Los créditos expresados en Unidades de Valor Adquisitivo fueron ganando terreno desde marzo de 2016, fecha en que fueron lanzados, hasta mediados del 2018, cuando la devaluación del peso impactó entre los posibles tomadores. Es que del récord que se alcanzó en marzo de 2018 con $ 14.000 millones colocados, los bancos pasaron a prestar $ 2.841 millones en diciembre. Entre las razones de la merma pueden mencionarse que los datos de inflación superaron todos los pronósticos, y el aumento de las tasas de interés, pasó del 3,5% a superar el 10%, dependiendo del banco oferente.
En principio, se presentaron como una alternativa para quienes se encontraban alquilando y no podían acceder a un crédito tradicional (por el nivel de sus ingresos), con esta herramienta se les propuso llegar a la casa propia, abonando un monto mensual similar al de la renta de un inmueble y, más tarde, se instaló como herramienta crediticia para ahorro y compra de otros bienes como automóviles. Sin embargo, ¿todavía son una alternativa viable?
Al 31 de marzo de 2016, cuando se implementaron, el valor de una milésima parte de un metro cuadrado de construcción era de $ 14,05 (valor promedio, tomando en cuenta los valores de varias ciudades del país), ese fue el valor inicial, y desde allí se actualizaron por inflación, a la fecha, cada unidad equivale a $ 32,09, es decir que tuvieron un 128% de incremento. Así, el capital adeudado por quienes accedieron a estos créditos se incrementó en la misma proporción, y también lo hizo la cuota mensual que deben abonar.
De esta manera, quienes solicitaron $ 1 millón en 2016 obtuvieron 71.174 unidades, y a la fecha esa misma cantidad de unidades se traduciría en $ 2.283.973, y a un promedio de 200 uvas mensuales a la fecha el tomador habría pagado 6.000 UVAs, por lo que le restaría abonar 64,574, es decir $2.0721.79, cifra que duplica el capital solicitado.
Aún así, el monto de la cuota, similar al de un alquiler, sedujo a miles de tomadores, hasta que la inflación superó todos los pronósticos, y los economistas advierten que 2019 podría ser otro año complicado para quienes accedieron a un crédito de este tipo.
Solicitar un crédito hoy
A la fecha, para que el Banco le preste a una familia $ 1.000.000 deberá reunir ingresos netos (sin afectaciones por otros préstamos, o pagos de vehículos y o tarjetas de créditos) de $ 35.000, y afrontar una cuota inicial de $ 9.047,87.
Sin embargo, ese dinero no sería suficiente para cubrir el 80% del valor de una vivienda, sino que a la fecha se necesitaría el doble y $ 2.000.000, implicarían ingresos netos por $ 70.212, 20 y una cuota inicial de $ 17.824, que incluye una tasa de interés del 10,64%, en el Banco Nación.
El monto de la cuota inicial responde a la cantidad de UVAs que se abonen, por ejemplo, en el Banco Santander Río, la cuota inicial sería por 571 unidades o $ 18.295.
La cuota, más que un alquiler
De acuerdo con el titular del Colegio de Corredores Públicos Inmobiliarios, Estanislao Puelles Milán, el valor de un alquiler variará según la zona y la propiedad, pero en promedio puede costar $ 12.000 en Capital, y tiene valores similares en los departamentos cercanos, mientras que en el Valle de Uco o en el Sur, el mismo puede rondar los $ 8.000.
El inmobiliario hizo referencia a una vivienda de dos ambientes, mientras que una casa de similares características puede tener una diferencia del 30% al 35% del valor. Es decir, en promedio $16.200, por lo que estaría por debajo de la cuota que se abona por el crédito.
Vale aclarar que, aunque la premisa de los créditos era igualar la cuota de un alquiler, en un caso se estaría pagando por un servicio, y en el otro, se abonaría por la casa propia.
Esto impulsó los créditos en un principio, hasta que la inflación registrada fue la más alta desde la hiper, y los tomadores prefirieron no arriesgarse a tener una deuda que se vuelva imposible de pagar.
