La única novedad de crimen que terminó con la vida de Juan Carlos Moya, 61 años, casado con Cristina, y padre de tres hijos (Soledad, Gonzalo y Paola) es que a poco más de 15 cuadras de su carpintería, sus restos fueron velados y después cremados.
Y en ese lugar donde se vivieron momentos emotivos, extendidos abrazos, tampoco faltó el llanto. Familiares (algunos que llegaron desde Salta), amigos y muchos vecinos, se juntaron para dar el "último adiós" al hombre del barrio.
Juan Carlos era un "laburante" desde siempre. Hasta el año 2001 alquiló un local donde tenía instalada su carpintería, lugar que por la crisis de 2001 debió abandonar y como pudo, y con algunas máquinas elementales, se instaló en su casa de calle Gutenberg casi Victoria, dentro del distrito de Villa Nueva, en uno de los extremos del departamento de Guaymallén.
El relato del hijo
Durante el velatorio Los Andes dialogó con Gonzalo Gabriel, el único hijo varón que compartía con sus padres la vivienda y que fue involuntario testigo de lo ocurrido.
"Trato de borrar de mi mente lo que pasó, pero no puedo", afirmó el joven de 34 años que fue sorprendido por los dos sujetos que golpearon, a las 17, la puerta de casa; "Venimos por un presupuesto", recuerda que le dijeron.
Sin embargo, cuando les respondió que iba a llamar a su padre (que se encontraba durmiendo la siesta), trabaron la puerta y lo empujaron dentro de la vivienda. "Y en ese momento vi que uno de los tipos me estaba apuntando", relató.
Durante el resto del diálogo (varias veces interrumpido por la gente que lo acompañaba en su dolor) Gonzalo recordó que a los empujones fue llevado hasta el dormitorio: "Justo cuando mi papá se estaba levantando", precisó.
"Lo agarraron y le preguntaron ‘¿donde tenés la plata?’ Mi padre se alcanzó a levantar y yo le grité ‘viejo, dale la plata que tenés en el pantalón’, pero él fue en busca de un machete que tenía en un placard. Y ese fue el momento en que uno de los tipos le disparó dos veces", contó.
“Los disparos hicieron que el que me estaba apuntando saliera corriendo para la calle -continuó-. Yo aproveché para agarrar al otro y empezamos a forcejear, hasta que logré tomar el arma. Era una 9 milímetros con la que le disparé tres o cuatro veces, pero se escapó nomás...”, narró.
La causa está en manos del fiscal de homicidios Gustavo Pirrello. Según versiones incorporadas al expediente, los delincuentes fueron dos, de entre 35 y 40 años, mientras que el arma recuperada habría sido la utilizada para dar muerte al hombre. Por el momento no hay detenidos.
El número 75
El homicidio de Juan Carlos Moya fue el primero del mes de noviembre, pero eleva el número de muertes violentas a 75 en lo que va del año, cifra inferior a las 120 denunciados para igual período del año pasado.
Este año, como ocurre generalmente, el más cruento fue enero, con 16 muertos. Mientras que las crónicas hacen referencia a que en febrero murieron a manos de la inseguridad 10, en marzo 7, y abril con el número menor: 5. Mayo, 6; junio, 8; julio, 7; agosto, 6; setiembre 6 y el pasado mes de octubre, tres muertes.
Golpeado en San Rafael
Un hombre de 34 años que fue brutalmente golpeado debió ser internado en el hospital Schestakow de San Rafael, después que fuera encontrado tirado en la calle 3 de Febrero al 1300. Por el momento nada se sabe de la agresión que sufrió y que de acuerdo a los médicos le provocó traumatismo encefalocraneano, sumado a la fractura de la base de la cabeza. Quedó en una sala de terapia intensiva.
Mientras que también el sábado, un peatón descubrió el cuerpo de una persona flotando en un canal que pasa por Salas y El Palomar, en el distrito de Cuadro Nacional, por lo que dio aviso a las autoridades mediante un llamado al 911.
Los efectivos que llegaron al lugar lograron rescatar un cadáver, perteneciente a un hombre, aún no identificado, de unos 40 años, por lo que a los efectos legales fue trasladado hasta la morgue judicial, donde se buscará determinar las causas de su fallecimiento.