inmediato sino que atendería audiencias en las oficinas de la jefatura de Gabinete en Olivos. Se habla de un retorno paulatino y controlado, en el marco del programa antiestrés en el que fue entrenada estas semanas por el neurocirujano Facundo Manes, el médico que la operó.
La última aparición pública de la Presidenta fue el 4 de octubre en La Matanza, en un acto en el hospital "Alberto Balestrini". Eso fue un viernes. El sábado 5 se informaba que había asistido a la Fundación Favaloro para un estudio cardiovascular, y que se le diagnosticó la "colección subdural crónica". El 8 era operada de ese hematoma y el 13 le daban el alta. La última imagen que le tomaron los fotógrafos fue el 23, cuando regresó a la Favaloro para hacerse estudios de control.
En medio, pasaron las elecciones legislativas en que la derrota kirchnerista en los principales distritos y en buena parte del país, implicó la despedida definitiva del sueño de reforma constitucional y re-reelección. Desde Olivos, en su reposo, se afirma que la Presidenta alentó la puesta en escena de la noche de la derrota -con paliza en el otrora bastión bonaerense a manos de Sergio Massa- en que la estrategia fue celebrar la retención de mayorías en Senadores y Diputados.
Cristina vuelve ahora con la cuenta regresiva activada para la entrega del poder y con muchos días transcurridos en que el protagonismo en el oficialismo lo tuvo el por años vapuleado, nunca querido como sucesor, Daniel Scioli. Hay expectativa por saber cómo procesó la derrota del 27 de octubre, cómo se va a posicionar frente a la sucesión y a la puja ya desatada en el peronismo por quedarse con su sillón.
Vuelve también en medio de fuertes versiones de cambios en su gabinete, que serían más bien acotados y en algún caso obligado, como el ministro de Salud Juan Manzur, electo diputado por Tucumán.
Aunque el Gobierno buscó instalar la idea de que el país estaba en manos de "el equipo de la Presidenta" -slogan reiterado por el vice Amado Boudou- los funcionarios admiten que la ausencia de Cristina se siente "en la política".
La economía también espera el regreso para definir medidas en medio de duras internas de su equipo económico.