En este contexto, de acuerdo con Puelles Milán, “los créditos UVA se cayeron por el reajuste de tasas y porque el valor de las propiedades en pesos aumentaron. Hasta ese momento el 70% de las operaciones del sector inmobiliario se realizaban con este tipo de crédito. La devaluación de junio-julio dejó a medio a camino a muchas personas con sus carpetas listas. El último cuatrimestre del 2018 y en lo que va del año, casi no hubo operaciones con crédito”, cerró.
Uva a futuro
Según explicó José Vargas, economista de la consultora Evaluecon, no se puede decir que fracasaron, porque fueron muy demandados por las facilidades de pago (cuotas reducidas), que ofrecían, con respecto a créditos tradicionales. "Con una devaluación de más del 100% y una inflación que superó el 50% en algunas regiones del país, como en Mendoza, está claro que dejarán de ser demandados, aunque estos dos factores también jugaron en el valor final de la vivienda", indicó el economista.
Igualmente, consideró que un crédito a 15 o 20 años en Argentina es algo sumamente riesgoso, por la inestabilidad financiera, y aunque los pronósticos para el próximo año (de acuerdo con los datos del Presupuesto Nacional) indican que la inflación será del 23%, el economista la ubicó en torno al 35%, por lo que se espera que 2018 sea otro año de sobresaltos para quienes ya accedieron a un crédito de este tipo.
Igualmente, el economista de Ieral (Fundación Mediterránea), Jorge Day, explicó que hasta el segundo trimestre los créditos privados para Mendoza habían crecido fuertemente, entre ellos los hipotecarios UVA, y desde el tercer trimestre comenzaron a estancarse para luego caer.
“En el primer semestre a Mendoza le fue mejor que al país, aún no hay datos para conocer la evolución final del año, pero siguió la tendencia nacional que fue de caída”, explicó.
Según Day, para analizar la evolución de estos créditos es necesario tener en cuenta dos factores, por un lado la indexación por inflación, y por el otro, la evolución de los salarios.
Así, mientras que el valor de cada unidad aumentó siguiendo el ritmo de la inflación, los salarios se retrasaron en 10 puntos porcentuales.
“Estos créditos funcionan en economías muy estables, y en crecimiento, para que el tomador pueda proyectar cuánto va a pagar y si el salario va a aumentar en la misma medida, o por encima de la evolución del crédito”, cerró.
Igualmente, Daniel Garro, de Value International Group, consideró que "los préstamos UVA sólo podrían ser mejores que uno común, si la inflación bajara", y para que fueran una opción viable, consideró que el país debería tener inflación de 1 dígito por un período no menor a 5 años.
UVA para automotores
No sólo las viviendas se adquirieron en UVAs desde los últimos tres años, sino que la posibilidad también se abrió al mercado automotor, sin embargo, desde las concesionarias también advirtieron que las operaciones han caído.
Así, Carlos Segura, de Sur France SA, señaló que se están gestionando como "una alternativa más de venta, para quienes necesitan financiarse por un lapso más largo", sin embargo la línea financiera de Peugeot (PSA) está resultando más atractiva. "En el caso de los Uber, para comprar un auto, se necesita financiación, nosotros hicimos convenios con los bancos para tratar de tentar a los compradores de autos", sumó.
Igualmente, Marcelo Silva, de Toyota Yacopini, comentó que en junio cayó la financiación de los vehículos debido a la suba de tasa de los créditos bancarios. "Hoy con suerte un 15% de la operatoria se realiza con créditos UVA, porque no a todas las personas les resultan cómodas las tasas", indicó.
Al igual que Peugeot, Silva señaló que la marca sacó un producto específico de Toyota, para ofrecer una financiación más barata a sus clientes. Actualmente, dependiendo del producto, “con los UVA se financia hasta $ 500.000, o en otros casos un 30 o 40% del valor de la unidad”, cerró el ejecutivo.