Crece la inseguridad en la terminal de colectivos de San Martín

Usuarios y comerciantes piden mayor presencia policial, ya que aseguran que el destacamento del lugar permanece cerrado en horarios clave. Denuncian aumento de robos y otros delitos.

Crece la inseguridad en la terminal de colectivos de San Martín

Viernes 10 de la mañana y en San Martín, un viento helado atraviesa la terminal de colectivos y obliga a la gente a levantar el cuello de sus abrigos.

Indiferente o curtido, un hombre de unos 40 años camina en ojotas, lleva la camisa abierta y una de las mangas del jean rajada casi hasta la cintura. Intoxicado por el alcohol, sucio y despeinado avanza con dificultad, insulta al aire y amenaza a los gritos; no se entiende lo que dice pero la gente se abre para dejarlo pasar y así cruza toda la dársena y se aleja, pasa incluso frente al destacamento policial que permanece cerrado.

"Siempre está cerrado, es raro que vayás a ver un policía en la terminal", dice uno de los comerciantes y sigue: "Cuando inauguraron el destacamento vino hasta el gobernador Pérez, pero duró poco y la mayor parte del tiempo no hay nadie. Si hasta se robaron la placa de inauguración que había en la puerta".

La terminal de San Martín concentra el tráfico de colectivos de corta, media y larga distancia que pasa por la ciudad y aunque alguno asegure que hay menos movimiento de gente que hace diez años, el flujo se ve constante, especialmente en las mañanas y por la tarde.

"Es que la ciudad se llenó de remises y también de paradas en el centro, por eso mucha gente ya no viene", cuenta otro comerciante.

Todos parecen dispuestos a hablar de los problemas de la terminal pero desde el anonimato: "Es que a los delincuentes los conocemos", dice un empleado y señala a una decena de muchachos, trapitos la mayoría, que se agrupan en el costado norte de la terminal y desde allí, ordenan el estacionamiento sobre calle Sarmiento: "Los corrieron del centro donde ahora hay estacionamiento medido y se vinieron acá", dicen y cuentan que la convivencia con ellos es compleja: "Algunos son buena gente, pero también están los otros; no hace mucho dos de ellos se pelearon muy feo y terminaron rompiendo unos vidrios", recuerdan.

Los vidrios de esa galería estuvieron así, rotos, hasta la semana pasada, cuando la comuna finalmente los reemplazó.

Los comerciantes insisten con los trapitos y aseguran que algunos son violentos, que por las tardes comienzan a tomar vino y que viven en una casa usurpada: "El dueño la tuvo que voltear para que se fueran pero siguen allí, en el lote".

Como ocurre en cualquier terminal, en la de San Martín predomina la gente cargando bolsos o equipajes más complejos; muchos de ellos se sientan a esperar la llegada del transporte y en esa espera se distraen o se aburren y es cuando se convierten en posible blanco de los rateros.

"¿Cómo sabés qué tipo está esperando un colectivo y cuál está viendo qué se va a robar?", dice Luis, que fue sereno de la terminal durante muchos años: "Hoy es complicado, sin policías la terminal es muy complicada, vos lo ves en las caras, la gente anda a la defensiva".

Los robos son casi moneda corriente: un bolso o el celular manoteados a la pasada y el ladrón que escapa en una corrida. Al lado del destacamento policial que no abre están los sanitarios y esta semana, la comuna estuvo reemplazando equipamiento roto: "De día estamos nosotras pero a la noche esto queda solo y nadie lo cuida", cuenta una mujer que atiende los baños:

"Nosotras estamos hasta las 10 de la noche y nos vamos porque la terminal se vuelve más peligrosa".

De noche queda a cargo de la terminal un empleado municipal que se dedica más que nada a la limpieza; a esa hora tampoco suele haber policía y se entiende que el sereno no quiera problemas: "El hombre está solo y acá de noche viene gente rara, ¿vos crees que se la va a jugar?", dice alguien que trabaja hace años en la terminal y cuenta que por las noches, los baños públicos se usan para el sexo ocasional que ofrecen algunas mujeres de la calle.

Norberto Gómez es el encargado municipal de la terminal y niega la versión: "Viene ese tipo de mujer pero se va con el cliente a un hotel que hay acá a la vuelta", dice e insiste: "En el baño no hay sexo y uno quisiera que tampoco se ofrezca afuera pero la policía no hace nada para echarlas".

Igual, Gómez admite que en los baños vive un hombre y que allí pasa la noche: "La comuna le pagó de una pieza pero se fue, se peleó con alguien y ahora está acá, dando vueltas por la terminal y en la noche se mete al baño".

La terminal tiene casi una veintena de locales entre comercios, quioscos y oficinas de las líneas de colectivos. No hace mucho y ante la inseguridad que va ganando el lugar, corrió una nota que firmaron los que allí trabajan y donde denunciaban la situación y pedían policías.

El destacamento permanece cerrado pero Norberto Gómez asegura que eso se solucionó: "La comuna habló con el comisario y va a volver un policía. Yo pedí que esté durante la tarde y la noche, que es cuando acá se pone bravo porque hay pibes que se emborrachan. Me dijeron que sí y esa vigilancia arranca ahora".

- ¿Cuándo es ahora?

- Ahora, en estos días, esta semana -contesta el encargado, a medio camino entre la certeza y la duda.

Zona roja y taxistas en alerta

Una fuente policial no oficial explica que la terminal de colectivos de San Martín se volvió más insegura luego de la remodelación que la comuna hizo en el museo Las Bóvedas, ubicado a un par de cuadras.

"Las Bóvedas fue hasta no hace mucho un lugar oscuro y solitario durante las noches, donde solía haber alguna oferta de sexo y situaciones extrañas", comentó el uniformado: "Eso cambió, hoy el museo es también una enorme plaza muy concurrida, vigilada e iluminada y esa otra gente que antes la frecuentaba se corrió hasta la terminal".

Los taxistas también denuncian la inseguridad de la terminal y por las noches prácticamente ninguno de ellos recorre el lugar.

"La terminal es una lotería, sin policías a la vista no sabés cuándo llega alguno armado y se te mete al auto", dice Jorge, tachero con muchos años de volante en San Martín.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA