Todo estaba perfecto en la selección chilena hasta hace apenas algunas horas. Líder de las eliminatorias, la Roja parecía estar ajena a cualquier problema, incluso de aquellos que afectaban a sus propios jugadores. De alguna manera, nada podía quebrar aquel núcleo granítico construido por Jorge Sampaoli.
Ni siquiera la conocida salida de Sebastián Beccacece, fiel colaborador de Sampaoli, al término del partido con Uruguay, parecía alterar la normalidad que habita en los pasillos de Juan Pinto Durán. El técnico ya tenía un plan preparado para no resentir su grupo de trabajo. Al menos eso parecía.
Porque tras el empate con Colombia, al técnico de la Roja no se lo vio cómodo al recibir la noticia de una eventual salida de Sergio Jadue como presidente de la ANFP. Justamente el hombre que lo puso en el cargo de seleccionador de Chile, acababa, "por enfermedad" de dejar su puesto en Quilín, algo que no tenía contemplado el casildense al menos hasta el final de su mandato.
Pero los últimos hechos descolocaron a Sampaoli. Por lo mismo, apenas le tocaron la situación de Jadue en la conferencia de prensa, dejó en el aire su futuro en la banca. “Nadie me ha informado nada. No tengo conocimiento de lo que sucede. Cuando me informen, seré prudente en saber qué medida tomar como entrenador”, subrayó Sampaoli.
El líder del fútbol chileno pidió una licencia médica justo cuando las autoridades del país investigan a la federación por la asignación de sueldos de sus dirigentes, y la misma semana que otro dirigente del fútbol sudamericano dejó su cargo sin dar muchas explicaciones. El líder de la federación colombiana, Luis Bedoya, renunció el lunes sorpresivamente al cargo aduciendo razones personales.
