En una de las últimas audiencias del 2019, la Justicia confirmó la detención contra dos de los acusados de matar a un carpintero en Guaymallén, durante un asalto. La investigación sigue con tres hombres en prisión y un prófugo.
Francisco Aguero Toledo y Marcelo Angelini recibieron hace días un revés en el caso, luego de que el juez Ramiro Salinas avalara las pruebas del fiscal Gustavo Pirrello en contra de ambos, imputados por el crimen de Juan Carlos Moya (62) en noviembre del 2017.
Aguero había pedido el cese de prisión preventiva y Angelini, arrestado en noviembre del 2018, solicitó un control jurisdiccional para revisar su detención. A este último lo habían vinculado en la pesquisa tras el hallazgo de sus huellas en el vehículo que habrían utilizado los delincuentes, además de mensajes en su teléfono que indicaban que por esos días se "había mandado una cagada grande": Al hombre también lo complica ser íntimo amigo de Diego Vildoza, el prófugo que tiene la causa.
Respecto al otro sospechoso hay pruebas científicas, intervenciones telefónicas y testimonios por los que la fiscalía lo mantiene preso. Los tres detenidos están imputados por homicidio criminis causa, con pena única de perpetua.
Acribillado en su casa durante un asalto
Juan Carlos Moya fue asesinado el 4 de noviembre de 2017 en Villa Nueva,. La víctima se encontraba durmiendo la siesta en su vivienda de calle Gutemberg al 900, cuando sujetos llegaron con la excusa de pedirle un presupuesto por sus labores de carpintería.
Los falsos clientes fueron recibidos por el hijo de Moya y, mientras su padre se levantaba, se encontró con los ladrones armados en su habitación.
Los delincuentes tenían el dato de que el carpintero había cobrado 20.000 pesos por un trabajo reciente y, ni bien lo vieron, le pidieron esa suma. El hombre se resistió al asalto y agarró un machete para defenderse, pero en ese intento recibió un disparo en una pierna y otro en el pecho, que fue fulminante.
La pistola y el primer sospechoso
Cuando los delincuentes escapaban de la vivienda de Moya, su hijo les arrebató el arma de fuego que llevaban. Este muchacho los persiguió y hasta les disparó, aunque sin lograr herir a nadie.
La pistola calibre 9 milímetros quedó en poder de la Justicia y se transformaría en un elemento clave en la investigación. Los pesquisas comenzaron a rastrear su origen y supieron que había sido utilizada por un hombre que había baleado a otro meses antes en Guaymallén.
Esta persona fue identificada como Pedro Mercado, quien quedaría detenido por el homicidio. Sus características físicas coincidían con los autores del crimen. Sin embargo, el hijo del carpintero fue a una rueda de reconocimiento y no lo señaló.
Ante esto, el acusado quedó en libertad por un tiempo pero, por la declaración de algunos vecinos de la víctima, volvería a quedar preso. En ese momento Mercado se quebró y decidió declarar, detallando cómo había llegado a sus manos el arma.
El por entonces imputado reconoció haber baleado a una persona y aseguró que, tras eso, le entregó la pistola a Vildoza, Agüero y Lucas Villanueva, a quienes los detectives vincularon a través de escuchas telefónicas.
Detenido, liberado y prófugo
Los nuevos acusados fueron rápidamente arrestados, aunque Vildoza estaría poco tiempo en prisión. En una audiencia logró la libertad presentando la coartada de que el día del asesinato no se había movido de su casa del barrio Urundel de Godoy Cruz, por el festejo de cumpleaños de su hijo.
Mientras Villanueva y Agüero estaban con prisión preventiva, el fiscal Gustavo Pirrello encontró más pruebas para implicar a Vildoza y solicitó otra vez su detención. Pero esta vez el arresto nunca se concretó y desde principios de año está prófugo.
Por este sujeto la Justicia tiene a disposición $200.000 de recompensa para quien aporte datos certeros de su paradero. Él y Angelini están sindicados en casos de estafas en la compra y venta de vehículos.