Suena el timbre en Pandito Films, la productora que, desde hace siete años, sostienen Cristian Pellegrini y Andrea Puebla (realizadores, productores, guionistas).
A brazo partido, la sostienen. Es tarde, casi medianoche, pero Pellegrini, que sabe de trabajar a deshoras, enciende su notebook. Casi al mismo tiempo, sonríe. Y cuenta. Es un placer escucharlo.
Es que, por estos días, Pellegrini está produciendo su nuevo proyecto cinematográfico: “Teatro Nuestro Teatro, desde aquel TNT de Mendoza”, una serie documental de cuatro capítulos sobre el TNT y la bomba del Comando Anticomunista de Mendoza (CAM) que lo destruyó una madrugada de 1974.
Nadie, hasta ahora, había vuelto la mirada a ese pedacito de historia. El Teatro Nuestro Teatro fue un centro cultural fundado en diciembre de 1970 por Carlos Owens, Maximino Moyano y Elina Alba en la calle San Juan.
“El espacio -sigue- sirvió como un espacio de ebullición artística y una experiencia fundacional para el teatro local. Tal vez fue uno de los primeros centros culturales de Mendoza con mayor inserción y trabajo”.
No exagera. El TNT es parte de la vida escénica de muchos de los hombres y mujeres de nuestro teatro. En el ‘74, cuando se prohibió decir y una bomba cayó sobre su escenario, Ángela Pupi Ternavasi debió irse; pero Cristóbal Arnold y Gladys Ravalle padecieron el exilio interno. Se aliaron con el rebusque: casa por casa, los juglares perseguidos fueron contando historias entre sofás y sillas.
Ernesto Suárez no pasó por el TNT pero, dice, los teatristas que lo fundaron moldearon su forma de entender el oficio.
“Me formé imitando la ética del TNT, en el que trabajaban Carlos Owen, Maximino Moyano, Rafael Rodríguez. De todos ellos heredé el respeto y la disciplina por lo que hago y eso de no bajar la guardia”. nos decía el Flaco, hace dos años, ante de subir a recibir un premio nacional por su trayectoria.
“El documental -explica, ahora, Pellegrini- narra y reconstruye a través de diversos testimonios de actores, teatristas, artistas visuales y dramaturgos la historia del TNT, su destrucción y las consecutivas persecuciones a los artistas que terminaron exiliados o en algunos casos, desaparecidos. La serie, contada como un collage vivo, intenta rescatar las convicciones y la resistencia que aún hoy continúa intacta en el espíritu de los que fundaron este teatro”.
La encargada de rescatar esta historia es la actriz, dramaturga y directora Sonnia De Monte, quien, en “La pasión de Verónica Videla”, multipremiada opera prima de Pellegrini, asumió el rol de actriz. Como en su primera ficción, la producción es de Pandito Films, la producción ejecutiva de Andrea Puebla.
El rodaje comenzará las últimas dos semana del mes; o, en el Barrio Ujemvi o en la Plaza Independencia. El director nos mira detrás de una taza de café.
-¿Cuál es la anécdota detrás este documental?
-Surge gracias a la voluntad de Sonnia De Monte, de rescatar del olvido la corta y prolífica vida del Teatro Nuestro Teatro. Sonnia escribió el guión en base a su experiencia y gracias a un trabajo de investigación de Pupi Ternavasio, que debió irse tras la bomba y todavía hoy vive en Mar del Plata. Es un acto de justicia; esto hace el relato documental: pone en valor, hace justicia y memoria.
-¿Conocías la historia del TNT?
-Sí, la conocía aunque no en detalles. Lo del TNT es un hecho que pulula, circula, se murmura pero nunca nadie se había animado a agarrar la cámara y decir salgamos a filmar, a registrar, a capturar los vestigios de historias que aún dolidas pero con absoluta dignidad representan esa pedazo de historia vernácula.
-Desde cualquier punto de vista, el revisionismo es un desafío. En este caso, hablamos de cómo la Dictadura bombardeó a una sala emblemática del teatro independiente de los ‘70 ¿Cómo decidiste abordar este episodio histórico?
