VIÑA DEL MAR– A simple vista, nada ha cambiado. Después de que la brisa matutina desaparece, la temperatura se dispara y el sol se instala para descubrir la arena repleta de sombrillas y canchas improvisadas de pádel playero. Pero los protagonistas no tienen el mismo acento que en otras temporadas. Por el miedo a toparse con las protestas y el inminente impuesto del 30% a los gastos en el exterior, muchos mendocinos cambiaron el destino de sus vacaciones, lo que obligó a Viña del Mar a aplicar una batería de medidas para volver a ser la estrella del Pacífico.
Según la Federación de Empresas de Turismo (Fedetur) de Chile, hasta la fecha registran una "estrepitosa caída de la demanda, que se ha reflejado en la cancelación de reservas". Tanto es así que normalmente a esta altura del año las reservas rondan el 70%, pero esta vez apenas llegan al 30%. La contracción se condiciona por la devaluación del peso chileno en torno al 15%.
En una recorrida por hoteles de Viña del Mar y Reñaca, Los Andes comprobó que la disponibilidad de fechas es más amplia que en otros veranos, como también el costo del alojamiento promedio. El complejo Nilahue, ubicado frente al sector 2 de Reñaca, ofrece un departamento para cuatro personas con vista al mar desde los 115 dólares, mientras que el céntrico hotel O'Higgins redobla la apuesta con habitaciones desde los 64 dólares, con desayuno incluido.
"Hoy Viña está en condiciones de recibir a los turistas, principalmente a los mendocinos. Los argentinos tienen un estilo de vida muy agradable, de conversación y de sobremesa. Los vamos a extrañar si no vienen", manifiesta Marcela Figueroa, gerenta general del O'Higgins. Los hoteleros entienden que Viña "se durmió en los laureles" como destino, sin reacción adecuada para los cimbronazos económicos de los últimos meses, cuando el turista replantea su presupuesto.
En esa línea, Marcelo Vidal, director regional del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), destacó la asociación con el ecosistema turístico de la zona para atraer extranjeros ante la sensación de temor por lo que pueda ocurrir durante las movilizaciones. Los costos están prácticamente "congelados", el estacionamiento en todo el borde costero es gratuito para los argentinos, hay conexión Wi-Fi en la playa y el espectáculo con fuegos artificiales de Año Nuevo avanza con normalidad.
Por su parte, María Teresa Solís (presidenta de la corporación de turismo HOVI) consideró que desde octubre -inicio de las protestas- cayó la ocupación hotelera, pero que en las últimas semanas se recuperó el interés de los argentinos. Dijo que hay muchas consultas acerca de cómo es el día a día en las calles de Viña del Mar, debido a los enfrentamientos de manifestantes con Carabineros, los saqueos en comercios y las violaciones a los derechos humanos que fueron reconocidas por Naciones Unidas.
El escenario de los disturbios fue la plaza central de Viña. A su alrededor, el supermercado Santa Isabel, una sucursal del Scotiabank y las tiendas Falabella y Ripley, lucen con las vidrieras tapadas por maderas y chapas, y apenas se puede ingresar por un reducto, como si el lugar estuviera por cerrar. Los semáforos devenidos en postes reflejan la fuerza de las protestas callejeras.
La mayoría de los comercios lucen persianas improvisadas y austeras para blindarse de eventuales ataques. Pero las pintadas con aerosol demuestran que la lucha lejos está de olvidarse. "Renuncia Piñera", "Pacos asesinos", "Evade" y "Que caiga la burguesía" sintetizan las consignas por la represión de Carabineros. Los lugareños hablan de terremotos, porque no saben cuándo ocurrirán las marchas, pero dicen que han perdido convocatoria y ferocidad.
Reñaca, de vuelta a la calma
En Reñaca, los turistas van y vienen con sus bolsos de mate por la vereda del McDonald's, donde el combo Big Mac se vende a 4.240 chilenos ($ 381). Rumbo al sector 2 se dirige Sol, una mendocina de 25 años que se mudó hace seis meses al balneario por motivos laborales. Sin quererlo, en pocas semanas se acostumbró al toque de queda, pero la calma retornó todavía más rápido.
Sus padres Ivana y Oscar viajaron este fin de semana para visitarla y corroborar que se puede vacacionar en el balneario, donde los residentes especifican que el miedo se debe solamente a John Cobin, el estadounidense que baleó a un manifestante en plena vía pública el 10 de noviembre. Para todos, un episodio "aislado".
Pese al cambio, la pareja de mendocinos celebra que sus compras no se verán afectadas por el impuesto al 30% a los gastos en el exterior, que se hará efectivo cuando la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva entre en vigencia: "Hemos zafado del 30%, pero incluso, con el impuesto, Chile nos parece barato. Sí es cierto que tuvimos temor por el auto, ya que ningún seguro cubre daños en caso de protestas".
Algunos precios
Departamento para cuatro personas en Reñaca: 115 dólares por noche ($ 7.245)
Pasaje en colectivo: 440 pesos chilenos ($ 40)
Litro de nafta súper: 890 pesos chilenos ($ 80)
Combo Big Mac: 4.240 ($ 382)
Dos pintas de cerveza: 3.000 ($ 270)
Helado de dos bochas: 2.900 ($ 261)
Postre Manjarate: 529 ($ 48)
Gaseosa cola 3 litros: 2.140 ($193)
Kilo de hallullas: 1.349 ($ 121).
A tener en cuenta
Llevar dólares: la cotización está a 760 pesos chilenos.
Estacionamiento gratuito en todo el borde costero.
Wi-Fi liberado en la playa.
Show de fuegos artificiales en Valparaíso, con normalidad el 31 de diciembre.
Playa del deporte en Las Salinas: fútbol, vóleibol, kayak, buceo, zumba, pilates y también yoga.