Cecilia (44) es la mamá de dos jóvenes de 25 y 23 años. La mayor es su hija y el otro, su hijo. Ambos son sordos y desde los 2 años y medios asistieron al instituto religioso Antonio Próvolo (Luján de Cuyo). Su hija salió en el 2013 y el hombre, en 2015.
Cuando estalló el escándalo de abuso eclesiástico en el establecimiento, a Cecilia le cuadraron -o cerraron, como ella misma dice- muchas cosas; sobre todo referidas a conductas extrañas que observaba en sus hijos.
"Cuando detectaron que mis hijos no podían escuchar, durante sus primeros años de vida; en el Hospital Notti me recomendaron el instituto Próvolo. Todos creíamos que era el mejor instituto de Mendoza, y que incluso iba hasta más allá. Pero todo terminó siendo una farsa, una gran mentira", resumió la mujer luego de declarar esta mañana en la jornada 25 del primero de los juicios, que tiene imputados a los curas Nicola Corradi y Horacio Corbacho; y al ex jardinero Armando Gómez.
"Estoy tranquila, ya hice el duelo y ya lloré. Pero ahora quiero que ellos me den explicaciones. El Próvolo era el segundo hogar de mis hijos, y cuando yo fui a pedir explicaciones porque las cosas no eran claras; nunca me las dieron. Allí tenían médicos, psicólogos, psiquiatras. Nos decían que directamente atendían a nuestros hijos en la escuela", resumió la mujer, quien culpó directamente a la ex representante legal y mano derecha de Corradi, Graciela Pascual (imputada en la causa 3 y que seguirá con prisión domiciliaria a la espera del juicio).
La mujer también se mostró compungida con algunas preguntas a la que la sometieron las abogadas de los imputados. "Me cuestionaron como madre, me preguntaron por qué elegí que siga en el instituto antes que la integridad de mis hijos. ¿Pero acaso yo fui mala madre por enviar a mis hijos a la escuela?. Si se presentaba como el mejor instituto. No voy a permitir que como mamá se dude, duelen esas preguntas. Yo traté de dar todo como mamá", continuó la mujer.
Mientras estuvieron en el instituto, sus hijos no permanecieron internados. De hecho, ingresaban a las 8:30, tenían clases, almorzaban en el lugar y luego se quedaban hasta las 16:30 en los talleres. "Si Dios quiere, el año que viene los chicos terminan el secundario", agregó; dejando bien en claro que su Fe está intacta. Y que para ella Dios no tiene nada que ver con los curas y otro personal imputados.
Contra Pascual
Si bien no señaló de forma directa a ninguno de los 3 imputados en la causa como autores de abusos cometidos contra sus hijos, aclaró también que es poco y nada lo que le han podido confesarle los jóvenes a ella. "No sé si les pasó a ellos, al día de hoy casi ni he podido hablar del tema. Pero aparentemente se llevaban a chicos que estaban en el lugar, los abusaban y les decían que eso les pasaba por ser sordos; como si fuese una decisión de Dios", destacó con dolor. Sus dos hijos ya declararon en el juicio, vía cámara Gesell y como víctimas - testigos.
A quien acusó de forma directa la mujer es a la ex representante legal del instituto -también bautizada por las víctimas como "la jefa"-; imputada como partícipe por omisión (se considera que contaba con indicios suficientes para saber lo que ocurría en el instituto, pero no hizo ninguna denuncia).
"Graciela Pascual era quien llevaba la batuta en el instituto. Lo que más me duele es que yo tenía una relación muy estrecha con ella, y sabía todo lo que me pasaba a mí y a mi familia. Duele saber que una persona en la que tanto confiaste fue así", sostuvo al borde de las lágrimas.
Si bien cuando se conocieron las primeras denuncias a Cecilia le comenzaron a cerrar algunos episodios, recordó que en una oportunidad fue a pedirle explicaciones a Pascual por un episodio concreto y confuso. "Un día mi hija llegó con todo un frasco de pastillas cerradas y que le habían dado en el instituto y yo me preocupé. Fui a hablar con Pascual, y ella tenía siempre una respuesta justa. Incluso un día me dijo en tono amenazante que tuviese cuidado con contar a alguien lo de las pastillas", sostuvo.
La madre también manifestó haber estado al tanto de proposiciones sexuales que -según le contó su hijo- el jardinero Gómez le hizo en alguna oportunidad cuando lo cruzó en el parquizado del establecimiento.
"Esta mañana cuando entré, los miré a la cara y ellos ni siquiera pudieron mirarme (por los imputados). No les dije ni les diría nada a ellos. Sólo espero que haya justicia, y que ese día llegue. Porque esto se revive cada día", sintetizó.
Pascual seguirá con domiciliaria
Durante la tarde de ayer, la Cámara de Apelaciones confirmó que la ex representante legal del instituto, Graciela Pascual continuará detenida hasta el juicio que la tiene como acusada junto a otras 8 ex trabajadoras del establecimiento.
Luego de que su defensa solicitara el cese de la prisión preventiva, los jueces rechazaron el pedido y resolvieron que la mano derecha del cura Corradi continúe con prisión domiciliaria.
De esta manera, Pascual aguardará presa el comienzo del juicio. Y está confirmado que una vez que tenga fecha fijada la audiencia preliminar para este debate, el fiscal Gustavo Stroppiana solicitará a los jueces que tengan a su cargo el juicio que extiendan la prisión preventiva. Esto mismo es lo que ocurre con Corradi, Corbacho y Gómez actualmente. Los imputados de la causa 1 estuvieron con prisión preventiva durante toda la instrucción, y esta condición fue prorrogada también mientras dure el juicio.