Mientras la causa por el asesinato del cuidador de la casa cultural de Palmira avanza y no está muy lejos de ser elevada a juicio, con dos mujeres acusadas, los investigadores analizan y no descartan la participación de una tercera joven. En sus declaraciones las detenidas apuntaron hacia esta nueva sospechosa quien, con una coartada, por el momento logró zafar y quedar en libertad.
El crimen de Walter Fernando Cardozo (51) conmocionó al distrito de San Martín a fines del año pasado, por la violencia del hecho y al tratarse de una persona conocida por su trabajo en la Casa de la Cultura de este lugar, ubicada en calle Fuseo al 297. Justamente en ese sitio, el 27 de diciembre al hombre le quitaron la vida tras asestarle 15 puñaladas durante un presunto asalto.
La víctima vivía allí, era el sereno y hacía las tareas de mantenimiento. Durante la tarde de aquella jornada recibió en esa propiedad a Daiana Muñoz (28) y Giuliana Pérez (18), encuentro que luego terminó con Cardozo fallecido y las mujeres detenidas.
Los investigadores abrieron la hipótesis de que el ataque ocurrió en el contexto de un hecho de inseguridad, ya que la testimonial de un vecino detallaba que había escuchado al cuidador pedir auxilio y decir que le estaban robando. Esta persona fue quien llamó al 911 y, en apenas minutos, los efectivos arribaron al lugar y se encontraron con el cadáver y con las acusadas en la escena.
Las dos quedaron detenidas y fueron imputadas por homicidio criminis causa -matar para ocultar otro delito, en este caso el robo-, que tiene pena única de prisión perpetua.
Estando en la cárcel, Muñoz y Pérez pidieron declarar, manifestando que el hombre las había contratado por servicios sexuales y que cuando tuvo que pagarles les dijo que no tenía dinero. Allí empezó una discusión y una pelea, en la que una tercera mujer habría apuñalado y matado a Cardozo, según la versión de las imputadas. Agregaron que la autora del crimen escapó del lugar con el cuchillo utilizado.
Este relato fue tenido en cuenta por el fiscal Gustavo Jadur y el resto de los pesquisas, quienes ya tenían la identidad de la nueva sospechosa y ordenaron su aprehensión en los últimos días. Se trata de una chica de San Martín a la que le tomaron declaración informativa -situación intermedia entre ser testigo o imputado-, instancia en la que aseguró no tener relación con el crimen.
Sus dichos los apoyó con una coartada que resultó convincente para los investigadores, que tampoco le encontraron ropa con sangre o algún arma blanca sospechosa cuando allanaron su casa. Ante esta situación se ordenó la libertad de la sindicada, aunque una fuente aclaró que "sigue vinculada a la causa".
En el caso de que se llegara a detectar una huella suya en la vivienda donde ocurrió el crimen, su situación podría complicarse y ser detenida.
Ésta sería una de las últimas medidas en el expediente, ya que a pesar de que el hecho es muy reciente, con las pruebas que hay en contra de las detenidas la elevación a juicio podría solicitarse muy pronto.
La presencia de ellas en la casa cultural durante el asesinato, y el reconocimiento de que protagonizaron una discusión con la víctima, son elementos suficientes para llevarlas al debate, aunque antes deben dictarles la prisión preventiva.