Misterio 1
: al mediodía del viernes 19 de julio, el ingeniero mendocino Marcelo Arias (39), que figura como presidente de la consultora mendocina Newen SA, aparece flotando en el río Suquía, en pleno centro de Córdoba.
Misterio 2:
a los días se conoce que fue salvajemente golpeado y que se intentó defender antes de ser arrojado -con vida- al cauce de ese río.
Misterio 3:
Arias tenía su DNI, tres celulares y la billetera con dinero. Misterio 4: nadie vio que lo golpearan o asesinaran en ese sitio; no hay testigos. Misterio 5: el abogado de la familia Arias, Mauricio Cardello, asegura que "Arias no era el titular de Newen SA, era un prestanombre". Misterio 6: el fiscal del caso, José Mana, no tiene detenidos ni testigos de importancia.
Como se ve, demasiados misterios en el caso del homicidio del ingeniero. "Detrás de esto hay algo raro", aseguró a este diario el abogado patrocinante de la familia Arias, Mauricio Cardello.
La pesquisa del homicidio de Arias se encuentra bajo secreto de sumario, después de que el fiscal Mana descartara, por caso, la hipótesis del suicidio. "(Arias) era un tipo normal, no tenía deudas, no llevaba una doble vida, no bebía ni se drogaba", aclara el abogado, que el miércoles o jueves irá a Córdoba con la viuda del ingeniero para constituirse como querellantes en el caso.
El mismo abogado posa sus sospechas en los movimientos de la consultora Newen SA (gran contratista de obra pública en los gobiernos de los cordobeses Schiaretti y De la Sota), "ya que hubo denuncias de parte de un diputado hace un año, y en esas denuncias se involucraba a Roberto Martín, y no a Arias".
¿Quién es Martín?
Según el diario La Voz del Interior, la llegada a Córdoba de la consultora con sede en Mendoza "provocó roces con compañías locales que perdieron obras a manos de Newen". El motivo de la antipatía era porque Newen estaba liderada por quien fue un importante funcionario del gobierno de Juan Schiaretti. Las empresas locales la consideraban el "caballo del comisario".
"En una investigación que se publicó el 11 de marzo de 2012, se reveló que Roberto Martín, ingeniero mendocino, firmó como presidente de Newen un contrato con diez intendentes de Sierras Chicas para asesorarlos en la construcción del gasoducto en 2006".
En 2007, Schiaretti puso a Martín como secretario de Transporte y Servicios Públicos, y con eso, quedó a cargo de dirigir desde el Estado las obras de gas en las que el Gobierno invertiría mil millones de pesos. "En varias de esas obras, Newen es hoy contratista del Estado", consigna el diario.
Después, el por entonces ministro de Obras y Servicios Públicos Hugo Testa (ahora ministro de Infraestructura de José Manuel de la Sota) designó a Martín secretario de Planeamiento y Desarrollo Energético e Infraestructura.
A su vez, "Schiaretti designó como asesor de gabinete al hijo de Martín, Roberto Martín Ferro. Con Martín funcionario, se modificó el contrato con Newen por el ducto de Sierras Chicas, para elevar su precio a más de un millón y medio de pesos. En ese entonces, Marcelo Arias, el ingeniero mendocino que apareció muerto, era responsable técnico de las obras y se contactaba con los intendentes", publicó La Voz del Interior.
El legislador del Frente Cívico en Córdoba, Ricardo Fonseca denunció penalmente a Martín. La denuncia recayó en una de las fiscalías Anticorrupción pero no prosperó.
En Mendoza
El abogado Cardello se apuró en aclarar que Arias "no era titular de la firma Newen, por más que figurara como presidente. El verdadero dueño es Martín, a quien Marcelo respondía". Para Cardello es de suma importancia reconstruir las últimas horas del ingeniero en Córdoba.
Mientras tanto, en la consultora Newen SA, con domicilio legal en calle Aguado al 600 de la Sexta Sección, todo es silencio. En la tarde del viernes, este diario pudo comprobar que en el sitio no había nadie.
A su vez, entre el jueves y el viernes de la semana pasada, una comisión de Homicidios de la Policía de Córdoba estuvo en Mendoza para interrogar a familiares y allegados a Arias. Entre ellos se entrevistaron con Fernanda (34), su esposa y madre de sus dos hijos. La mujer no aportó demasiado: dijo que su esposo era reservado en extremo y que no hablaba en casa de los temas de la consultora, lo que sería el misterio 7 de un caso por demás intrigante.