Las teorías conspirativas nunca faltan en hechos históricos como la publicitada muerte de Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda. Pero esta vez, el prestigioso New York Times puso en duda la verdad y destapó la caja de Pandora.
¿Y si no lo mataron y todo fue una puesta en escena?
El prestigioso periodista de investigación Seymour Hersh fue el primero en poner en duda la muerte, en un artículo de 10.000 palabras en la London Review of Books.
Como era de esperar, lo trataron de loco y los demócratas, partido al que pertenece el presidente Barack Obama, se le echaron al cuello.
La revista online Slate publicó una entrevista en la que Hersh quedaba como un veterano senil.
Vox puso: 'A Seymour Hersh se le va la cabeza'. Peter Bergen, en CNN, dijo que "Uno solo puede esperar que la carrera de Hersh no termine con una historia sobre el Gobierno de Obama y el 'raid' de Bin Laden que parezca que el Frank Underwood de 'House of Cards' haya forjado una alianza con la Carrie Mathison de 'Homeland' para producir una versión paquistaní del Watergate".
Josh Earnest, portavoz de Obama, calificó la nota de "repleta de imprecisiones y de puras falsedades".
Pero The New York Times cree que es posible que Hersh tuviera razón.
Lo hace en una nota donde hablan los periodistas más prestigiosos de EEUU.
Steve Coll, ganador de dos Pulitzer , decano de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia y ex subdirector del Washington Post, lo apoya.
Coll dice que es correcta la versión de Hersh de que EEUU localizó a Bin Laden porque lo delató un ex general paquistaní a cambio de 25 millones de dólares.
Carlotta Gall, que fue corresponsal de The New York Times en Afganistán y Pakistán durante 12 años, también apoya la versión del veterano periodista.
Mientras que la versión oficial afirma que Bin Laden fue capturado y abatido durante un operativo de sus fuerzas especiales los Navy Seal que, en secreto y sin consultar con el gobierno de Paquistán, entraron en territorio de ese país para dar con el líder de Al-Qaeda, recluido en una casa en la ciudad de Abbottabad, Hersh dice otra cosa.
Asegura que la inteligencia paquistaní (ISI, por sus siglas en inglés) había capturado a Bin Laden y lo escondía en ese lugar para entregarlo cuando la situación fuera la "más conveniente" para Islamabad.
Esta versión indica que la Casa Blanca supo de la presencia de Bin Laden por la revelación de un miembro de ISI, que obtuvo 25 millones de dólares de recompensa.
Afirma que todo estaba pactado entre sectores de ambos gobiernos, pero que las cosas se descarrilaron cuando uno de los helicópteros norteamericanos cayó a tierra y obligó a blanquear el operativo antes de tiempo y como se pudo.
"Toda la historia de los Navy Seal actuando en secreto y de los tiroteos en el campamento es poco menos que un cuento como Alicia en el país de las maravillas", dijo el periodista.
. "¿Qué sabemos realmente? sobre la muerte de Bin Laden?, se pregunta ahora el New York Times.