De acuerdo con un informe elaborado por la Dirección de Promoción Económica de la comuna de Lavalle, ese departamento se ha afianzado como uno de los principales polos productivos de la provincia, a punto tal que en el período 2009-2010 fueron 2.153 las hectáreas que se incorporaron a la producción, con un avance interanual del 9,4 por ciento, a lo que debe sumarse el 6,5 por ciento más que había registrado esa temporada respecto de la inmediatamente anterior.
Según se indica, en el período agrícola 2010-2011, los cultivos lavallinos concentraron casi el 32 por ciento de la superficie agrícola total del oasis Norte, integrado también por los departamentos de Guaymallén, Las Heras y parte de San Martín y de Maipú. Las cifras -indica la información- podría ampliarse porque se admite la existencia de explotaciones en situación de informalidad, especialmente dedicadas a producciones hortícolas.
Las autoridades departamentales han tomado debida nota de la situación, adelantando la decisión política de continuar acompañando el fortalecimiento de la estructura productiva existente y seguir promoviendo la radicación de nuevas inversiones. Se señalan como desafíos la necesidad de avanzar en la pronta impermeabilización de los cauces de riego y la “aplicación de medidas de promoción, que permitan desarrollar sostenidamente un esquema de industrialización de la materia prima de Lavalle”.
Si bien es cierto que la noticia de inversiones es importante para uno de los departamentos más sufridos de la Provincia, no es menos interesante el hecho de que las autoridades hayan tomado con la suficiente previsión esa situación y aboguen por nuevas inversiones para el procesamiento de esa materia prima que surgirá del trabajo en el campo.
A modo de ejemplo distinto podríamos señalar lo que sucede en otro departamento, Tupungato, que ha captado también fuertes inversiones durante los últimos años pero que sufre la emigración de la gente del campo hacia los centros poblados. Es el departamento del Valle de Uco con más brecha entre ricos y pobres a lo que se suma el desplazamiento de algunas plantaciones que estaban destinadas a la producción de hortalizas -que generan mayor cantidad de empleo- y ser remplazadas por viñedos o nogales.
Desde la propia comuna se indicó que hay distritos, como La Carrera o Santa Clara, que se están despoblando de una manera difícil de detener y que la gente sube a esos sitios de montaña a trabajar por el día, pero residen en el centro. De allí que se haya dispuesto estudiar en profundidad los movimientos poblacionales, cuál es su matriz productiva, qué cobertura de servicios tienen, cuáles son sus índices sociales y con qué recursos naturales y culturales cuentan.
El objetivo es lograr un documento final que contenga un plan de ordenamiento territorial y el mapa de usos del suelo del departamento, el que deberá ser debatido en el Concejo Deliberante, quedando en el municipio como sustento para el diseño de las futuras políticas comunales en los próximos 20 años.
Resulta importante que los municipios hayan comprendido lo que sucede con el uso de la tierra y el impacto que genera en cada departamento, a los efectos de buscar alternativas que morigeren el impacto socio-económico. Las inversiones son bienvenidas porque contribuyen a generar riqueza tanto a nivel sectorial como general, pero hay que tener cuidado también para que esas inversiones no terminen generando inconvenientes o, como sucede en Tupungato, colaboren con el desplazamiento de la gente del campo hacia la ciudad.
