A diciembre de 2018 el total de los préstamos otorgados en Mendoza, entre personales y para empresas, alcanzó los 57.300 millones de pesos, y la morosidad se ubicó en 2070 millones de pesos, lo que implica un incremento real de alrededor de 450 millones de pesos con respecto a los datos del mismo mes de 2017.
"Una mayor morosidad implica que los Bancos requieren cobrar una mayor tasa por los préstamos para cubrir pérdidas por los que no pagan", explicó Jorge Day economista del Ieral (Fundación Mediterránea).
De acuerdo con los datos brindados por el mismo especialista (en base al informe del Banco Central de la República Argentina), a diciembre de 2017 el monto total de créditos era de 41.600 millones, y la morosidad alcanzaba los 1.170 millones. A fines de ese año, la morosidad alcanzaba el 2,8% y para diciembre del año pasado alcanzó el 3,6%.
No obstante, la situación difiere según la actividad, y "en el último semestre de 2018 cuando más aumentó la tasa de morosidad, los rubros más afectados fueron comercio y transporte, compatible con la caída de ventas comerciales", según indicó Day.
Así, la morosidad en comercio pasó del 1,8% al 4,4% y en Transporte del 3,4% al 5,4%, números que están por encima del promedio si se considera que en general se han mantenido en el 3%. Mientras que entre los préstamos personales pasó de un 4,3% al 5,4%.
Efecto de la devaluación
Entre las razones del aumento en la morosidad los economistas consultados por Los Andes señalaron varias, principalmente las devaluaciones más fuertes que tuvieron lugar en 2018, acompañadas por una caída en el poder adquisitivo de las familias, la pérdida de empleos y una baja en la actividad de las empresas.
De acuerdo con Jorge Day, "lo que ocurrió en 2018 fue que hubo un buen comienzo de año, pero la fuerte devaluación, que hizo que cayera el poder de compra, y una caída en la credibilidad del Gobierno, que impulsaron las tasas de interés", tuvieron dos efectos, por un lado, las entidades bancarias prefirieron prestar menos dinero por temor a una caída en los retornos, y quienes planeaban tomar créditos se retrajeron por considerar "complicaciones a la hora de devolverlos".
De acuerdo con Day si se comparan los datos a diciembre de 2017 contra los resultantes a diciembre de 2018 se puede observar una diferencia de 900 millones de pesos de mora, pero quitando el factor inflacionario el mismo se reduce a la mitad. Por otro lado, se puede ver que aumentó la base, principalmente por el impulso que tuvieron los créditos UVA a principios de año.
Igualmente, el economista Pablo Salvador, consideró que la suba responde a los altos niveles de inflación (52% acumulado en 2018), las devaluaciones de abril, junio y setiembre, que complicaron la devolución de los créditos y, a nivel nacional, la destrucción de 190 mil puestos de trabajo registrados.
"La coyuntura macroeconómica fue muy mala y con la inflación tan alta, muchos se ven obligados a dejar de pagar sus deudas. Las tarifas elevadas y la inflación hicieron que las familias opten por priorizar gastos básicos como alimentos (aunque optando por segundas marcas), y hasta por pagar compras de supermercado a crédito, lo que habla del alcance del problema", señaló.
José Vargas, economista de la consultora Evaluecon, sumó que el encarecimiento de los créditos, por tasas de interés que siguieron el aumento de la tasa de referencia del Banco Central (llegó al 75% en octubre) contribuyó al aumento de la morosidad. "La decisión del Central traccionó todas las tasas para arriba e hizo que muchos tuvieran que rever su estructura crediticia y generó dificultades en los pagos, especialmente para las empresas", cerró.
Qué sucedió a nivel nacional
De acuerdo con el informe sobre Bancos que publica el Banco Central, en todo el país en 2018 los préstamos en pesos al sector privado acumularon una disminución del 18% en términos reales, y el ratio de morosidad de las financiaciones se ubicó en 3,1% en el cierre del año pasado. El reporte señala que los niveles de irregularidad, aún son bajos. En diciembre la morosidad de los préstamos a los hogares se situó en 4% de la cartera total, aumentando 0,1 punto porcentual respecto al registro de noviembre y 1,1 puntos porcentuales en comparación con el nivel de un año atrás.
El desempeño interanual fue conducido por las líneas al consumo (personales y tarjetas) y, en menor medida, por los prendarios. Por otro lado, el ratio de mora de los créditos hipotecarios a las familias cerró el año en un nivel equivalente a 0,3%, levemente por encima del registro de fines de 2017. En particular, la irregularidad de los préstamos hipotecarios en UVA se ubicó valores bajos en diciembre en torno a 0,19% del total.