Con dos condenas y una absolución finalizó el juicio por la muerte de Mario Gómez (53), quien fue asesinado y luego quemado en un descampado de El Pastal.
Ayer, fue condenado a 13 años de prisión el chapista Fabián Monardez (47), en tanto que previo al inicio del debate ya había sido condenado a 1 año de prisión a Juan López (45) por haber encubierto el crimen del sodero. En tanto que la absolución de Yamila Monardez (24) ya había sido adelantada la semana pasada, cuando la joven no fue acusada por el homicidio.
La sentencia condenatoria de Fabián Monardez fue dada a conocer ayer al mediodía, por los jueces de la Segunda Cámara del Crimen, presidida por el nuevo integrante de la Corte, José Valerio y los jueces Roberto Uliarte y Ariel Spektor.
Al salir de la sala de debates los hermanos del sodero se abrazaron con el querellante oficial, Facundo Garnica, quien asistió a los familiares de víctimas. Si bien esperaban una pena más alta -Garnica había pedido 18 años de cárcel- se fueron conformes porque el crimen no quedó impune.
El viernes pasado, durante los alegatos el fiscal Darío Tagua había pedido 15 años de cárcel para Monardez. En tanto que Sergio Carreño, abogado defensor, había solicitado una pena de 3 años de prisión para su cliente por el delito de homicidio en exceso de legitima defensa.
Lo más llamativo del debate fue que, tras los alegatos los jueces, cuando el fiscal y la querella no acusaron a la joven Yamila, decidieron darle de inmediato la libertad.
Más allá de algunas sospechas en relación al posible encubrimiento del crimen -algo que por ser familiar del condenado, no se considera delito- no hubo ninguna prueba contra la joven. Ayer, la mujer fue a Tribunales solo a cumplir con un trámite: escuchar la sentencia absolutoria.
En cambio su padre, la investigación arrojó gran cantidad de pruebas que lo comprometieron. Incluso, durante la instrucción Monardez declaró y admitió haber asesinado a Gómez, aunque sostuvo que lo hizo por que el sodero lo había atacado.
En cuanto al móvil del hecho, durante el juicio se llegó a la conclusión que el sodero tenía una relación sentimental con la hija del chapista, con quien el sodero tenía algunos negocios que podrían haber desencadenado el crimen.
Muerte y desaparición
El 28 de mayo de 2015 los hijos de Gómez denunciaron en la Oficina Fiscal de Las Heras que había desaparecido, argumentando que había salido de su casa en el barrio Jarillal, el día anterior, a bordo de su camioneta Ford F 100 para llevar su hija menor colegio y luego iba a ir al taller de Monardez. Días después la camioneta fue encontrada el barrio Cristo Redentor, muy cerca de donde vivía el sodero.
A partir de escuchas telefónicas se vinculó a López y a los Monardez con el asunto y fueron imputados por secuestro coactivo. Cuando el cadáver del sodero apareció en un descampado de El Pastal, fueron imputados por homicidio simple.