El viernes poco después de las nueve de la noche, el médico traumatólogo Sebastián Prado (36) se apuraba para meter en la parte de atrás de su Renault Duster los cochecitos de sus dos hijos pequeños: Augusto, de diez meses, y Adriano, de dos años. Los niños, junto con Carla Santarelli, su madre, ya estaban en el auto.
La familia tenía que ir a un cumpleaños. Y se trataba de la última semana que el médico y la madre de sus hijos hacían de novios, ya que el sábado 14 de setiembre se casaban. Salían de su departamento ubicado en un complejo de calle López de Gomara casi Perú de Ciudad.
Una vez que Sebastián colocara los cochecitos en el baúl, la familia partiría para la fiesta.
Pero apareció un hombre joven, armado y con una capucha en la cabeza que además le cubría buena parte del rostro: quería el auto del médico.
Todo indica que hubo una corta pelea entre el médico y el ladrón mientras que en el interior del Renault la familia no tenía idea de nada.
La esposa escuchó los gritos y luego algo como un disparo. Alcanzó a ver en la penumbra a un joven que corría por López de Gomara y doblaba por Perú hacia el norte.
Cuando bajó del auto vio a su futuro esposo tirado en la calle: su ropa comenzaba a teñirse de sangre y su respiración se hacía cada vez más dificultosa.
La mujer gritó. Menos de media hora más tarde, el traumatólogo Prado fallecía en el hospital Lagomaggiore, adonde llegó a bordo del auto de un vecino. Su cuerpo había recibido al menos un balazo de un arma de fuego. El proyectil le dio en un pulmón y le afectó la carótida. No hubo posibilidades para el médico.
Complicado
El caso es complicado: hubo pocos testigos -dos vecinos que ya declararon ayer ante el fiscal Daniel Carniello- y la situación fue tan rápida y confusa que quienes vieron algo sólo atinaron a narrar cómo un hombre joven con la cabeza cubierta escapaba por la calle. Además, en el sitio no quedaron vainas servidas. El magistrado ha caratulado el hecho como homicidio criminis causa, ya que entiende que el asesino mató después de intentar robar.
"Por eso se echó mano a una recompensa de 50 mil pesos para el que aporte datos, porque estos casos, con demasiada confusión y sin armas secuestradas, son de muy difícil resolución; como el del abogado Marcos Derpich, ocurrido hace un mes, que también está sin detenidos", confió a este diario una fuente de la pesquisa.
Durante la mañana de ayer, un grupo nutrido de efectivos de Policía Científica recorrió las inmediaciones del lugar del hecho en búsqueda de alguna evidencia. Igual, si hallaron algo positivo para la investigación no lo dieron a conocer.
Dolor
Hacia la tarde de ayer, el fiscal Carniello esperaba los resultados de la necropsia, "no sabemos si le efectuaron tres disparos o sólo uno", graficó un policía. Mientras que a las seis de la tarde, después de una misa, el cuerpo del traumatólogo fue sepultado en el cementerio Parque de Descanso en medio de escenas desgarradoras.
El Gobierno reaccionó ante el hecho conmocionante suspendiendo los festejos que se iban a realizar en el Lago del Parque, como así tampoco se celebró el aniversario de la Dirección de Investigaciones. Prado trabajaba en el hospital Central, por lo que era un empleado del Ministerio de Salud.
De momento, el fiscal Carniello espera que la esposa del médico experimente alguna mejoría, "ya que la mujer está deshecha", tal como dijo un familiar, y entre mañana y pasado le tomará declaración en calidad de testigo.
También ayer por la tarde, a través de algunas redes sociales, se empezó a convocar para una marcha de silencio en el Centro. Pero los allegados a Prado no corroboraron que vaya a ser así. "No estamos en condiciones de hablar", sólo dijeron.