Mientras avanza la investigación con el dictado de la prisión preventiva por el crimen del hombre de la casa cultural de Palmira durante un asalto, se conoció que las dos mujeres acusadas contaban con antecedentes por robos.
"Se ve que ya estaban acostumbradas a robar y esta vez se les fueron las cosas de las manos", reveló una fuente que investiga el asesinado de Walter Fernando Cardozo (51), ultimado de al menos 15 puñaladas en la propiedad ubicada en calle Fuseo al 297, donde la víctima vivía y trabajaba haciendo el mantenimiento.
Las sospechosas son Daiana Muñoz (28) y Giuliana Pérez (20), detenidas desde el mismo día del ataque -el 27 de diciembre pasado- ya que la Policía las encontró en la escena. La primera de las mencionadas tiene un extenso prontuario que hasta incluye una condena. Además, en breve será juzgada por otro homicidio.
Muñoz en 2015 registró una sentencia de tres años por robo, que se agrega a sus causas por hurtos agravados y amenazas, entre otros expedientes.
Cuando quedó arrestada a fin de año se supo también que estaba con pedido de captura, ya que había violado una prisión domiciliaria.
La joven está imputada por el asesinato de Nelson Montenegro, un hombre que en mayo del 2018 fue encontrado quemado en el barrio Alto Mendoza II de Ciudad. Por este caso están presas tres personas más, otra mujer y dos hombres, uno de ellos novio de Muñoz. Ella había logrado la domiciliaria en este caso, pero cuando le fueron a notificar que iban a juicio, las autoridades advirtieron que se había fugado de la casa que había fijado para estar detenida.
Su presunta cómplice, Giuliana Pérez, también ha tenido roces con la Justicia por robos, hurtos y otros delitos contra la propiedad.
Claves de la audiencia
Este miércoles las acusadas recibieron la prisión preventiva de parte del juez Darío Dal Dosso, quien confirmó la hipótesis del fiscal Gustavo Jadur. Para el investigador, Muñoz y Pérez entraron a la casa cultural de Palmira y mataron a puñaladas a Cardozo para robar.
La fiscalía sigue esta pista luego de que un vecino declarara que escuchó al hombre gritar y pedir auxilio porque le estaban “robando”.
Las sospechosas están acusadas por un homicidio criminis causa-matar para ocultar otro delito, carátula que podría darles perpetua. Casi sin discutir la autoría de las mujeres, su abogada planteó el caso como un homicidio simple, con penas de 8 a 25 años. El juez lo rechazó.