El asesinato que se ocultó y se mantuvo en secreto durante 11 años, se resolvió en apenas 7 meses. En agosto pasado un pacto familiar se rompía y una mujer y su hijo quedaban presos y acusados de matar a Emilio Esteban Ghione (65), esposo y padre respectivamente de los sospechosos. Este jueves el caso se cerró luego de que el hombre se adjudicara el hecho y lo condenaran, permitiendo que su madre quede en libertad.
Sebastián Ghione (29) y Ema Queirolo (50) fueron detenidos el año pasado tras una denuncia hecha por una de las hijas de esta mujer y hermana del joven. Esta mañana, a partir de las últimas pruebas y declaraciones obtenidas por el fiscal Carlos Torres, se logró llegar a un juicio abreviado para ponerle punto final al expediente.
Ghione admitió ser el autor de la muerte de su padre, pero aseguró que lo hizo porque ya estaban cansados de los maltratos a los que los sometía la víctima fatal. Golpes reiterados, abusos sexuales a las hijas y el sometimiento a su esposa, a quien obligaba prostituirse. Su declaración fue apoyada por otros testimonios, que llevaron a la fiscalía a cambiar la carátula de la causa.
Hasta los últimos días se investigaba un homicidio agravado por el vínculo, figura que se mantuvo pero con la atenuante de que ocurrió bajo circunstancias extraordinarias. Esto beneficiaba claramente a los imputados, ya que de una pena única de perpetua pasaban a arriesgar de 8 a 25 años de cárcel.
Uno de los acusados se vio aún más favorecido porque las declaraciones la desligaban; se trata de Ema Queirolo, finalmente sobreseída. En tanto, su hijo fue condenado a 10 años de cárcel tras el acuerdo entre su abogado y el fiscal, arreglo avalado por el juez Juan Manuel Pina González.
Sebastián no fue el único que intervino en el crimen; el joven contó con la ayuda de una de sus hermanas para consumarlo, pero esta chica nunca quedó involucrada porque era inimputable en el momento del hecho
Denuncia y hallazgo, 11 años después
En la semana del 12 al 18 de agosto pasado, la Unidad Fiscal de Homicidios se vio convulsionada por la presencia de una mujer de 20 años que llegó para denunciar que dos de sus hermanos y su madre habían matado al padre en agosto de 2008 y lo habían enterrado en el patio de la finca donde vivían. Precisamente en la zona de El Carrizal de Abajo, Luján.
Sin demasiadas vueltas ni rodeos, la declaración fue esa y efectivos policiales debieron ir a levantar la tierra para comprobar los dichos de la denunciante. El testimonio fue certero y allí los investigadores dieron con los restos de Emilio Ghione.
La identificación del cuerpo demoró bastante porque de los restos hallados no se pudo rescatar material genético debido a la cantidad de tiempo que había pasado, hasta que luego de varios cotejos confirmaron la identidad del fallecido. La causa de muerte fue un certero golpe en la cabeza con un elemento contundente. A Ghione lo asesinaron, parte de su cadáver lo quemaron y luego lo enterraron.
Peleas entre los hermanos y la confesión
Los años transcurrieron como si nada hubiera pasado. Por Ghione nadie preguntaba ni siquiera hubo una denuncia de averiguación paradero, a pesar de las dudas que siempre tuvo su hija, la joven que finalmente denunció.
Disputas entre los hermanos y una confesión que terminaría por aclararlo todo. Fue la esposa de Sebastián la que un día se acercó a la denunciante y le confirmó lo que ella suponía: a su padre lo habían matado entre dos de sus hermanos y la madre tendría alguna participación, versión que terminó descartándose.