"Creemos que las detenidas van a declarar y confesar en cualquier momento", disparó ayer en diálogo con Los Andes un investigador del resonante caso del asesinato del médico jubilado León Burela (64) en su casa en Las Heras.
Este jueves fueron arrestadas la viuda del galeno, Elizabeth Ventura, y su "hermana" la parapsicóloga Mónica Castro, en cuya vivienda se encontraron decenas de "trabajos" de magia negra contra la fiscal de Homicidios Claudia Ríos Ortiz y de otros investigadores.
Fotos y nombres de vecinos que habían declarado en la causa y números de teléfonos que deseaban que no fueran intervenidos también estaban envasados, escritos en pequeños papeles y "condimentados" con sal y líquidos o guardados en un freezer.
Ventura fue imputada por homicidio agravado por el vínculo y su amiga como partícipe necesaria al haber hecho de nexo con un sicario, según creen tener acreditado los pesquisas. Escuchas telefónicas fueron cruciales para dar con ellas.
Las mujeres ya fueron trasladadas a prisión pero continúa la búsqueda del autor material del crimen. El testimonio de las acusadas sería clave para poder dar con el joven de unos 20 años buscado. Cuando fueron imputadas, ambas mujeres se abstuvieron de declarar.