La creciente crispación interna dentro la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) por supuestos movimientos para construir un espacio de sucesión tuvo hoy su primera consecuencia visible.
Su titular, Raquel Blas, anunció esta mañana que se evaluará la continuidad del actual secretario gremial Carlos Simón como miembro del sector. Se trata de un sindicalista que lidera un espacio incipiente que competiría en la renovación de autoridades el año que viene.
Según explicó la dirigente en conferencia de prensa, Simón “representa otro modelo de sindicato, que es colaboracionista” con el Gobierno.
Mientras esto sucedía, el gremialista cuestionado por Blas se defendió en una entrevista que dio en la vereda de la sede de ATE. “Es autoritaria y no acepta términos medios. Hay muchos grupos en disidencia (con ella). Vamos a seguir dando pelea”, señaló.
Blas indicó que una comisión directiva analizará si Simón tiene que seguir dentro del gremio. En esa evaluación podrá estar presente el propio sindicalista, a quien no será fácil remover porque ocupa un cargo electivo.
El lunes pasado, Simón, denunció al congresal ante ATE nacional Fernando González por agresiones: le habría dado un golpe en el diafragma al tiempo que le decía "no te metás con mi sector".
Así, mientras en un rincón está Simón como posible candidato en las elecciones gremiales de 2015, del otro lado, la persona que representaría la continuidad de Raquel Blas es el actual secretario adjunto Roberto Macho. En tanto que el denunciado González justamente es parte de esta última facción del sindicato de empleados públicos.
El origen de la pelea
Supuestamente, los roces empezaron con el acercamiento de Blas al Frente de Izquierda (FIT), más precisamente a uno de los socios del frente; el Partido Obrero (PO), fuerza desde la que Blas empezó a construir su carrera política partidaria. Esa carrera fue oficialmente formalizada en mayo pasado.
Este acercamiento de Blas al PO generó algunas críticas desde algunos sectores, ya que se entendía que más allá de las simpatías de cada uno de los militantes sindicales, el gremio no debía verse involucrado en la lucha partidaria, ni ser la plataforma de lanzamiento de Blas. Entre los críticos se encuentra Simón.
Las críticas al acercamiento de Blas al PO también llegaron desde Buenos Aires, de parte de Pablo Micheli de la Confederación de los Trabajadores Argentinos (CTA).
Cabe recordar que Blas armó una lista propia, con la participación de la candidata a diputada nacional del PO Soledad Sosa y esa lista no le arrimó votos mendocinos al referente nacional, como sí lo hizo en la última elección de la CTA.
Pero respecto de las críticas acerca del involucramiento del sindicato de estatales con una fuerza política, la histórica dirigente de ATE esgrime los mismos argumentos y señala que, más allá de la militancia de cada uno de los dirigentes, “ATE debe mantener la autonomía. Tenemos gente de todos los partidos dentro”.
En este sentido, Blas volvió hoy a negar que exista “fracturas internas”.
Pero el lanzamiento de Blas a la arena política implica también que se desate la lucha por la sucesión en ATE.
El denunciante Simón es uno de los que quiere jugar sus aspiraciones, el otro sería Macho, quien contaría con el aval de Blas, quien -a su vez- niega que se esté hablando de candidaturas y que hoy las prioridades son estrictamente sindicales en representación de los trabajadores.
Incluso más, desde uno de los sectores en pugna se señala que desde fines de agosto, seis dirigentes fueron dejados sin licencia gremial por la conducción de ATE y, según las versiones, todos responden a Simón.
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