María Coloma Pasmiño es fiscal, con unos 8 años en la investigación científica, aunque su pasado más lejano esté ligado a la salud, por cuanto con el título de licenciada en enfermería, llegó a dirigir un área dentro de un centro asistencial de Guayaquil.
Mientras tanto estudió jurisprudencia y se formó para estar dentro de la Justicia y concurso para este cargo que ostenta en la actualidad.
Su primer comentario, un par de días después de terminado el juicio, fue que éste no fue el caso más difícil, aunque sí intenso.
"Este fue igual que todos los casos donde intervine, pero tal vez lo que difiere de otros es la trascendencia -internacional- que ha tenido y la connotación mediática que provocó".
María Coloma, resumió su tarea dentro de la fiscalía general (entre más de medio centenar de fiscales), al señalar que "en esta unidad se manejan delitos de conmoción nacional". Y aunque no dio detalles específicos, se la conoce por ser la cara visible contra la corrupción y la guerra abierta contra el narcotráfico.
Precisamente durante el debate dijo que "tengo las manos limpias" cuando destacó que existe corrupción y que quedó demostrado durante las audiencias, "cuando se presentaron testigos falsos. Cuando el testimonio es mentiroso, cuando dice una cosa y después otra queda demostrado que hay corrupción o por lo menos lo intentaron".
Como a todos los protagonistas de esta historia que terminó por condenar a los dos acusados por la muerte de las jóvenes mendocinas Coni- Menegazzo, la pregunta siguiente esta orientada hacia la pena.
Delitos autónomos
Su respuesta fue clara y contundente: "Estamos frente a un cuerpo de legislación penal nuevo (implementado hace poco más de un año), llamado Código Integral Penal, donde consta el concurso real de infracciones de delitos autónomos, por lo tanto para los estudiosos del derecho tenemos varios delitos".
Y lo explicó así: "Se comprobó que las chicas estuvieron maniatadas y contra la fuerza, lo que significa que estuvieron secuestradas y este es un delito autónomo; también quedó comprobado, pruebas periciales mediante el posible abuso sexual, o sea otro delito autónomo en contra del bien jurídico protegido que es la libertad sexual y se comprobó la muerte y de yapa se añadió la presencia de un hombre que pretendió vender los bienes de las mendocinas, o sea que hubo robo".
Para redondear su opinión al señalar que hubo "una concurrencia de delito" lo que permite aumentar las penas al doble, pero siempre respetando el máximo que da el Código y que es, como fue fallado 40 años de cárcel en contra de Alberto Mina Ponce (33) y Eduardo "El Rojo" Rodríguez (39).
Ante la consulta, una vez terminado terminado el juicio de si está conforme con el fallo respondió de manera rotunda: "no". "Se han perdido vidas humanas y para mí el único que tiene ese poder de decisión es Dios".
Ese argumento la llevó a recordar a la fiscal que "yo hice el juramento hipocrático de defender la vida y la salud. Por eso entiendo y comprendo que la vida se me vaya por una enfermedad, pero morir en manos de estos sinvergüenza que se creen dueños de la vida ajena... no me hace feliz, aunque esta sea una opinión más personal que jurídica..."
La tercera
Esta causa tuvo tres fiscales. Eduardo Gallardo Rodas fue el primero en investigar las muertes, luego del hallazgo de los cadáveres de María José Coni y Marina Menegazzo.
Pero su intervención duró sólo días, por cuanto el 2 de marzo asumió Juan Pablo Arevalo, quien hizo la apertura de la instrucción fiscal y solicitó la prisión preventiva.
Hasta que después de 23 días, la fiscalía general del Ecuador, designó a María Coloma Pasmiño que no solo llevó adelante la instrucción, sino que participó del juicio y terminó pidiendo el máximo de penas para los dos acusados.