En la siesta de ayer y a pocas horas de haberse entregado en la comisaría 12, Julio Mendoza (32) fue imputado por el crimen de quien fue su pareja durante casi un año, la empresaria Ivana Milio (46), asesinada a golpes en su casa de San Martín. El hombre, un soldador que trabaja en un taller de Palmira, fue acusado formalmente de homicidio doblemente agravado por la convivencia y el género y, por consejo de su abogado, se negó a declarar.
Mendoza se había entregado a la Justicia luego de 24 horas de permanecer prófugo y acompañado por su abogado, Facundo de Oro, quien adelantó que por ahora no hablará sobre la causa. "No he visto el expediente y con mi cliente solo he conversado las condiciones de su entrega. Su papá me contactó y he tomado la representación", dijo De Oro.
Y completó: "A Mendoza lo vi perturbado, como imagino que debe ocurrirle a cualquiera que no tiene antecedentes y que es acusado de un delito tan grave".
El imputado pasó la noche en la comisaría 12, y aunque poco se sabe sobre sus movimientos mientras estuvo prófugo, para los investigadores está claro que no salió de San Martín. "Se comunicó con familiares por teléfono y así es como su padre le aconsejó entregarse", señaló De Oro.
Durante la mañana de ayer, Julio Mendoza fue trasladado para los estudios forenses de rigor y cerca del mediodía, cuando a un par de cuadras velaban los restos de Ivana Milio, el hombre fue devuelto a su celda en la comisaría 12. "Las pruebas en su contra son contundentes", resumió el jefe de fiscales Oscar Sívori, quien recordó que en caso de ser encontrado culpable, la única pena que cabe por ese delito es la reclusión perpetua.
La imputación contra Mendoza estuvo a cargo del fiscal Martín Scattareggi, que desde la noche del domingo ha trabajado horario corrido. En ese tiempo escuchó a una docena de testigos y tuvo en cuenta otra media docena de informes preliminares de la Policía Científica y del Cuerpo Médico Forense.
La mecánica del crimen
Si bien los informes de los peritos aún no están completos y la investigación de la escena del crimen va a demandar tres días, ya existe entre los investigadores una mecánica del asesinato, ocurrido en la tarde del domingo cuando la pareja se encontraba sola en la casa de la víctima, en el barrio Solares del Centro.
Es muy probable que la discusión que desencadenó el crimen haya comenzado en el patio de la vivienda, donde Ivana y Julio estuvieron tomando alguna bebida. "Hay manchas de sangre allí que luego siguen en el garaje, en la cocina, en el comedor, también por el pasillo y finalmente en el dormitorio, donde la mujer fue asesinada", comentó una fuente.
Y agregó: "Los golpes comenzaron afuera y el asesino le fue pegando a Ivana por toda la casa, uno supone que mientras intentaba escapar hasta que llegaron al dormitorio. Es probable que allí la haya dejado inconsciente a golpes y no conforme, siguió pegándole con un televisor led que arrancó de la pared".
Los peritos han encontrado rastros de sangre y pelos en el televisor, dato que sostiene la teoría y el fiscal Sívori confirmó el brutal daño que recibió Ivana en su rostro. "Tiene quebrados la mayoría de los huesos de la cara", dijo, y es tan así que sus deudos la despidieron a cajón cerrado.
Quiso robarle dinero
Cuando ya había cometido el crimen, los investigadores creen que Mendoza buscó los ahorros que Ivana Milio guardaba en la casa ya que lo ayudarían en la fuga.
"El desorden en el dormitorio es muy grande, pero va más allá de los golpes. Estuvo buscando en los cajones, sacó ropa y se nota que hurgó desesperado. Probablemente estuvo buscando plata y no la encontró.
En el dormitorio habían unos $ 20.000 y 2.000 dólares, pero el asesino no dio con ellos y se desesperó tanto que escapó sin su billetera", cerró una fuente de la causa.