Es muy grande la ilusión que se genera tras la confirmación de un bebé en camino, cuando una pareja está ansiosa por tener hijos. Pero cuando llega la novedad de que ha ocurrido un falso positivo es un golpe fuerte para sobrellevar. Peor aun cuando esa mala noticia viene acompañada de algo totalmente inesperado.
Según publica diario Clarín, Grace Baker-Padden, una joven inglesa, estaba ansiosa por tener hijos con su pareja Joe Cowling. Tras cuatro pruebas de embarazo que dieron positivo comenzaron a buscar nombres para el bebé. Incluso la familia de ambos estaba muy feliz, ya que sus padres serían abuelos por primera vez.
Lamentablemente las cosas no fueron tan fáciles para Grace. Pronto todo se tornó una pesadilla. "De repente no tuve un bebé y mi salud estaba en riesgo. Fue horrible", contó Grace en un medio local.
La muchacha tenía algunos síntomas que confundió con el embarazo, tras las pruebas caseras y la confirmación del médico. Vomitaba por las mañanas y sentía náuseas. Sin embargo, tuvo un sangrado inusual que la alertó. Temía que se produjera un aborto espontáneo, pero el médico le explicó que padecía un tipo de cáncer.
Las pruebas en el hospital confirmaron que se trataba de un embarazo molar, mola hidatiforme o enfermedad trofoblástica gestacional, que se produce cuando un óvulo no fecundado se implanta en el útero. "Solo quería que la horrible masa saliera de mí inmediatamente", se angustió la joven.
Luego de extirparle el tumor, los estudios arrojaron que se trataba de un cáncer maligno. "Pasamos de esperar un bebé a tener que lidiar con un cáncer. Ambos estábamos muy molestos", expuso.