Cristina Kirchner y Michelle Bachelet cumplieron el ritual que habían planificado para la visita de un día que hizo ayer la mandataria chilena: firmaron una serie de convenios y sobre todo se prometieron refrescar el vínculo entre de los dos países con la excusa de reimpulsar el Tratado de Maipú, una ambicioso plan de obras fronterizas firmado entre ambas hace cinco años y que no tuvo grandes avances.
Anoche, Bachelet habló en la embajada de Chile en Buenos Aires de “retomar” las relaciones con Argentina. Y al mediodía, en el almuerzo que mantuvieron, Cristina contó que también habían decidido que ante cada conflicto las propias presidentes los hablarían ellas mismas por teléfono.
Ayer al mediodía, después de dejar una ofrenda floral en la Plaza San Martín se dirigió a su encuentro con Cristina, donde a solas conversaron con lo que llamaron una “agenda abierta”.
Tras la misma hicieron dieron una conferencia de prensa, en que permitieron seis preguntas y ante las cuales Cristina reaccionó con visible molestia, sobre todo cuando se le hizo referencia a la actuación de La Cámpora en el conflicto con la aerolínea LAN, de capitales chilenos, el año pasado.
Sobre el vínculo arrancó diciendo: “Lo primero que charlamos con Michelle fue que la idea de ella es duplicar la cantidad de pasos con Chile, es trascendental para el comercio para la zona más dinámica del mundo como es Asia”.
La presidente trasandina visitó el Congreso y la Corte Suprema de Justicia. A la tarde estuvo con la colectividad chilena, en un cocktail al que invitó a dirigentes argentinos de oposición, entre ellos, Julio Cobos, Mauricio Macri y Hermes Binner y se marchó.
Mediante la declaración conjunta y los 12 convenios firmados ambos países apuntan a revitalizar el vínculo a través de puntos más bien de mediano y largo plazo. Los vínculos se habían deteriorado con el antecesor de Bachelet, Sebastián Piñera.