Crímenes y robos que no disminuyen

Más homicidios y robos caracterizan al primer mes del año respecto de igual período de 2015. El ciudadano quiere vivir con más seguridad y el Estado, tal como lo prometió el gobernador en campaña, debe redoblar los esfuerzos para alcanzar esa meta.

Crímenes y robos que no disminuyen

En forma cíclica reaparece en Mendoza el agravamiento de la situación delictiva que, en primer lugar, afecta, y de manera primordial, a los mendocinos que son víctimas de asaltos violentos, algunos de ellos seguidos de muerte.

Las estadísticas oficiales indican que el primer mes del año concluyó con 14 asesinatos en distintos lugares del territorio,     -casi un homicidio cada 2 días-, 27% más que el mismo mes de 2015. El año pasado acreditó 11 asesinatos y diciembre cerró con un total anual de 144 homicidios en la provincia.

Es verdad que, en algunos casos, se trata de asesinatos no relacionados directamente con la inseguridad, pero los asaltos a mano armada no cesan.

Las "entraderas" están a la orden del día y se han convertido en una de las modalidades de atraco más temidas por la población. Zonas del gran Mendoza, alejadas de los radios céntricos, que conservaban algunas costumbres del vivir sin sobresaltos, ya no lo son. Más alejadas de servicios y unidades policiales, los malvivientes han dispuesto del tiempo suficiente para actuar con total impunidad en Vistalba (en Luján de Cuyo), Guaymallén, Lavalle y el Este.

Los primeros días del año comenzaron con calma pero terminada la primera quincena se produjo una seguidilla de homicidios que hicieron sonar las alarmas. La última jornada de 2015 golpeó el crimen del que fue víctima el vecino Humberto Lupari (63), cuando regaba la vereda de su hogar durante la madrugada, en el barrio Puesta del Sol, Godoy Cruz.

Luego se registró un estancamiento de crímenes hasta la seguidilla que se registró entre el 15 y el 18 del mes pasado, que dejó un saldo de 6 muertos.

Uno de los casos más resonantes fue el de Cristian Verdugo (36), ultimado a balazos al resistirse a un robo mientras cenaba en la casa de una pareja amiga en el barrio Los Olmos de Vistalba. El último episodio trágico del mes se registró el viernes 29, en medio de una pelea de tránsito que cobró la vida de un hombre de 55 años en General Alvear.

La población requiere entonces un accionar más profesional de la fuerza, que acredite un mayor trabajo de inteligencia previa por lo menos para neutralizar los atracos a mano armada.

También se necesita un mejor equipamiento de los efectivos encargados de reprimir el delito, con buen parque automotor, más aptas comunicaciones y más entrenamiento específico y, definitivamente, mayor presencia en las calles, barrios y rutas. Ni qué hablar de la necesidad de precisar cuáles cámaras de video vigilancia funcionan y cuáles están como adorno. Todavía se escuchan en muchos lados expresiones, que se resumen en el comentario: "Por aquí casi nunca se ve un policía…"

La rápida adhesión de la Provincia a la Ley de Emergencia Pública nacional puede resultar otro factor que contribuya a atemperar la inseguridad en que vivimos los mendocinos. Permitiría, entre otros aspectos, realizar compras de equipamiento en forma directa, plantear una mejor relación entre áreas del Estado y resolver asuntos que no pueden dilatarse.

El mismo ministro de Seguridad provincial, Gianni Venier, nos ahorra mayores comentarios. Definió la realidad de manera directa: "La agenda del delito -dijo el funcionario- es inmediata pero, con un Estado 'elefantiásico', todo tarda".

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