-Hay dos abordajes diferentes: por un lado, la mirada del guión escrito por Sonnia (De Monte), que indaga de manera emotiva y personal a través de las entrevistas a los mismos actores que fundaron el TNT (N de la R: Ángela Pupi Ternavasi, Maximino Moyano, Jorge Fornés, Poupée Bustos, Jorge Rosas, Miguel Wankiewich, Elsa Cortopassi). Esto nos hace conocer y descubrir la importancia histórica del TNT.
-¿Y el otro abordaje, cuál es?
-La otra mirada surge desde la dirección, como director, el desafío que se me plantea es revisionar, cuestionar y construir un relato que a la luz de los 30 de años de democracia vividos pueda contar este hecho abarcando sus dimensiones humanas, políticas y sociales.
Pellegrini hace una pausa. Detrás del marco negro, sus ojos se empeñan en bucear en la memoria. Pasaron 30 años.
Pero el recuerdo es actual: “Recordemos que El TNT fue creado por los directores y actores Owens (fallecido) y Maximino Moyano, entre un grupo mayor de artistas mendocinos como Ángela ‘Pupi’ Ternavasio, dramaturga; Elina Alba, actriz (fallecida); Jorge Fornés, actor y titiritero, Hugo Kogan, actor, director y gestor. Se inauguró en diciembre de 1970, en la calle San Juan 927, de Capital, en el que antes era un taller de reparación de automóviles llamado ‘El caño quemado’. La madrugada del 23 de setiembre de 1974, el TNT fue destruido por una bomba del ‘Comando Anticomunista Mendoza’ (CAM) durante la Triple A”.
-¿Hay registros de esta época?
-Hay registros gráficos y fotos, muy poco fílmico, estamos buscando esos tesoros. Queremos contar una historia y que los mendocinos la conozcan, se emocionen y sepan de que hablamos cuando hablamos del TNT. Si alguien tiene material le ruego comunicarse a mi dirección de correo electrónico:
Documentar las ficciones y ficcionar los documentales
Si hay algo que el documental del Teatro Nuestro Teatro comparte con el drama intimista “La pasión de Verónica Videla”, la opera prima de Pellegrini, es que, fundamentalmente, que uno y otra abordan temas “incómodos”, “espinosos”.
“Hemos armado un equipo de trabajo muy lindo al que le gusta abordar temas ‘no tan lindos’”, asume el director iluminado por su notebook.
-Pero también, podemos decir que hay una recurrencia del género documental, porque en “La pasión...” coqueteás con el género.
-“La pasión de Verónica Videla” se construye como una ficción en base a un hecho documental muy fuerte: Verónica-Mariana. Ella, la mujer 'trans' es de carne y hueso y su vivencia es real. Me gusta transitar los márgenes y los grises en el relato: a las ficciones documentarlas y a los documentales ficcionarlos. No soy purista.
-Y te gusta abordar temas espinosos. ¿Te considerás un realizador comprometido?
-Considero que la educación que recibí de mis padres y de la escuela pública debe volcarse a la sociedad como un aporte constructivo. En ese sentido me considero un realizador comprometido con mi historia, con los temas que abordo y con mi presente. Sobre todo cuando a estos trabajos los realizamos con aportes de producción nuestros.
Con los años, hemos aprendido que ser emprendedores audiovisuales, un productor, un director, es tener la voluntad de contar una historia y salir a contarla aunque no tengas un peso. Agreguemos a esto que las políticas culturales provinciales no fomentan la producción audiovisual local.
-¿Conseguiste financiamiento?
-No. Por ahora vamos a salir a grabar esta historia, nos urge hacerlo porque todos los integrantes del TNT son personas muy mayores. No quiero que la burocracia en la búsqueda de financiamiento trabe el documental.
De todas, maneras, repito, no existen políticas públicas provinciales para fomentar el audiovisual y menos del sector privado. Estamos acostumbrados a la autogestión. Los que gestionan públicamente creen que es mejor pagarle a un bailarín foráneo miles y miles de pesos que a un realizador local; a mi gusto, un criterio berreta y que desestima lo local.