Crimen del médico en Las Heras: cómo se delataron la “bruja” y la viuda

Nuevos elementos del homicidio del doctor Burela. La abogada pedirá la libertad de la “vidente”.

Crimen del médico en Las Heras: cómo se delataron la “bruja” y la viuda
Crimen del médico en Las Heras: cómo se delataron la “bruja” y la viuda

Una discusión telefónica entre la "vidente" Mónica Castro y la viuda, Elizabeth Ventura, fue  la clave para que ambas fueran detenidas por el crimen del médico León Domingo Burela Yanchina (64), asesinado en su casa del barrio Kolton de Las Heras, en abril pasado.

Ahora, los pacientes investigadores, que durante meses tuvieron intervenidos los teléfonos de "la bruja" y "la viuda", no descartan que alguna de las dos "se quiebre" y aporte datos sobre el pistolero que terminó con la vida del ginecólogo jubilado.

Si bien en un primer momento -tras analizar la escena del crimen- se pensó en "un profesional", o en "un sicario" que podría haber venido de otra provincia, hoy más bien se habla un joven mendocino "de unos 20 años, de contextura delgada, 1,60 metro de altura, tez morena y pelo oscuro" que fue captado por una cámara y visto por algunos testigos pero que todavía no ha sido identificado.

Además, no se descarta que el efectivo tirador haya usado un arma calibre 22 que pertenecía al médico Burela y en la Fiscalía de Homicidios se espera el resultado de una pericia balística que podría confirmar esta hipótesis.

Piden libertad de la vidente

Por lo pronto, Susana Soletti, defensora de Castro, ha solicitado un control jurisdiccional que deberá resolver el juez Fernando Martínez el próximo viernes. 

La abogada ha solicitado esta audiencia para pedir la libertad de su clienta, o bien para que se le conceda la prisión domiciliaria.

El primer pedido es, según la letrada, porque en el expediente no hay pruebas suficientes para sostener una detención. Además es sostén de familia: tiene un hijo de 11 y un padre de 90 (además de otro hijo de 21).

En cuanto al pedido de domiciliaria, se sustenta en que el jueves pasado Castro fue sometida a una intervención quirúrgica -ya programada- por unos nódulos que tenía en la nariz.

El médico le recetó diez días de reposo porque la mujer es hipertensa y está medicada.

Si bien en el control jurisdiccional se abordarán específicamente estos pedidos de la defensa, se trata de una  audiencia multipropósito y, por lo tanto, puede pasar cualquier cosa.

Algunos especulan con que podría haber alguna declaración espontánea, o bien hasta que alguna de las dos imputadas "se quiebre".

Pelea delatora

Actualmente, bruja y viuda pasan su días en el penal de Aguas de las Avispas y si bien no se les permitió estar juntas, se ven durante las horas de esparcimiento.

La relación entre ambas por ahora, parece ser buena pero lo cierto es que de los 150 CD s donde se encuentran las escuchas telefónicas, hay uno -la llamada 20 del CD 126- en el que se produjo una pelea que serviría luego para acusarlas de haber planeado el crimen, contratando a un pistolero para realizar la tarea. 

En esa escucha -a cuya desgrabación accedió Los Andes- Castro le dice que está "redesilusionada" y ya no sabe "cómo enfocarla" porque "le ha contado a Antonia" (su empleada) sobre los "sacrificios" que ella hace.

"La Antonia sabe lo del auto Eli.. vos estás enferma.. realmente... ¿vos sos la que guardás secretos? Decile pues que mataste a tu marido... que mandaste a matar a tu marido... si le contás todo, decile que vos mandaste a matar a tu marido... no, realmente se me cayó todo.. estoy", dice la vidente.

Luego agrega, entre otras cosas, "todos los mocos que te has mandando, se te salen", "no tenés códigos", "no tenés secretos, no se puede confiar en vos".

Si bien este diálogo selló la suerte de las imputadas, desde el inicio de la pesquisa, ambas se transformaron en sospechosas. La viuda cometió un error inicial: dijo que el asesino le había llevado su teléfono. Lo cierto, siempre lo tuvo en su poder y lo siguió usando, mientras la línea estaba intervenida.

Además, viuda y bruja sabían que los investigadores estaban realizando escuchas y aún así mantuvieron el delator diálogo.

Los “trabajos” de la bruja

Castro ha sido tildada por los medios como "bruja" o "tarotista". Lo cierto es que ella se considera una "vidente natural": hace varios años se encontró con una persona que le descubrió ese "don natural" que ella tenía desde siempre pero que desconocía.

Luego, monetizó ese "don": tenía clientes de todos los estratos sociales, quienes le hacían diversos pedidos sobre los que ella "trabajaba" para que se cumplieran, a cambio de dinero.

Algunos pedidos se escribían y se guardaban en botellas o frascos, algunos de los cuales iban a parar al interior de un freezer.

A veces, para que estos pedidos se materializaran, el cliente debía hacer “un sacrificio”.

Un auto para una diosa

En la escucha delatora se habla sobre estos sacrificios. El siguiente diálogo es textual.

Bruja: -Se pueden hacer muchos sacrificios... sacrificios vos podés hacer... le digo como el que  has hecho... pero 2 o 3 sacrificios por persona.

Viuda: -No... no dije 2 o 3 sacrificios, no dije así, eso del frasco.

Bruja: -De frasco no podés hacer. Le digo si el que has hecho vos del cigarro y todo...

El diálogo continúa de forma confusa y repentinamente se insinúa que uno de los sacrificios es un auto, un auto que la viuda le habría entregado a la bruja.

"Del auto que le regaló...ella dice (Antonia, su empleada) que se lo ha entregado a la MAI", relata la bruja y luego explica que "La MAI es una diosa". Además del auto, habría en el expediente datos sobre un préstamo de 600 mil pesos que la viuda habría sacado y entregado a una empresa constructora para realizar una vivienda industrializada.

Homicidio y violencia de género

Uno de los temas que los abogados Cristian Leyton, Edgardo Isura y Agustín Magdalena -defensores de la viuda Elizabeth Ventura- sostienen es que el médico Burela sometía a su pareja a violencia de género desde hace algunos años.

Las declaraciones de la hija y del hijo del matrimonio ya se encuentran en el expediente, donde confirman esta violencia machista, incluso contaron un incidente en Chile, durante unas vacaciones. 

Pero Ventura y sus hijos nunca denunciaron esta situación por miedo al médico, quien estaba generalmente armado y, si bien nunca les apuntó, sacaba el arma de forma amenazante.

En los próximos días se presentarían a declarar 8 personas para confirmar esta presunta violencia de género, incluso hasta situaciones de violencia durante relaciones sexuales no del todo consentidas.

La teoría de los defensores es ésta: ella no mandó a matar a su marido por la situación de violencia, sino que fue otra persona quien lo hizo, tal vez para terminar con esta situación. 

Pero en el expediente ya hay algunos testimonios que nada dicen sobre esta violencia de género.

Ventura, si bien vivía en la misma casa que Burela, estaba separada; dormían en distintas habitaciones. Ella mantenía relaciones con dos hombres. Uno de ellos, un médico, declaró que Ventura nunca le habló de violencia de género ni del asesinato de su marido.

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