Los impactos de bala que quedaron plasmados en el costado izquierdo de la camioneta donde fue asesinado un distribuidor de pan en Maipú evidencia la violencia del ataque que terminó con su vida esta mañana. Con el correr de las horas trascendieron detalles del sangriento hecho.
Habían pasado 10 minutos de las 8 de la mañana cuando un llamado al 911 alertó a los servicios de emergencias. Vecinos del barrio Soberanía reportaban que había un hombre herido en el interior de una camioneta frente a la casa 11, ubicada en la manzana "I" de ese vecindario. Un llamado posterior indicó que la víctima parecía sin vida.
Cuando efectivos de la Policía y médicos del Servicio de Emergencias Coordinado llegaron al lugar del hecho encontraron una lamentable escena. Una Peugeot Partner se había estrellado contra un poste y presentaba varios signos de violencia.
Fuentes cercanas a la investigación revelaron que en el interior del rodado yacía un hombre. Tenía evidentes manchas de sangre y reposaba sin vida sobre el asiento del acompañante en la cabina del rodado.
La víctima fue luego identificada como Fausto Fabián Mariño, de 47 años. El cuerpo presentaba al menos dos heridas por arma de fuego.
Mariño vivía en el barrio Parque Universitario, de Maipú, muy cerca de donde fue asesinado. Tenía sólo 18 años cuando comenzó a trabajar en panaderías. Fue dueño de comercios en ese rubro, pero en la actualidad se dedicaba al reparto de panificados, comentaron allegados de la víctima en el lugar del crimen.
Un proyectil había impactado en la ventanilla izquierda de la Partner. Los peritos de Policía Científica encontraron luego varios impactos de bala en el costado izquierdo de la camioneta.
Lo que llama la atención de los pesquisas es la saña con que, de acuerdo al relato de vecinos que presenciaron el ataque, actuaron los dos hombres que le dispararon.
Pero los testimonios no fueron muy precisos y, en ocasiones, contradictorios. Primero los vecinos dijeron no haber escuchado los disparos. Luego, otros confesaron haber escuchado entre cinco y seis detonaciones en medio de la tranquila mañana.
Otros relatos aportaron a los investigadores que dos sujetos habían sido vistos empuñando armas de fuego y atacando al panadero. Tras cometer el hecho, con aparentes fines de robo, escaparon.
Según pudieron reconstruir los sabuesos, Mariño intentó escapar de los sospechosos que lo abordaron cuando salía de dejar pan de un comercio, pero fue alcanzado por las balas. Ya herido, logró conducir unos metros y terminó chocando contra un poste de luz. Finalmente, dejó de existir.