Cristina Cifuentes, de próxima presidenta de España a la nada

Llegó a altas esferas de poder con un discurso anticorrupción. Todos apostaban a ella como sucesora de Rajoy. Y se va sacudida por el escánd

Cristina Cifuentes, de próxima presidenta de España a la nada
Cristina Cifuentes, de próxima presidenta de España a la nada

Cristina Cifuentes llegó a perfilarse como posible sucesora de Mariano Rajoy al frente del conservador Partido Popular (PP) gracias a su discurso implacable contra la corrupción, pero la figura de la hasta hoy presidenta regional de Madrid terminó empantanándose precisamente en un escándalo que minó su credibilidad.

La política de 53 años se aferró al cargo resistiendo días de presión en aumento por la presunta falsificación de un título universitario, pero la difusión de un video de 2011 -cuando ya era vicepresidenta de la Asamblea de Madrid- que parece mostrarla llevándose cosméticos sin pagar en un supermercado terminó hoy de firmar su final.

"En la vida, por encima de los intereses de uno, hay que pensar en los intereses generales", dijo amargamente en una comparecencia convocada de urgencia. El propio Rajoy consideró "obligada" su dimisión: un final abrupto para una política que llevaba toda la vida en el partido y se presentaba esperanza de regeneración.

Nacida en Madrid en 1964 como séptima de ocho hermanos e hija de un general de artillería, Cifuentes se afilió ya a los 16 años a las juventudes de Alianza Popular, partido antecesor del PP. Con solo 26 años inició su carrera en legislatura autonómica de Madrid al ser elegida diputada en 1991.

Tras ascender por diversos cargos en Madrid logró ponerse al frente del Gobierno de la región después de las elecciones de 2015 gracias a un pacto con el partido liberal Ciudadanos y consolidó su poder en el partido al ser elegida presidenta del PP en Madrid hace un año.

Su nombramiento coincidió con la expansión de un escándalo en el PP de Madrid que terminó con su predecesor al frente del Gobierno regional, Ignacio González, encarcelado como presunto líder de una trama corrupta. Los sondeos reflejaron un desplome del PP madrileño en el que solo se salvaba la figura de Cifuentes.

Muchos la vieron entonces como gran esperanza del partido y posible sucesora de Rajoy, pero Cifuentes negó aspirar a más. "Mi única aspiración es terminar la legislatura en la Comunidad de Madrid", respondió sobre su futuro. Muchos recordaron hoy ese objetivo que no llegó a cumplir.

Con un estilo moderno, colita rubia y cinco tatuajes, Cifuentes estaba considerada un "alma libre" dentro de la formación conservadora, conocida por apoyar temas espinosos en el PP como el matrimonio homosexual o la ley de plazos con la que el socialista José Luis Rodríguez Zapatero reguló el aborto.

Agnóstica y republicana, es amante de las corridas de toros y de las motos, un vehículo que dejó de conducir tras sufrir en 2013 un grave accidente que pudo costarle la vida.

Cifuentes fue también una de las mujeres fuertes de la política española los últimos años, papel con el que supo generar polémica. "Cuando te reúnes con hombres y te haces la rubia pero sin bajar la guardia consigues muchísimo más", dijo en 2017 en una entrevista, para enfado de colectivos feministas y partidos de izquierda.

El año pasado, durante la fiesta regional de Madrid el 2 de mayo, tocó el otro tema que marcó su discurso. "La corrupción es incompatible con la democracia. El tiempo de los corruptos ha llegado a su fin en la Comunidad de Madrid". Un año después, Cifuentes ya no podrá presidir la semana próxima los actos del día regional.

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