Un hombre, de 32 años, empleado de una empresa de seguridad privada, fue formalmente acusado por el crimen de la preceptora Patricia Zárate, de 42 años. Por eso el caso descubierto a media mañana del viernes, entre sábado y domingo habría quedado "cerrado", al decir de fuentes oficiales, aunque aún se esperan los resultados de ADN a que fue sometido el acusado.
El ahora imputado, Daniel Fernando Delamarre (32), se había presentado en forma espontánea ante la fiscal Cecilia Bignert, al conocer que algunos medios y declaraciones lo vinculaban sentimentalmente con la mujer y lo ponían como sospechoso. Y ahí se le comenzó a tomar una testimonial.
Contradicciones
Sin embargo al avanzar las preguntas, algunas contradicciones en su relato que lo hicieron "inconsistente", sumadas al hecho de que se observó un rasguño que el hombre presentaba en su mano derecha, determinaron la suspensión del trámite (algo similar ocurrió en el caso Ángeles Rawson, cuando el que declaraba ante la Justicia era el portero Jorge Mangeri).
Tras lo sucedido, la titular de la Fiscalía Nº 2 ordenó que el hombre que nació en el sur argentino fuera revisado por personal del Cuerpo Médico Forense, que finalmente certificó que las lesiones que Dalamarre presentaba en el cuerpo eran "compatibles con un acto defensivo" de la víctima. Por ello el sospechoso terminó siendo imputado de un delito que tiene una pena de prisión perpetua.
El crimen ocurrió en el interior de la vivienda que Patricia Zárate ocupaba en calle Lemos de la Sexta Sección, un par de días antes de que su cuerpo, tirado en el piso del dormitorio y en medio de un charco de sangre, fuera descubierto por la Policía tras la denuncia de la madre de la víctima.
La autopsia determinó, horas después, que la mujer presentaba tres heridas cortantes a la altura del cuello.
Lo previo
El hecho que los investigadores encontraran la vivienda cerrada, con mucho desorden, pero sin faltantes de importancia, hizo que, en principio, se descartara el robo como móvil.
Así la causa se orientó hacia un problema sentimental o pasional. Y eso también el primer comentario que ganó la calle entre vecinos y de la que después los medios se hicieron eco.
Desde la Oficina Fiscal ubicada en el barrio Cano se aseguró que, por el momento, no se ha encontrado el arma homicida, aunque se secuestraron algunos cuchillos para ser sometidos a pericias.
Mientras que ahora las pruebas están orientadas a determinar restos de piel en las uñas de la víctima, que sean compatibles con las escoriaciones que presenta el detenido.